El asesino de Jiménez Becerril, que llegó a diputado de EH en Navarra, trasladado al País Vasco

También se benefician dos presos ajenos a la ‘ortodoxia’ que ni piden perdón ni se arrepienten

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No lo llaman por nada los «viernes negros». El Gobierno aprobó ayer otra tanda de traslados a cárceles del País Vasco de siete terroristas de ETA, según recoge el observatorio penitenciario de la AVT, que viene denunciando este como paso previo a las excarcelaciones desde que fueron transferidas las competencias sobre las cárceles. Todos los beneficiados por el Ejecutivo tienen delitos de sangre y entre todos, suman más de 4.800 años de cárcel en condenas por una docena de asesinatos.

Entre ellos figura José Luis Barrios, uno de los asesinos de Alberto Jiménez Becerril y su esposa Ascensión García, y Domingo Puente. Su caso llama la atención. Nacido en San Sebastián, se le ha vinculado siempre a Navarra, donde se encontraba ya cumpliendo condena.

En 1999, un año después del tiro en la nuca a Jiménez Becerril y su mujer, llegó a recoger el acta de diputado foral en Navarra por Euskal Herritarrok y ha sido homenajeado cuando la Audiencia Nacional no ha conseguido impedirlo en la localidad de Villava, como un preso de ETA navarro más.

El movimiento, por eso, suscitaba ayer los recelos de Teresa Jiménez Becerril, que no entiende otra intención que llevarle bajo paraguas vasco para que acabe excarcelado antes de tiempo.

Dos de los asesinos de Lluch

En la lista están también Fernando García Jodrá y José Ignacio Cruchaga Elezcano, condenados ambos por los asesinatos de José Luis Ruiz Casado, Ernest Lluch y Juan Miguel Gervilla. El primero fue también sentenciado por el asesinato de Francisco Cano.

Constan trasladados asimismo Fernando Elejalde, autor del atentado que mató a Francisco Javier Gómez Elósegui; Jesús María Echevarría Garaicoechea, autor del asesinato de Antonio Molina Martín.

Hay otros dos nombres en este viernes negro que llaman la atención. Se trata de Patxi Ruiz, asesino de Tomás Caballero; y Daniel Pastor, el asesino del brigada Luis Conde de la Cruz y el policía Eduardo Antonio Puelles. Son los dos principales disidentes de la línea oficialista de los presos de ETA, críticos con Bildu porque entienden que ha traicionado a las bases y separados hace ya años de cualquier movimiento que venga de ese círculo.

Ahora, se ven beneficiados igual que ya fueron acercados desde cárceles de la mitad sur al norte, según las fuentes consultadas por ABC, sin siquiera haberlo pedido. Por descontado, ni han expresado arrepentimiento ni han pedido perdón como tampoco se les conoce colaboración con la justicia.

«Vergonzoso»

Y ahí centra la crítica la AVT, que además de denunciar el «comportamiento vergonzoso» de la Dirección General de Apoyo a las Víctimas, que conociendo los traslados con «mucha antelación» les avisan «mientras da a la tecla de envío de los traslados a los medios de comunicación», incide en que ninguno de los trasladados ha pagado su deuda con la sociedad desde ningún punto de vista.

Con esta tanda, el 92% de los presos de ETA ya se encuentran en prisiones vascas y navarras, donde son trasladados los etarras originarios de la comunidad vecina. Entre las de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa hay 154 y en la de Pamplona otros 12, además de seis en libertad condicional.

Así las cosas, queda un preso de ETA en León, cinco en Palencia, dos en Zaragoza, uno en Cantabria, dos en Logroño, dos en Madrid (una es Natividad Jáuregui, que está preventiva en espera de juicio) y uno en Soria. Ya no hay etarras en la prisión de Topas, en Salamanca, como tampoco en la mitad sur peninsular.«No serán Navidades fáciles para las víctimas», dice la AVT.