Todo sobre el cambio de hora de Octubre del 2021 en España: Así entraremos en el horario de invierno

El cambio de hora de octubre del 2021 ya está aquí. Este año se producirá en España el último día del mes, en la madrugada del domingo 31, cuando los relojes deberán atrasarse una hora para entrar en el horario de invierno.

Cuando las agujas del reloj marquen las tres de la madrugada, se tendrán que retrasar a las dos. La modificación horaria de otoño se aplica en todos los países de la Unión Europea (UE), a fin de ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural. A partir del domingo 31 de octubre amanecerá y anochecerá más pronto, hasta que el próximo marzo se realice el cambio horario de la primavera del 2022.

¿Qué día hay que cambiar la hora?

El cambio al horario de invierno en España se produce la madrugada del último domingo de octubre, que este año coincide con el último día del mes, el 31. Esto es así desde 1996: antes el cambio de hora de otoño se llevaba a cabo el último domingo de septiembre.

¿Hay que adelantar o retrasar el reloj?

En el cambio horario de otoño hay que atrasar el reloj una hora. El momento exacto de hacerlo es la madrugada del día 31 de octubre, cuando a las tres volverán a ser las dos. Si prevés estar acostado a esa hora, lo más cómodo es retrasar todos los relojes de la casa al ir a dormir para levantarte el domingo con la hora real.

¿Cómo te afectará el horario de invierno?

El efecto más inmediato del cambio de hora es que amanecerá y anochecerá una hora antes, por lo que dispondremos de menos tiempo de luz solar por las tardes (y más por las mañanas). Los expertos sostienen que el horario de invierno facilita una mejor adecuación entre la luz natural y el ritmo de actividad mayoritario de la población. Al amanecer más temprano, más gente disfrutará de luz solar cuando se levante, lo que supone un claro beneficio en términos de salud.

¿Qué efectos tiene el cambio en la salud?

El cambio al horario de invierno puede afectar sobre todo a las personas con patologías, a los bebés lactantes y a las mascotas. Los efectos del cambio en los biorritmos resultan similares pero menos bruscos que el fenómeno ‘jet-lag’, que se produce tras un largo viaje. Al despertarse, cuando el reloj biológico marca la hora a la que está acostumbrado, es cuando se producen alteraciones, aunque en poco tiempo el organismo lo compensa y se adapta.

¿Cuánto se ahorra con el cambio de hora?

Uno de los argumentos que avalan el cambio horario son los datos que aporta el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que estima que el ahorro energético potencial ronda el 5% solo en España. Este porcentaje representa cerca de 350 millones de euros. De esta cantidad, en torno a 100 millones corresponderían al consumo doméstico (unos 7 euros por hogar), y el resto, a la industria o a la iluminación de edificios de servicios.

¿Será el último cambio de hora?

El cambio de hora de octubre del 2021 no tiene visos de ser el último. La Comisión Europea se había fijado en principio el objetivo de acabar con los cambios en el 2019, pero el plan era demasiado ambicioso y el Parlamento Europeo propuso después que el último año con cambio de hora fuera precisamente el 2021. No obstante, la falta de consenso sobre cómo poner fin a una práctica tan consolidada y la incertidumbre sobre con qué horario se quedaría cada país presagian que los cambios de hora están lejos de terminar.

¿Con qué horario se quedará España?

No está nada claro. El comité de expertos nombrado por el Gobierno para decidir si España se queda con el horario de invierno o con el de verano no se pone de acuerdo sobre qué es lo mejor. Por ello, el Ejecutivo ha abierto un periodo de reflexión que continúa en marcha.

¿Cuál es la historia del cambio de hora?

El cambio de hora se remonta a la década de los 70, con la primera crisis del petróleo, cuando algunos países decidieron adelantar el reloj para aprovechar mejor la luz natural del Sol y consumir menos electricidad (España introdujo el cambio horario en 1974). En 1980, la Comunidad Económica Europea -de la que España aún no formaba parte- publicó la primera directiva para poner orden sobre el tema en los diferentes países.