Juanma Moreno azuza el miedo a la crisis económica para pedir a los andaluces un gobierno sin Vox

La gasolina camino de los tres euros por litro, la luz sin bajar de precio pese a la ‘excepción ibérica’ y las hipotecas subiendo como nunca en tres décadas son razones de peso para estar preocupados más allá de libros de texto que realmente no se usan o cualquier otra suerte de batallas culturales. El complicado horizonte económico fue hace ya semanas el argumento esgrimido por Juanma Moreno para adelantar las elecciones andaluzas. Y sin embargo, la campaña del 19-J ha estado plagada de todo tipo de debates mientras que se han soslayado los que tienen que ver con las cosas del comer. Cada vez menos y más caro.

Hasta este jueves. El candidato del PP, al que las encuestas sitúan como vencedor de los comicios, azuzó el miedo a la crisis para volver a pedir una amplia mayoría el domingo.

Si lleva ya días afirmando claramente que no quiere gobernar con Vox, esta vez justificó su rechazo en la necesidad de contar con «un solo gobierno, fuerte y sólido», para luchar contra los efectos de las graves turbulencias económicas que ya nos están atropellando.

Lo dijo así en un encuentro con militantes en una bodega de Chiclana, donde clamó para que no le pase lo mismo que a Pedro Sánchez, que tiene «dos gobiernos en uno y con bronca interna». Ya por la mañana, en una entrevista en Canal Sur Radio, se había comprometido a que su primera medida si es reelegido sea la adopción de un paquete de medidas con las que ayudar a pequeñas y medianas empresas y a las personas más vulnerables de la comunidad a mitigar los efectos de la inflación, además de eliminar durante 2023 el cobro del canon autonómico del agua. Gestión, y rapidito; por eso quiere «manos libres». «Hace falta un presupuesto en 2023 sí o sí (el actual con el que se maneja Andalucía es el prorrogado de 2021), y tiene que estar presentado en octubre; no podemos enredarnos en debates ideológicos», reiteró.

A sólo dos días de la celebración de las elecciones, tanto la situación como los argumentos de unos y otros contendientes se han movido poco. Con sólo una novedad: desde la coalición de izquierdas Por Andalucía, tanto su candidata Inma Nieto como el líder de Izquierda Unida, Toni Valero, cerraron ayer jueves la puerta que la primera había dejado entreabierta al principio de la campaña y anunciaron ya de manera tajante que no se abstendrán para facilitar un gobierno del PP que pueda cerrar las puertas de San Telmo a Vox en el caso de una victoria por mayoría simple de los populares. Su candidato «tiene un gazpacho con la extrema derecha y ahora quiere que nos lo bebamos los demás», afirmó Nieto. Hacía calor.

Feijóo y la cizaña

En las filas del PSOE, igual. Ante la enésima negativa de su candidato, Juan Espadas, a valorar siquiera la posibilidad de no votar ‘no’ en una hipotética investidura de Moreno, el presidente nacional de los populares, Alberto Núñez Feijóo, intentó ayer sembrar la cizaña desde Jaén. Allí aseguró que hay «políticos de estado» socialistas —sin decirlo claramente, apuntaba a los barones—que estarían defendiendo una abstención de su partido para evitar que Vox termine entrando en el ejecutivo andaluz… como sí ocurre en el que comanda el PP en Castilla y León.

Pero de existir esa especie, ninguno de sus ejemplares ha piado hasta la fecha. Todo lo contrario. Lo negó ayer Espadas, quien se vio obligado a salir a defender la honestidad de Chaves y Griñán después de que el miércoles Zapatero sacara a pasear a los expresidentes condenados por los ERE. «No se han llevado un duro», sostuvo, frente al abucheo general.

Y también el ex lendakari Patxi López, que llamó a los suyos a no caer «en la trampa». «El PP, en cuanto pasan las elecciones, lo primero que hace es meter a Vox en el gobierno o cumplir a rajatabla la políticas de Vox, dijo en Granada. Plaza en la que coincidió con Macarena Olona. Tampoco es tan sencillo: la candidata del partido de Abascal, de polémico empadronamiento en Salobreña, no pisaba la provincia granadina desde que diera desde allí el pistoletazo de salida a la campaña hace justo dos semanas.

Macarena Olona, presenciando la procesión del Corpus de Granada
Macarena Olona, presenciando la procesión del Corpus de Granada – Antonio L. Juárez

Ayer sí. Relucía el jueves de Corpus y Olona presenció la procesión en la calle. Antes, había calificado de «canto de sirena» cualquier posibilidad de abstención para que el PP mande solo. O todo o nada. Vox, que mantiene la «mano tendida» al PP, «espoleará en San Telmo o en la oposición», zanjó.

La solución, en muy breve. Esto se acaba. Hoy mismo, después de una carrera de fondo bastante anodina, de pocas propuestas y mucho hablar de Vox, los partidos guardarán banderolas y atriles y dejarán descansar sus furgonetas. Todos los candidatos cerrarán campaña en Sevilla menos Inma Nieto, que lo hará en la capital malagueña.