El gran puzle sanitario en Aragón

El ritmo frenético en los centros de salud y en los hospitales de Aragón no cesa. Cuando a mediados de 2021 todo apuntaba a que las Navidades, esta vez sí, serían más tranquilas para los sanitarios, ha ocurrido todo lo contrario. Y eso ha obligado a las plantillas a hacer de nuevo encaje de bolillos para asumir toda la demanda asistencial y sacar adelante lo que viene siendo un complejo puzzle sanitario en la comunidad.

A las cifras récord de contagios y a las tareas propias de la Atención Primaria en estas fechas se suman las bajas por covid entre los profesionales del Salud. Son, en estos momentos, más de 600 personas. Esta circunstancia, unida a las bolsas vacías para hacer nuevas contrataciones, ha provocado, según ha podido saber este diario, que algunos hayan tenido que suspender sus vacaciones para trabajar . «Hay compañeros que son positivos y los equipos se deben adaptar. En el medio rural eso hace que todo sea más complejo y hay quien ha cancelado su descanso porque no hay personal», asegura una médico de familia que ejerce en un pueblo de Teruel.

La situación también lleva a los sanitarios estos días a doblar o triplicar turnos, a hacer guardias de 48 horas y, entre medio, a seguir realizando desplazamientos en el caso de la zona rural, a mantener la vacunación y las consultas no presenciales. «Los días de Nochebuena y Navidad los asumieron los compañeros de Atención Continuada, pero si no hubiera sido por los que se han prestado a ayudar sería muy difícil llegar a todo», insiste esta médica.

También en Teruel, los centros de salud de Utrillas y Monreal del Campo tienen ahora ocho facultativos de baja. De hecho, preferentemente solo atienden lo urgente y han suspendido algunas consultas programadas, de modo que tampoco se están desplazando a los consultorios de los pueblos, sino que son los pacientes quienes deben trasladarse al centro comarcal. En Utrillas son tres las bajas y cinco en Monreal.

A esto se suma que, dadas las fechas, las poblaciones en muchos pueblos crecen, lo que incrementa la demanda. «Han cambiado el protocolo y hay pacientes que, supuestamente, ahora no cumplen los criterios para hacerles rastreo, pero llaman y no los puedes dejar sin atender», explica la sanitaria.

Los 123 equipos de Atención Primaria de Aragón, en estos momentos, están desbordados. Lo que pasa en la zona rural también se vive, de forma más intensa por el volumen de población, en las grandes ciudades. «Aquí hay sanitarios que incluso en cuarentena han estado en casa trabajando», señala una médica de San Pablo, en Zaragoza. «Ahora, con las vacaciones, estamos 9 médicos para cubrir el trabajo de 14. Lo que hacemos es repartirnos los pacientes entre todos, pero comprendo que para el usuario es un follón porque la agenda de su médico se cierra, no logran cita hasta dentro de varios días y deben llamar al centro», apunta.

Esta sanitaria de San Pablo señala que el trabajo «ya viene saturado previamente» a la séptima ola «porque hay muchas patologías crónicas, otras consultas, la vacunación y una gran burocracia. La limitación que se ha hecho ahora de los rastreos es por la propia incapacidad del sistema», apunta. «Si tenemos que rastrear todo supone que cada positivo tiene 8 u 10 contactos estas Navidades. Es imposible e inabarcable», matiza.

Lo mismo apuntan desde el centro de salud Las Fuentes Norte, donde esta semana sus profesionales han pedido a los pacientes, a través de las redes sociales, «no saturar el centro con cuestiones administrativas». En concreto, se refieren a las bajas laborales por contagio. «La baja no es urgente. Cuando os llamemos desde el rastreo, comunicad la empresa y se os hará la baja telemática», señalaron.

Realizadas 123 contrataciones en esa ola

Javier Marzo, director de Atención Primaria y Hospitales del Departamento de Sanidad de la DGA, asegura que, en esta séptima ola, «se ha incorporado todo el personal que los centros de salud han pedido», dice. «En cuanto hemos visto la situación de presión, ha vuelto al sistema mucha gente. Si no hay más, es porque no hay médicos de familia ni enfermeras en la bolsa», añade Marzo.

En concreto, según datos de Sanidad, para la campaña se vacunación (tanto de gripe como de covid) se han contratado en esta ola a 21 enfermeras y 28 trabajadores sociales, mientras que para labores de rastreo se cuenta con 62 personas de Enfermería más, dos médicos de familia, tres auxiliares de enfermería, dos auxiliares administrativos y cinco celadores. «Ahora hemos cambiado los protocolos y se van a detectar menos contagios en los centros de salud. No es una medida por falta de recursos, sino porque la transmisión ya no se puede cortar y hay que proteger el sistema. Nos ha funcionado otras veces», dice.

En este centro, a finales de esta semana, no había sanitarios contagiados, pero sus empleados auguran que, dada la situación, habrá problemas. «Ya no solo por estrés y por cansancio, sino porque diariamente vemos muchos casos y hay riesgo. Será leve, por la vacunación, pero son 10 días de baja que nadie cubrirá», señaló un médico de este centro. En ese aspecto, apuntó «si estamos confinados, no nos han facilitado los puestos de acceso para trabajar desde casa», dijo. Algo que los trabajadores ya pidieron en 2020.

También desde Valdefierro, el personal de su centro de salud advierte de una «sobrecarga muy alta» estos días. «Si uno cae malo, no se cubre, pero en este momento ni siquiera las plazas de las jubilaciones», matizó una enfermera a este diario.

«Las restricciones llegan con todo ya desbordado»

En los hospitales la situación no es mejor, aunque personal del Clínico reconoce que se han hecho contrataciones. «En mi planta hay dos bajas por covid y las han cubierto. Otra cosa es ya el periodo de Navidad y vacaciones, que estamos en mínimos porque no se han hecho incorporaciones», reconocía una enfermera.

Respecto a las restricciones impuestas por el Gobierno de Aragón, los sanitarios coinciden en que son necesarias, pero también apuntan a que llegan tarde y en un momento donde «ya todo está desbordado», dicen. «Puede ser que en unos sitios funcionen y en otros no, pero nuestro problema ahora no llega si nos infectamos, que también, sino si lo hacemos todos de golpe», apuntaban desde San Pablo.

Una vez más es «la responsabilidad individual» la que pivota sobre la situación. «Que sean los restaurantes quienes paguen la situación no me parece del todo bien porque la gente se va juntar en los botellones, en las casas… los domicilios parecen covid free. Sanidad ha hecho recomendaciones, pero no son obligaciones y es muy difícil controlar eso», añadía.