«Teníamos muchísimas ganas de que abriera Mobility City. Llevábamos semanas esperando»

«¡Hala mira, el Bugatti!«, decían Jorge, Sasha y Lucas este viernes, frente a la impresionante exposición de deportivos superclase al poco de entrar en Mobility City. Estos tres jóvenes zaragozanos flipaban. «Teníamos muchísimas ganas de que abriera. Llevábamos semanas esperando. Si hubiera abierto por la mañana, habríamos estado los primeros», espetaba uno de ellos, con una sonrisa de oreja a oreja. La Fundación Ibercaja le ha dado una nueva vida a la pasarela de Zaha Hadid, y los ciudadanos se encuentran muy satisfechos con este proyecto siempre y cuando perdure en el tiempo.

Estos tres jóvenes de 14 y 15 años no querían perderse uno de los espacios estrella del Pabellón Puente y uno de los primeros que se pueden encontrar. «Nos gustan mucho los coches. Tenemos una cuenta en Instagram«, explicaban pocos minutos después de las 16.00. «El Bugatti es nuestro favorito. Nos conocemos todos los coches del dueño. Tiene una colección en Marbella», relataban.

Otros iban por los pasillos toquiteando las pantallas interactivas que contienen información de todo tipo sobre la movilidad sostenible. «Acabamos de entrar, pero hemos venido más bien por la exposición del espacio», dice Marián acompañada de sus hijos Gonzalo y Álvaro. Todavía tenían que subir un piso más, pero se habían perdido ya entre los diferentes elementos que atrapan la curiosidad de los visitantes. «Nos está gustando», aseguraban los pequeños.

Una de las sensaciones, sin duda, los simuladores de conducción. Un asiento con un volante y tres pedales es suficiente para hacerte creer que conduces un vehículo de hidrógeno. Pero cuidado, que si rebasas la velocidad, el coche coge un color rojo como consecuencia de no estar siendo sostenible. «Todavía no lo hemos probado porque hay cola, pero es lo que más nos llama la atención», decía Maricruz Galindo. Para utilizarlo, se necesita un tiquet con un código QR que se entrega nada más entrar. «Nos parece que había que hacer algo con este pabellón, había que darle vida», expresaba.