La nieve sigue cayendo para permitir abrir más pistas en las estaciones

La nieve ha seguido cayendo este lunes en el Pirineo, donde ha habido problemas para circular en algunos puntos de la red viaria. A primera hora de la mañana, la DGT informaba de la restricción en la A-139, desde Benasque a Cerlercon nivel rojo que prohíbe la circulación de camiones y obliga al uso de cadenas o neumáticos de invierno. También pedía moderar la velocidad por la meteorología adversa. Las mismas condiciones se daban en la A-136, entre Formigal y la frontera del Portalet.

Y es que el temporal que entró la madrugada del domingo ha seguido dejando nieve en cotas altas. Estaba previsto que este lunes bajara a unos 1.000 metros. Las estaciones de esquí, que han vivido unas circunstancias excepcionales en las vacaciones de Navidad tras un mes sin nevadas, han empezado a aumentar la superficie esquiable. El dominio 100K Astún-Candanchú ha pasado de 23 a 27,5 kilómetros; Formigal-Panticosa de 29 a 32; y Cerler, de 23 a 25. De momento el aumento es tímido, a la espera de poder tratar el manto y el martes seguir incrementando el dominio, pues también han bajado las temperaturas para favorecer la innivación artificial. Astún, con -6,9 grados, y Cerler, con -6,7, han estado entre las más bajas del país.

«En las cotas más altas han caído 40 centímetros y en la parte baja de la estación esperamos que queden unos 15 cm, si la temperatura acompaña y puede cuajar el manto», indicó el domingo el director general de Candanchú, Álvaro Luna. Él confía en que, una vez se trabaje la nieve, se puedan abrir más kilómetros en la parte baja del centro invernal, donde el manto blanco había desaparecido. Esta y otras borrascas más intensas previstas para mediados de mes permitirían aumentar la superficie esquiable en todo el Pirineo.

El frente de precipitaciones también ha dejado agua en abundancia en buena parte de Aragón. Los más de 70 litros caídos en Canfranc en 24 horas o los más de 50 de Ansó ya se están notando en las entradas del embalse de Yesa, uno de los más afectados por la sequía.

El aumento de la reserva nival es además fundamental para garantizar agua en los embalses en la época del deshielo. En las últimas horas, los espesores han aumentado notablemente en las cumbres pirenaicas. La estación meteorológica del refugio de Góriz, en el macizo de Monte Perdido, ha pasado de medir 27 centímetros a 63. El de Ángel Orús, en el valle de Benasque, de 30 a 68. Y el de los Ibones de Bachimaña (Panticosa) ha duplicado los 30 cm que tenía el sábado.

No nevaba en abundancia desde finales de noviembre, salvo algún episodio aislado, como el que trajo la borrasca Efraín el 12 de diciembre a algunas zonas del Sobrarbe y la Ribagorza. «Pero a pesar de la situación meteorológica tan excepcional que se vive en toda Europa», señalaba Antonio Gericó, director general de Aramón, al hacer balance de la Navidad, su grupo ha conseguido mantener abiertas las pistas de Cerler y Formigal-Panticosa, «en unas condiciones que han permitido sujetar la ocupación». También el dominio Astún-Candanchú ha podido seguir funcionando.

Están entre las pocas de esquí alpino operativas en España, junto a las del Pirineo catalán y Sierra Nevada, ya que las estaciones de la Cordillera Cantábrica, La Rioja o Madrid se mantienen cerradas. En cuanto al esquí nórdico, la única que funciona en todo el país es Llanos del Hospital, en Benasque, con 7 kilómetros.

Y aunque la falta de nieve y las altas temperaturas están afectando al esquí en todo el continente, han limitado el número de kilómetros en el Pirineo y han impedido abrir Javalambre y Valdelinares, el grupo Aramón ha hecho un balance «positivo» en el contexto de esta situación excepcional. La ocupación turística, afirma, ha rondado el 80% hasta el día 4 de enero y ha sido algo más flojo en el puente de Reyes.

La previsión meteorológica para los próximos días es favorable, según Aramón, y podría llevar a las estaciones a ampliar kilómetros «y volver a la normalidad deseable para esta época del año».