Pau Gasol baja el telón a dos décadas de leyenda

Suena una ópera de fondo, banda sonora musical que ha acompañado el periplo vital de Pau Gasol desde hace años y que sirve de compás de espera hasta que se encienden los focos en el escenario del Liceo de Barcelona. Cuando lo hacen, la espigada figura del jugador centra todas las miradas. Es más protagonista que nunca y eso, siendo quien es, es mucho decir. Tarda varios minutos en anunciar lo que todos sabían. Circunloquio que aprovecha para dar las gracias a todo el mundo y explicar cómo han sido los últimos años de su carrera. Un epílogo feliz a pesar del amargo final en los Juegos. Recorrido detallado que termina de repente con una frase. «Jugar en Tokio fue un éxito, pero estoy aquí para deciros que me retiro del baloncesto». Palabras que llegan a los 41 años, con decenas de éxitos en el zurrón y que bajan el telón a dos décadas felices sobre la cancha. Leyenda del deporte mundial que encara ya otros proyectos vitales.

Desde que acabaron los Juegos y anunció su adiós oficial a la selección, Pau Gasol había vivido un debate interno entre sus ganas de continuar un año más y su deseo de darle un respiro al cuerpo y disfrutar de su familia. Batalla entre la cabeza y el corazón que ha ganado la primera. «Queria acabar jugando y no en muletas o con operaciones. Por eso, es una decisión difícil pero meditada», explicaba. Se retira finalmente el catalán y con él se acaba la aventura más gloriosa y brillante del baloncesto español. Una carrera plagada de éxitos con la que muchos soñaban pero que solo él ha protagonizado en primera persona. Campeón de casi todo (solo se le resistió el oro olímpico) y ejemplo dentro y fuera de la cancha. Un deportista de leyenda cuya figura se mantendrá en el recuerdo para siempre. El primer español en enfundarse un anillo de la NBA y en ser reconocido como una figura en la liga estadounidense. Futuro miembro del Salón de la Fama y el deportista que abrió el camino para que jugar entre las estrellas no fuera un tabú para el resto de españoles. Faro de las futuras generaciones al que ahora se le abre un futuro incierto que confía en mantener ligado a este mundo que tantas alegrías le ha dado a lo largo de su vida.

No por esperado este final de Pau es menos doloroso para la canasta nacional. Se queda huérfano el deporte español sin uno de sus referentes. Uno de los gigantes de la época moderna junto a Fernando Alonso o Rafa Nadal. Su irrupción hace dos décadas marcó el inicio de la época más gloriosa de la selección. Veinte años inimaginables que han desembocado en un sinfín de medallas y que han situado al equipo de todos a la altura de los mejores de la historia. «Nada en la vida es importante si no formas parte de un grupo o de un equipo. Nada que consigas solo tiene mérito. Por eso quiero agradecer a todos esos que me han permitido alargar mi carrera», apuntó el catalán, visiblemente emocionado.

Enfrente, toda su familia y muchos de sus amigos. Entre ellos, Juan Carlos Navarro, para el que tuvo palabras plenas de sentimiento. «Más allá del gran jugador que eres, tú me enseñaste el sentido de la amistad. Cuando tenía 16 años y llegué al Barsa, tú me abriste las miras. Me mostraste lo que era tener un amigo y contar con él. Me inspiraste como jugador y como amigo».

Con Pau se acabaron los complejos y el miedo a enfrentarse a los grandes retos. Quedaron atrás las barreras, porque él se encargó de romperlas todas. Primero, cruzando el Atlántico para hacerse gigante en la NBA, donde se convirtió en el primer europeo en ganar el premio de novato del año, y luego liderando a España hasta su primer Mundial en 2006.

La medalla de plata en los Juegos de 2008 ante Estados Unidos catapultó su imagen en la NBA y le llevó hasta los Lakers, donde logró dos anillos de campeón junto a su amigo del alma Kobe Bryant. A su lado jugó sus mejores años en la liga y su muerte hace un par de años supuso un mazazo difícil de superar para él. No pudo estar con él en su despedida, y su ausencia fue la más dolorosa. «Me hubiera gustado que estuviera aquí… Pero así es la vida. Muy injusta a veces. Le echamos mucho de menos. Él me enseñó a ser un mejor líder, un mejor competidor. Un ganador. Siempre lo he considerado un hermano mayor», señaló entre lágrimas.

Además de esos campeonatos, la carrera de Gasol en la NBA tuvo muchos más puntos álgidos, como su participación en seis ediciones del ‘All Star’, incluido el de 2015 en el que protagonizó el salto inicial con su hermano Marc. Un periplo que terminó con 17 puntos y casi 10 rebotes de media. Números lastrados en las últimas temporadas por la lesión que estuvo a punto de retirarle de manera prematura. Aun así, considerado por todos como uno de los grandes extranjeros de la liga, Pau será incluido en el Salón de la Fama, donde acompañará a Díaz-Miguel y Ferrándiz como el tercer español entre los mejores de la historia. Los Lakers retirarán su camiseta, convirtiéndose en el primer español en ostentar tal honor en una franquicia de la NBA.

Líder con la selección

Pau se estrenó con la camiseta de España siendo muy niño, escalando por las diferentes categorías hasta llegar a la absoluta. Ya como miembro del equipo que ganó el Mundial júnior de 1999 apuntaba maneras, aunque fue con su paso a profesionales cuando dio el salto definitivo hasta convertirse en el líder total de la selección. «Estos últimos meses han sido muy bonitos, porque me han permitido volver a jugar con ‘La Familia’. Con mis amigos. Jugar en Tokio fue un éxito»

Pau defendió los colores de la absoluta por primera vez en el Europeo de 2001, el primero de los quince grandes torneos que disputó con el equipo nacional. Solo en cuatro de ellos se quedó sin subir al podio, dejando tras de sí un palmarés magnífico que incluye tres medallas olímpicas, una mundial y siete en el Europeo. En total, cuatro oros, cuatro platas y tres bronces. El techo histórico al que ni siquiera leyendas como Navarro o Felipe Reyes han podido llegar.

Despedirse del equipo de su vida en los Juegos de Tokio fue su último gran objetivo, para el que luchó contra una lesión durante dos años. Lo alcanzó tras volver al Barcelona en 2021, club en el que creció y que le ayudó a ponerse a tono para la cita olímpica. De azulgrana ganó su último título –la Liga Endesa 2021-, pues en Tokio no tuvo suerte España y no pudo decir adiós Pau como le hubiera gustado.

Tras aquella despedida agridulce, compartida con su hermano Marc, llega ahora este final definitivo. Ver crecer a su hija y compartir más tiempo con su familia ha pesado por encima de sus ganas de seguir disfrutando del baloncesto. Lo hará, pero desde fuera. Porque seguirá ligado al deporte Pau Gasol, miembro de la comisión de atletas del Comité Olímpico Internacional, además de atender a otros intereses como los de su Fundación.

«Quiero devolver al deporte todo lo que me ha dado. Ya sea desde el COI, ya sea como asesor y embajador del Barça, como miembro del CADE (Consejo Asesor del Deporte Español) o desde la academia del baloncesto que inauguramos hace años. También la filantropía es algo importante para mí. Desde 2003 soy embajador de Unicef, tengo mi fundación y ahora tendré más tiempo para enfocarme en estos proyectos. El objetivo es crear un Plan Nacional contra la obesidad infantil en España. Un proyecto que espero que salga adelante», apuntó el ya exjugador, que ha aprovechado los últimos años para formarse en diferentes ámbitos pensando en una retirada que se ha hecho realidad. Final a la aventura más increíble del baloncesto nacional.