El mercado no sabe por dónde sopla el aire

Estamos en un momento en el que el mercado particularmente no tiene claro si sube o baja la marea. No sabe si estamos a las puertas de que los bancos centrales empiecen a bajar tipos para contener una crisis autoinducida destinada a controlar los precios o, por el contrario, la sangre no llega al río en lo económico, la inflación se va más o menos encauzando y, por lo tanto, no son esperables muchas bajadas de tipos.

Se trata de un dilema que no es en absoluto baladí y que está provocando que el mercado se mueva espasmódicamente a golpe de titular. Un buen ejemplo fue lo que pasó el viernes pasado con el dato de empleo americano. Contra pronóstico, los datos que se conocieron fueron mucho mejor de lo esperado. La tan cacareada recesión estadounidense tendrá en todo caso que esperar. Y en cosa de pocos segundos eso tuvo su reflejo en el mercado. Los tipos de interés del bono a dos años dieron un salto como el que hemos visto pocas veces en la vida. En las últimas semanas, al calor de la mal llamada crisis bancaria había puesto en precio que los recortes de tipos estaban a la vuelta de la esquina y un solo dato ha desbaratado ese relato. No se trata de algo menor. El mercado de bonos americano es uno de los mercados más profundos del mundo y semejante movimiento es síntoma de que hoy no tiene claro por dónde sopla el aire. O bien estamos a las puertas de que la primera economía del mundo se tuerza mucho y la Fed tenga que acudir al rescate; o bien la economía aguanta mal que bien y la Reserva Federal espera y ve lo que pasa con la inflación en los próximos meses sin tirarse a la piscina.

Una vez que se ha resuelto la crisis bancaria sin grandes alaracas, probablemente se maticen los peores augurios. Tal vez, los bancos centrales suban tipos algo menos de lo que podíamos haber llegado a esperar pero de vuelta a este escenario tienen pocos incentivos para bajarlos. Y este probablemente sea un buen escenario para los activos en riesgo.

El sector bancario probablemente vuelva a recuperar el protagonismo porque se trata del sector más beneficiado por como parece que van a quedar las cosas. Economía aguantando razonablemente bien; tipos más altos de lo que han estado estos años pero para nada algo con lo que no podamos vivir como algunos pretenden hacernos creer; y mercados de capitales volviendo a coger tracción una vez que se digiera la repreciación de los distintos activos que está propiciando la vuelta a la normalidad de los tipos. Nada que no hayamos visto ya los viejos del lugar y que nos trae buenos recuerdos.