Rusia conquista la Copa Davis

Celebra Rusia su Copa Davis, apuntado el personal a que este era el resultado final desde el inicio del torneo por la calidad y el ranking de los participantes. Y, sobre todo, lo celebra Daniil Medvedev, estrella para bien y para menos bien en estas Finales de la Copa Davis, que suma su segundo título del año en competiciones por equipos tras la Copa ATP de principio de curso. Fue el 2 quien sentenció, como había pasado en casi todas las eliminatorias, tras derrotar a Marin Cilic por 7-6 (7) y 6-2. Cinco partidos, cinco victorias y sin perder un solo set. Pero fue Andrey Rublev, impecable en estas dos últimas jornadas del campeonato, quien impulsó primero el ánimo ruso en esta final de las finales.

Será, sin duda, uno de los nombres recordados en esta Copa Davis. Borna Gojo se ha ganado el cariño y el respeto de todo el tenis después de triunfar en sus tres partidos, ante Lorenzo Sonego, Alexei Popyrin y Dusan Lajovic, con un pedigrí de una sola victoria en el circuito ATP y desde el ranking 279. Y aún tuvo fuerzas, ímpetu e ilusión para plantar cara a Rublev, cinco del mundo con un potencial enorme y consolidado ya entre la élite.

Apretó Gojo con el saque, gracias a su 1’96 pudo impactar la pelota más allá de los 220 kilómetros por hora y sumar 15 saques directos, por 8 de su rival. Pero Rublev tuvo más capacidad para desbordar desde el fondo de la pista. El ruso se activó de lo lindo en semifinales ante Alemania, renqueante los partidos anteriores. Y volvió a subir el nivel cuando la ocasión lo requería. Allanar el camino para que no hubiera sorpresas desagradables en el guion de esta Davis que, desde el inicio, tuvo a Rusia como favorita. En una hora y 33 minutos, resolvió en la sobremesa con un 6-4 y 7-6 (5).

A Daniil Medvedev le tocó, como todos estos días, poner la guinda. Para levantar el trofeo, por supuesto, porque el punto del dobles hubiera sido un jugar con el alambre pues la pareja Pavic-Mektic parece que juega contra aficionados cuando saltan a la pista. Medvedev tomó buena nota de ese encuentro de duplas entre Croacia y Serbia. Con todo un Novak Djokovic, la superioridad de la pareja croata fue inapelable.

Y al 2 del mundo le costó, cansado de un año prodigioso, y con falta de la energía con la que había apabullado a sus rivales en los encuentros anteriores. Es verdad que enfrente estaba un Marin Cilic rejuvenecido a pesar de su veteranía, 33 años, 31 eliminatorias de Copa Davis a sus espaldas. El croata, acompañado de una ruidosa grada con platillos y tambores, aseguró sus juegos, martirizó de lado a lado a Medvedev y aún tuvo para romper el servicio al ruso, salvado el peligro con uno de esos golpes que el 2 del mundo hace como si no le costara nada. Pero no le llegó para rematar. El ruso se revolvió como solo él sabe, para llevar la final hacia su aldo.

Le costó, no obstante, más que cualquier otro partido. Tanto que tuvo que remar hasta el tie break, y hasta trabajarse dos bolas de set porque en la primera competió una doble falta. En una hora, Rusia celebraba el primer parcial y casi el título, pues encontró Medvedev la manera de hacer frágil la mano de Cilic en el segundo set.

Suma Rusia su tercera Ensaladera, después de las conquistadas en 2002 ante Francia y en 2006 ante Argentina, con un equipo de excepción y con edades para seguir soñando con muchas más. Y con un líder descomunal: Daniil Medvedev, cinco partidos, cinco victorias, sin dejarse ningún set.