Han sido más horas de estudio de las que se pueden contar, demasiadas noches en vela y una cantidad sustancial de cafés para conseguir memorizar todo el temario. Pero este sábado, por fin, llega el ansiado examen para convertirse en Médico Interno Residente (MIR) y en el resto de puestos de Formación Sanitaria Especializada. Esta tarde, a partir de las 15.00, en las aulas de la Facultad de Derecho y Educación del campus universitario de San Francisco de Zaragoza, un total de 1.112 aspirantes luchaban por una de esas 11.171 plazas que Sanidad ha ofertado en distintos ámbitos a nivel nacional.
En Aragón, son 343 puestos ofertados en los hospitales y además de Formación Sanitaria Especializada en Medicina, también está la de Farmacia, Enfermería, Psicología y Física. Biología y Química son las dos únicas especialidades para las que no se ofertan plazas en la Comunidad. El examen se celebrará simultáneamente en diferentes ciudades españolas, un total de 28, y el conjunto de los aspirantes asciende a 27.796.
Respecto al año anterior en Aragón han sido 14 plazas más las ofertadas y, como viene siendo habitual, la de los MIR son las mayoría con 256 plazas y 82 dedicadas a Medicina Familiar y Comunitaria. Enfermería con 71 plazas, Farmacia y Biología con 7 y Física con dos son el resto de las ofertadas en esta convocatoria.
Una convocatoria en la que los aspirantes deberán superar un examen de 200 preguntas y diez de reserva para el que llevan estudiando años. Porque, aunque algunos se presenten solo para probar suerte, la mayoría va a por la nota necesaria para hacerse con una de esas, escasas, plazas.
Y es que la convocatoria de este año coincide con la crispación del sector, tal como queda de manifiesto, por ejemplo, en las redes sociales de CSIF a nivel nacional. «Más de 4.000 médicos y 6.000 enfermeros se quedarán fuera pese a las necesidades de la Sanidad. La oferta solo prevé 119 médicos de Atención Primaria y 7 pediatras más que en 2022«, han denunciado.