El comercio aragonés se estanca: cierra 2022 en negativo pese al repunte de Navidad

La actividad minorista sufrió una caída de ventas del 1% el pasado año, siendo la quinta comunidad donde más bajan. Diciembre arroja buenas cifras y el empleo se mantiene a flote y crece medio punto

El comercio minorista de Aragón no está para echar cohetes, a pesar del buen sabor de boca que ha dejado una campaña de Navidad que ha superado las expectativas. Aunque la economía de la comunidad cerró el pasado año con un notable crecimiento, con un incremento estimado por encima del 4% anual, este sector no contribuyó al avance del PIB (Producto Interior Bruto) ya que no tuvo un buen comportamiento en 2022, un ejercicio marcado por la espiral inflacionista y la crisis energética. Las cifras reflejan un cierto deterioro de la actividad, con un descenso medio de las ventas del 1% a precios constantes –corregido de efectos estacionales y de calendario- respecto al curso anterior. El empleo, en todo caso, aguantó el tirón y se mantuvo estable.

El balance autonómico se aleja del dinamismo mostrado por el comercio en el conjunto de España, que se ha curado casi por completo de las heridas de la pandemia y finalizó el pasado año con un incremento de las ventas de siete décimas (0,7%), según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Supone un punto y siete décimas más que la tasa registrada en Aragón, que fue la quinta comunidad donde más retrocedió el volumen de negocio, por detrás de Castilla-La Mancha (-3,4%), País Vasco (-2,5%), Asturias (-2,2%) y Galicia (-1,6%). También bajó en Murcia (-0,9%), La Rioja (-0,7%), Navarra (-0,4%) y Andalucía (-0,1%), mientras que subió en ocho regiones restantes, siendo las más vinculadas al turismo las que lideran la lista: Baleares (8,2%) y Canarias (7,2%).

En diciembre, sin embargo, el balance del comercio aragonés sí fue positivo y rompió con la tendencia decreciente de la facturación tras seis meses consecutivos de caídas interanuales. Las ventas en el mes más álgido de año, coincidiendo con la campaña de la Navidad, repuntaron el 1,2% respecto al mismo periodo de 2021. No obstante, el incremento anotado a nivel nacional fue a un ritmo casi tres veces mayor, con un 3,5% más.

A pesar de la caída de las ventas, el empleo del sector en Aragón no se vio afectado por esa menor actividad e incluso experimento un leve incremento en 2022 del 0,5% de media en relación con un año antes. El crecimiento del nivel de ocupación es menor al registrado en la media española (2,2%). En diciembre, la contratación retrocedió un 0,8% en la comunidad, mientras que a nivel nacional subió un 0,7%.

Las demandas del sector: un Plan Renove de electrodomésticos

En cualquier caso, el volumen de trabajadores del comercio está a punto de recuperar el nivel que tenía antes del estallido de la pandemia. En el caso aragonés, apenas a treces décimas y a cinco en el conjunto del país. En términos de facturación, la brecha con la cifra de negocio en comparación con el cierre de 2019 es mayor a precios contantes.

El sector afronta así con incertidumbres el recién iniciado 2023. «En lugar de confluir con los niveles de actividad precios al coronavirus nos estamos alejando», lamenta Vicenta Gracia, secretario general de la Confederación de Empresarios de Comercio de Aragón (CEMCA), quien dice que el sector está sufriendo la presión de la inflación, con un encarecimiento de las materias primas y los costes de la energía que se come los márgenes de rentabilidad de estos negocios.

Antes esta situación, reclama la adopción de «medidas inmediatas» por parte del Gobierno para paliar el incremento de los precios, con «una rebaja cuantiosa del IVA» de todos los productos, no solo de los alimentos básicos como se ha hecho. A nivel autonómica, demanda al Gobierno de Aragón la recuperación del Plan Renove de electrodomésticos, lo que favorecería además la compra de aparatos más eficientes energéticamente.

Los subsectores que más están sufriendo con la crisis de precios son, según la patronal aragonesa, los comercios dedicados a alimentación o equipamiento personal (textil). Gracia lamenta además el retroceso constante que ha sufrido en los últimos 25 años el pequeño comercio en España y Aragón como consecuencia «de las políticas en favor» de las grandes superficies, un modelo «alimentado sistemáticamente por los gobiernos nacionales y autonómicos de todos los colores en detrimento de la empresa familiar».

En el caso de la ciudad de Zaragoza, esto queda reflejado en el fuerte retroceso del tejido comercial, con un ceso de establecimientos que se ha recortado cerca de un 30% desde 2009, pasando de 8.494 tiendas a poco más de 6.000.