Cada comunidad autónoma tendrá libertad para administrar el suero a los más de 3 millones de menores en colegios u otros dispositivos
Además, recalcan en el documento que “el papel transmisor de la población infantil en la infección por SARS-CoV-2 parece ser limitado. En relación al valor de R* se ha demostrado que sigue una tendencia progresiva directamente asociada a la edad, desde un valor de 0.3 en educación infantil de 3 años, hasta un máximo de 0,8 en el sexto curso de primaria”. Tras analizar los sueros disponibles, los técnicos concluyen que la vacuna Comminarty (la de Pfizer) ha mostrado una eficacia frente a Covid-19 sintomático del 90,7% en los ensayos clínicos con niños y niñas entre 5 y 11 años. “La pauta completa es de dos dosis con una separación de 21 días, intervalo menor al que se suelen administrar otras vacunas en la población infantil. La respuesta inmune a las vacunas es, en general, superior cuando la segunda dosis se administra con un intervalo mayor, como se ha observado en adolescentes entre 12 y 16 años. La reactogenicidad es, en general, inferior a la observada a los 16 a 25 años”. Según la Comisión, la vacunación en la población infantil disminuiría la carga de enfermedad en este colectivo y puede disminuir la transmisión en el entorno familiar, en los centros educativos y en la comunidad. “Desde el punto de vista ético puede afirmarse que en la situación actual concurren ambos beneficios, individual y colectivo, en la medida que el el riesgo descrito para la vacuna es, en principio, mínimo, y ha, además un beneficio individual, y que la vacunación es una práctica médica habitual en un menor de edad que, indispensablemente habría sido ya vacunado frente a otras enfermedades. La decisión de vacunación a la población infantil debe adoptarse atendiendo no sólo al interés individual para evitar la infección, sino también a la posible mejora de su salud mental y su bienestar, y en facilitar el regreso a la normalidad, incluida la presencialidad en las clases y de las interacciones sociales importantes para el desarrollo infantil. También se han destacado ciertos beneficios indirectos de la vacunación de la infancia, al reducirse a través de su inmunidad la repercusión familiar de la enfermedad de sus padres”. El documento recuerda, asimismo, que Estados Unidos e Israel han comenzado a vacunar a población infantil de 5 a 11 años. “En concreto, en Estados Unidos se han administrado más de cinco millones de dosis hasta ahora (a fecha de 30 de noviembre).”
Como se recordará, el pasado 25 de noviembre la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) autorizó la presentación infantil de Cominarty para la población de entre 5 y 11 años de edad, tras haber mostrado un balance beneficio/riesgo favorable. Esta vacuna se dispensará en viales diferentes a los utilizados para la población adulta”.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha apuntado que será cada comunidad la que establezca la “modalidad” para proceder a la vacunación de los menores de doce años cuando arranque la campaña en los próximos días, sin aclarar si el Gobierno es partidario o no de que la inyección de dosis se realice en los centros escolares para facilitar su distribución. Preguntada por si el Gobierno es partidario de que la vacunación se realice en los colegios, la ministra se ha referido a la Comisión de Salud Pública y confiado en que se pueda “empezar a partir del 13 de diciembre y en la modalidad que la comunidad autónoma establezca”, informa Ep.