Los siete efectivos de Bomberos de Zaragoza que se desplazaron a la zona afectada por los terremotos de Turquía han llegado este sábado de nuevo a la capital aragonesa entre vítores y aplausos. La expedición, encabezada por Enrique Mur, contaba con Emilio Ramón, Alejandro Loire, Enrique Berges, Pablo Monsalve y las sanitarias Marta Gasca y Leticia Villuendas.
El jefe de expedición ha señalado la importancia de la cadena humanitaria que caracteriza las intervenciones de estas características. “Aquí hay un trabajo enorme de cientos de personas para que seamos nosotros los que hipotéticamente protagonizamos este rescate. Esto es una pesadilla logística”, ha remarcado Mur.
Vuelven después de haber trabajado en Adiyaman, una localidad devastada por el terremoto, situada al sureste del país. Entre sus actuaciones destacan el rescate a una mujer de 60 años que había quedado atrapada debajo de un plegamiento de forjado en los escombros de un hotel de la región de Gaziantep.
TRABAJO FÍSICO Y PSICOLÓGICO
Mur ha calificado el rescate como una “auténtica catástrofe”: “Hay que ir vivienda por vivienda y descartando la posibilidad de encontrar a gente con vida. Y no solo eso, llegamos en un estadio del duelo caracterizado por la negación: los familiares de las víctimas piensan que todavía hay posibilidad de supervivencia”. Por ello, uno de los trabajos de los efectivos desplazados, dice, también tiene que ver “con hacerles aceptar la realidad” a través del trabajo de los perros de la unidad canina, “tan importantes en este tipo de emergencias”, que se llaman Tom, Dea e India.
A razón de todo ello, la consejera de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza y candidata a la alcaldía, Natalia Chueca, ha alabado su labor: “Habéis hecho una labor ejemplar y os habéis convertido en unos héroes no solo para la ciudad, sino también en Turquía”. “Hablo en nombre de todos los zaragozanos cuando digo que sois un orgullo compartido”, ha manifestado.
