Alcaraz vence por primera vez a Nadal y se medirá con Djokovic en semifinales

Todo le iba a pedir de boca a Carlos Alcaraz hasta que se torció el tobillo derecho al perseguir una pelota al contrapié de Nadal en el tercer juego del segundo set. Cierto que el mallorquín había reestablecido el orden en el marcador, pero él se había llevado el primer parcial gracias a su valentía y dinamismo, quebrando hasta en tres ocasiones el servicio de su rival. Nadal dominaba por dos juegos a uno en el momento del percance, que no vino solo. La reanudación, una vez que Alcaraz recibió las pertinentes atenciones, fue breve: 3-1, juego en blanco para el zurdo. El golpe de calor sufrido por una persona en la grada obligó a detener de nuevo el partido, esta vez durante más de quince minutos. Apenas existió el murciano en lo que quedaba de set.

Tras el paso por el vestuario con igualada a un parcial, el campeón esta temporada en Río, Miami y Barcelona recuperó el ímpetu y la precisión exhibida en el primer parcial y culminó una de las victorias más importantes de su aún breve carrera, la quinta consecutiva frente a un top tenestatus que él mismo adquirió con su triunfo en el Conde de Godó. En su tercer enfrentamiento, un año después de sumar solo tres juegos en este mismo escenario en el partido de segunda ronda y transcurrido mes y medio desde que ya le plantó cara en las semifinales de Indian Wells, Alcaraz venció a Nadal por 6-2, 1-6 y 6-3, en dos horas y 28 minutos, y se medirá este sábado con Novak Djokovic en semifinales. Sólo Taylor Fritz había derrotado al ganador de 21 títulos del Grand Slam esta temporada, y lo hizo en la final de Indian Wells, cuando ya arrastraba la lesión en las costillas que le ha tenido casi seis semanas fuera de juego.

La victoria tiene una relevancia enorme en el crecimiento de este jugador llamado a los más grandes objetivos. No se trata ni mucho menos de un sorpaso , pues Nadal sigue muy vivo y cuenta como el que más en el ya cercano Roland Garros, pero sí de una señal contundente de que Alcaraz ha irrumpido para quedarse. La derrota del mallorquín fue presenciada por el Rey Felipe VIModric Vinicius, entre otros, también asistieron al partido.

REBAJAR LAS EXPECTATIVAS

Después de las tres horas y cinco minutos que necesitó para desembarazarse de Goffin en octavos, Nadal había rebajado sus expectativas ante un hipotético duelo con Alcaraz, que aún no había ganado a Norrie cuando el mallorquín compareció ante los medios este jueves. El zurdo estaba tan solo ante su tercer partido desde su reaparición y necesitaba mayor kilometraje para recobrar su verdadero pulso competitivo.

Alcaraz tampoco lo tuvo fácil ante Norrie, en un partido que acabó las once de la noche, casi cuatro horas después del que disputó Nadal. En todo caso, sano, con 19 años recién cumplidos y en una buena secuencia con el triunfo en el Conde de Godó y su ingreso en el top ten, al chico sí se le suponía un plus en la confrontación física.

Competidor por naturaleza, Nadal no iba a arrojarse en los brazos de su adversario, menos aún tratándose de una pugna entre españoles y en Madrid, de un duelo que traía un componente añadido por la brecha generacional: era la más amplia diferencia de edad en los cuartos de final de un Masters 1000 desde su origen, en 1990, transcurrido 285 torneos.

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Nadal, que el 3 de junio cumplirá 36 años, trató de arrinconar a su rival en la zona de revés, pero no consiguió evitar que Alcaraz, que el jueves se subió a los 19, fuese el primero en mantener su saque después de tres roturas consecutivas entre ambos. Fiel a su ADN, el jugador de El Palmar se empleó con suma determinación. Cuando no conseguía invertirse para pegar de derecha, también era capaz de ganar puntos con el revés, especialmente con el cruzado.

Como los grandes jugadores, Alcaraz elevó el nivel que venía mostrando en sus dos partidos anteriores en la Caja Mágica. Una vez que consiguió romper en el cuarto juego del set definitivo, no le tembló el pulso. Hasta la cinta se puso de su lado cuando sacaba para 5-2 y dejó muerta al otro lado de la red la bola que le permitió irse con esa ventaja a la silla. El destino le devolvió lo suyo a Nadal, que se sostuvo con 5-3 en un trance casi idéntico. Alcaraz creó el match point con una dejada y ganó el partido con un passing shot paralelo que fue pura fantasía. Se llevó las manos a la cabeza mientras sus padres se abrazaban en su palco. «Es complicado para todos los jugadores ganar a Nadal, pero aún más para mí porque siempre he dicho que es mi ídolo», dijo a pie de pista, tras el encuentro.