Récord de impuestos: el Estado recauda 31.500 millones «extra» en impuestos y cotizaciones pese a la parálisis económica

Confirmado: la economía española se frena camino del cierre del año. El crecimiento trimestral se desaceleró casi dos puntos entre julio y septiembre, hasta situarlo en el 0,1%, frente al 2% del trimestre anterior, debido, principalmente, al frenazo de la inversión y a la moderación del consumo de los hogares. Este crecimiento del 0,1% es una décima inferior al avanzado el pasado 28 de octubre y es 1,9 puntos inferior a la estimada para el segundo trimestre, según explica el informe de Contabilidad Nacional publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, la parálisis económica no está impidiendo que Hacienda haga caja y bata récords de recaudación de impuestos de los bolsillos de hogares y empresas.

Así se desprende de los últimos datos de déficit y recaudación publicados también este viernes por el Ministerio de Hacienda. Los 193.501 millones de euros recaudados en impuestos hasta noviembre, un 19,4% más que en 2021, para un total de recursos no financieros de 237.298 millones, han propiciado que el déficit conjunto de la Administración Central, la Seguridad Social y las comunidades autónomas, excluida la ayuda financiera, se situara en noviembre en 15.168 millones. De esta forma, se han recaudado 31.474 millones más que a finales de noviembre de 2021, pese a la situación de parálisis de la economía. Los ingresos por IVA se elevaron un 14,5%. Los impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio crecieron un 30,6% debido al IRPF, que se incrementó un 36%, y los ingresos por Sociedades lo hicieron un 22,2%. Destaca también la subida del 5,7% del Impuesto de Hidrocarburos y del 7,3% del Impuesto sobre las Labores del Tabaco.

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PIB FOTO: M. ROSELLÓ

Los datos del INE de Contabilidad Nacional confirman el enfriamiento iniciado por la economía que diversos los organismos oficiales alargan más allá de la próxima primavera, incluido el Banco de España, que aunque ha descartado entrar en un proceso de recesión técnica, sí ha advertido de que los dos próximos trimestres el crecimiento será plano, con una «considerable debilidad» de la actividad, apuntaba esta semana el informe trimestral presentado por el director de Estadística del organismo, Ángel Gavilán, que no descartaba incluso un escenario en negativo con un invierno energético duro y más presión inflacionaria.

Los hogares no consumen tanto

La principal causa de esta desaceleración ha sido el desplome del consumo los hogares, pues éste solo aumentó un 0,1%, lo que supone 1,6 puntos menos que en el trimestre anterior. Por su parte, el consumo de las instituciones sin fines de lucro avanzó un 0,9%, frente al crecimiento del 0,5% del trimestre anterior, mientras que el gasto público, por su parte, se disparó un 1,4% entre julio y septiembre, volviendo a tasas positivas tras tres trimestres consecutivos de descensos. La inversión, por su parte, bajó un 0,1% en el tercer trimestre, frente al avance del 2,9% del trimestre anterior.

El crecimiento en tasa interanual que se avanzó el pasado 28 de octubre, del 3,8%, se ha revisado al alza en seis décimas, hasta el 4,4%. Sin embargo, son 3,2 puntos porcentuales menos que en el segundo trimestre, cuando alcanzó un 7,6%, lo que marca el camino descendente con el que se afronta el fin del ejercicio.

Estos datos darían soporte a las afirmaciones que la ministra de Economía, Nadia Calviño, lleva sosteniendo durante las últimas semanas, que la economía española se está comportando mejor que sus homólogas europeas y que la estimación hecha en su previsiones macroeconómicas –del 4,3% su última actualización– puede ser incluso demasiado conservadora si el comportamiento en el trimestre final del año el consumo despega y sale de la planicie en la que ahora se encuentra. Así lo reconoce el propio Ministerio tras conocer estos datos, apuntando que España mantiene «el fuerte ritmo de recuperación iniciado en 2021 incluso en un contexto internacional particularmente complejo».

Ese buen comportamiento sería con un escenario favorable, aunque el propio Banco de España apunta el «altísimo nivel de incertidumbre» que marca cualquier tipo de previsión hasta diciembre y de cara al próximo ejercicio, empeñada aún en que en 2023 se crezca un 2,1%, que los principales organismos –como la OCDE o el FMI– lo descartan, incluido el propio supervisor bancario español, que deja el repunte en el 1,3%.