Juanma Moreno hace historia y el PP sustituye al PSOE como partido hegemónico de Andalucía

Juanma Moreno ha logrado algo que parecía imposible hace solo unos años: que el PP sustituya al PSOE como partido hegemónico en Andalucía. El mapa de la comunidad más poblada de España se tiñó de azul en la noche del 19 de junio por primera vez en la historia, incluida la provincia de Sevilla, donde los socialistas no habían perdido nuncaLos 58 escaños que suma el PP son 32 más de los que logró el mismo Moreno hace tres años y medio. En votos, Moreno duplica el dato de 2018 y supera el millón y medio de apoyos.

En estos tres años y medio, el político malagueño ha pasado del peor resultado de los populares desde su refundación, en 1991, al mejor de la historia. La gesta de Juanma Moreno es doble, porque mejora en ocho los escaños que consiguió Javier Arenas en marzo de 2012. Lo hace con el mismo número de sufragios, pero, sobre todo, lo hace compartiendo el espacio de la derecha con Vox. Hace una década, la soledad del veterano político sevillano le impidió llegar a San Telmo y ahora su sucesor tendrá un segundo mandato sin contestación en el Parlamento autonómico.

El ambiente en la sede regional del PP era justo el contrario que hace 10 años. La euforia que Juanma Moreno intentaba controlar en los días previos a la jornada electoral se desató mientras, a un par de kilómetros, el que ha sido su vicepresidente anunciaba su dimisión y el fin de su carrera política. Aunque Ciudadanos es el gran perdedor de la noche y desaparece del tablero político, Juan Marín incluso se congratuló de que la mayoría absoluta de su compañero de gabinete vaya a impedir la entrada de Vox en el Gobierno. Moreno, poco antes de la convocatoria electoral, ofreció a los consejeros naranjas entrar en sus listas como independientes, pero la dirección de Inés Arrimadas frenó esta posibilidad. Esa puerta, sin embargo, podría seguir abierta.

En los últimos días de campaña, las encuestas internas del PP indicaban que se quedarían cerca de la mayoría absoluta. Esto llevó a los populares a celebrar el buen papel de Marín en los debates, por si uno o dos escaños naranjas podían apuntalar la mayoría absoluta. No ha hecho falta, precisamente porque Juan Marín ha capitalizado, con éxito absoluto, la gestión de todo el Gobierno. Los 21 escaños naranjas que hicieron posible el cambio en 2018 han ido al saco del PP, pero para llegar a los 58 que han logrado los populares hay que buscar en otros caladeros.

¿De dónde llegan los votos al PP?

Las encuestas venían indicando un trasvase de votos al PP de Moreno desde el PSOE, Vox y la abstención. Esta es la explicación que hace posible una mayoría tan holgada, basada en la imagen de moderación que el presidente de la Junta ha proyectado casi desde su entrada en la Junta. La campaña de los populares se centró en la figura del presidente y su gestión, que muchos han calificado de continuista respecto a los gobiernos socialistas que lo precedieron. Así se explica la buena valoración que ha recibido Moreno entre los votantes del PSOE. Y también que el PP haya tenido que insistir en los últimos días de campaña en que, para votar al malagueño, había que escoger la papeleta del PP, aunque no figurase en ella el nombre del presidente.

El resultado es una mayoría absoluta histórica cuando parecía que ese tipo de victorias no se repetirían en Andalucía. La última la logró Manuel Chaves en 2008, un año antes de dimitir, con 56 escaños, uno por encima del listón de 55. Solo en cuatro de las 11 elecciones anteriores que se han celebrado en Andalucía el partido ganador sacó más escaños que los logrados por Juanma Moreno el 19-J: Rafael Escuredo, con 66 en 1982; José Rodríguez de la Borbolla, con 60 en 1986, y Manuel Chaves, con 62 y 61 en 1990 y 2004, respectivamente.

El buen dato de Juanma Moreno ha provocado también una mayoría de derechas inédita en el Parlamento andaluz. Los 58 escaños del PP, sumados a los 14 de Vox, suman 72 parlamentarios. Hace solo siete años, las izquierdas sumaban 67. Para poner en marcha las grandes reformas de la Cámara son necesarios tres quintos de la misma; es decir, 66 escaños. Esto significa que si los populares quisieran, podrían elegir a los miembros de los órganos de extracción parlamentaria sin necesidad de pactar con ninguna de las fuerzas de la oposición. «Seamos serenos y humildes; esos 58 escaños no van a significar soberbia ni prepotencia», dijo Moreno en la noche del domingo para espantar esta posibilidad.

El mensaje que han enviado los populares en sus años al frente de la Junta es que han gobernado tendiendo la mano a la oposición. Presumían de la inclusión de enmiendas de todos los partidos en las cuentas, algo que, aseguraban, no habían hecho nunca antes los socialistas. Ahora no tendrán necesidad, pero con esta mayoría el PP no tendrá problemas para sacar los presupuestos de la Junta para 2023, que es el objetivo que se había marcado el propio Juanma Moreno cuando se decidió a colocar las elecciones el 19 de junio y no retrasar la aprobación de las cuentas.

En el PP había temor por las exigencias que había puesto Vox encima de la mesa, pero la mayoría absoluta histórica ha desactivado la candidatura de Macarena Olona. La posibilidad de que los plazos para formar Gobierno se estirasen hasta septiembre se han despejado de un plumazo. Lo más probable es que poco después de la constitución del Parlamento, prevista para el 14 de julio, se conozca el nuevo Gobierno del PP. Todos los consejeros populares van en las listas populares, por lo que no sería rara la continuidad de muchos de ellos. Se da por hecho que Elías Bendodo y Juan Bravo, que han entrado a formar parte de la cúpula de Génova con Alberto Núñez Feijóo, no seguirán. Y hay que tener en cuenta que el PP también controlará gran parte de los puestos del legislativo autonómico, por lo que no sería raro ver a algún consejero como presidente del Parlamento.

La difícil oposición del PSOE-A

Frente al espejo de la mayor victoria del PP en Andalucía está, justo lo contrario, el PSOE, con su peor resultado de la historia, por debajo del millón de votos. Son cinco elecciones consecutivas con los socialistas empeorando sus números. La última vez que la marca del puño y la rosa mejoró sus datos respecto a la anterior convocatoria fue en 2004. Han pasado 18 años desde entonces y cuatro líderes: Manuel Chaves, José Antonio Griñán, Susana Díaz y ahora Juan Espadas. El exalcalde de Sevilla ha conseguido ese resultado «digno» que se proponían en su entorno, pero su situación es precaria cuando solo lleva un año al frente del PSOE. La mejor noticia, pese a todo, es que no tendrá que volver a abrirse en canal para decidir si apoya al PP por medio de una abstención, como ocurrió en 2016 a nivel nacional.

El propio Espadas asegura que su continuidad no está en solfa. «Soy el líder de la oposición», dijo desde el hotel donde el PSOE celebraba su noche electoral. En la cúpula socialista recuerdan que Espadas se convirtió en secretario general en julio, pero no tomó plenos poderes hasta noviembre, cuando se celebró el congreso extraordinario que refrendó su nombramiento. Son poco más de seis meses para desperezar a una formación que no ha aprendido a hacer oposición. Es difícil, aseguran los socialistas, si se tiene en cuenta que han dedicado gran parte de la legislatura a gestionar la salida de Susana Díaz, que se resistió a dimitir tras perder la Junta en 2018. Espadas controla el grupo parlamentario que sale del 19-J, pero el equilibrio de intereses y de familias que se generó para desalojar a la expresidenta de San Vicente puede temblar.

El espacio a la izquierda del PSOE cae hasta sus peores datos desde 2008, cuando IU consiguió seis escaños. Ahora, en dos fuerzas separadas, son siete los parlamentarios. Cinco de Por Andalucía, la coalición que armaron Podemos, IU, Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz. La bendición de Yolanda Díaz, que se implicó mucho más de lo previsto en la campaña de Inma Nieto, la candidata, no ha sido suficiente. La buena noticia es que tendrán grupo parlamentario, para lo que se necesitan esos cinco escaños. Dentro de la coalición contemplaban este escenario en caso de que la izquierda, como ha ocurrido, no se movilizase el 19-J.

Adelante Andalucía, la formación que dirige Teresa Rodríguez, logra dos escaños, uno en Sevilla y otro en Cádiz, e integrará el grupo mixto, que vuelve al Parlamento andaluz. Con ella vuelve el andalucismo a la Cámara 14 años después. En 2018, en la primera versión de Adelante, con IU y Podemos dentro, la coalición alcanzó 17 diputados, por lo que la izquierda del PSOE se deja una decena de parlamentarios y casi cinco puntos en porcentaje de voto. Inma Nieto, en su comparecencia, dio un dato llamativo. La suma de Por Andalucía y Adelante tiene un resultado en votos similar a Vox, pero la formación de Santiago Abascal duplica el número de diputados, con 14.

La candidata de Vox, Macarena Olona, ha garantizado que seguirá en Andalucía, aunque había suspicacias porque seguirá siendo diputada en el Congreso hasta que se constituya el Parlamento. El crecimiento del partido, que han celebrado en un hotel sevillano, se queda corto. La formación no supera el medio millón de votos cuando su objetivo, como dijo Abascal en el mitin del barrio de los Remedios, era el millón. Se quedan por debajo de los números que consiguió en las elecciones generales de 2019 después de su irrupción en Andalucía en 2018. Fueron 611.000 votos en abril de 2019 y 869.000 en noviembre.