El Real Zaragoza reina en un final loco en El Molinón para sumar tres puntos de oro (1-2)

Locura, alegría, emoción… Cualquier adjetivo de este calado es aplicable a la victoria que logró el Real Zaragoza en El Molinón. Adelantó Jaume Grau a los maños en la primera mitad, anotó Djuka en el minuto 93 y la fe de Iván Azón permitió lograr el gol de un triunfo maravilloso en el 95. Es momento de disfrutar la victoria, no de mirar clasificaciones, pero a los agónicos se les puede decir que el descenso queda a diez puntos.

El cuadro blanquillo -este domingo avispa- partía con Cristian en portería y la previsible pareja de centrales: Lluís con Jair. También fácil de adivinar eran los laterales, Fran Gámez y Pep Chavarria. En un aparente 4-3-3, Francho, Jaume Grau y Eugeni se colocaban en el centro del campo, mientras que Narváez y Bermejo actuaban de extremos. Arriba, Sabin Merino se pelearía con Borja López y Berrocal. En las filas del Sporting se veían futbolistas imponentes, como Jony, Djuka o Fran Villalba.

Los primeros compases eran para el conjunto del Molinón, algo que también entraba en los planes de JIM debido a la llegada del nuevo entrenador, Martí. Especialmente activa se encontraba la banda de Fran Villalba y Kravets. Los maños jugaban a la contra, buscando hacer efectiva una jugada, aunque sin la presencia necesaria para lograrlo. Se llegaba al primer cuarto de hora de juego con más empuje sportinguista, pero sin ocasiones claras para ninguno.

Entraba el duelo en una fase tranquila, quizá demasiado, pero todo cambiaría en el minuto 25 con el gol zaragocista, que recordaba mucho al primero ante Las Palmas. Magnífico centro de Eugeni, Jair peinaba el cuero y aparecía desde atrás Jaume Grau para hacer el 0-1. Qué gran triplete había encontrado el cuadro maño. Eso sí, debía vigilar atrás, porque un mal despeje de Sabin Merino le costó un susto importante pasada la media hora y otro de Jair casi vale el 1-1 de Milovanov.

Corría el minuto 37 cuando Eugeni volvía a hacer de las suyas, esta vez con un pase en largo a Sabin Merino que le plantaba solo ante Mariño. El delantero entraba en el área, encaraba al arquero y lanzaba el balón directamente fuera. Una pena, pero los maños perdonaban el segundo. Tras una falta en la frontal para el Sporting, de regalo, porque Djuka agarró primero a Jair, se terminaba la primera parte. 0-1 en el marcador, con la pena final de que el central portugués había visto tarjeta.

Segunda mitad de locura

Comenzaba el segundo asalto con un Sporting que apretaba y hacía sufrir a los maños. Un centro al área y un par de malos rechaces de Cristian a punto estaban de costar el empate. Pero en estas, Bermejo robaba un balón en el área rival, la cedía a Narváez, que a su vez le pasaba el cuero a un Eugeni que disparaba y obligaba a Mariño a estirarse para evitar el 0-2. El cuero terminaba en córner, y en el rechace, Fran Gámez pegaba un zapatazo que repelía el arquero y a punto estaba Merino de meterla.

Un centro de Bogdan se paseaba por el área zaragocista y el recién entrado “Puma” Rodríguez lo enganchaba, pero lo mandaba a las nubes. Urgía un cambio en el cuadro maño, porque el Sporting había despertado y los de JIM sufrían de lo lindo. Vada y Azón daban refresco a los de la capital aragonesa tratando de tener la pelota en zona de tres cuartos y robar rápido. Había que cortar como fuese los mejores momentos de los asturianos, que querían el empate ya.

Se llegaba al minuto 70 y los locales rondaban la portería de Cristian, mientras que el cuadro maño buscaba a Iván Azón. JIM daba entrada a Borja Sainz para seguir con la estrategia de mantener el cuero arriba. Y lo cierto es que lo lograba, mérito del míster y de un equipo que quería los tres puntos a toda costa. La pena estaba siendo que no acertaban a sentenciar, y pudo hacerlo con un disparo de Vada en el 81, pero dio en el larguero. Había que estar atentos porque, en la contra, Cristian se veía obligado a intervenir para evitar el empate.

Sabía el Real Zaragoza cómo evitar que las llegadas del Sporting generasen peligro. Se acercaban los asturianos con disparos y centros, especialmente de la mano del Puma, pero entre la defensa -ahora también con Carlos Nieto- y Cristian, echaban balones fuera. Nacho Méndez quedaba expulsado por una entrada sobre Vada, pero el VAR corregía y se quedaba en amarilla. La mejor noticia es que se perdía un tiempo muy preciado para los maños.

Pero quedaría lo mejor para el final. El corazón zaragocista está a prueba de todo, pero el final podía ser demasiado. Empataba Djuka en un tremendo jarro de agua para los maños cuando se cumplía el minuto 93, pero no quedaría ahí. Vada despejaba en otra jugada, Iván Azón no daba el balón por perdido y se llevaba el cuero en el 95. Tras regatear al arquero, el canterano anotaba el gol del triunfo y la locura estallaba en un pequeño fondo del Molinón. La victoria fue antológica, y aunque queda mucho, el zaragocismo debe olvidarse para disfrutar un triunfo heroico.