Jordania ve la mano de fuerzas extranjeras en el complot contra el rey Abdalá

Jordania vive jornadas de incertidumbre tras la operación lanzada por las fuerzas de seguridad para desmantelar un complot que buscaba «desestabilizar» el reino y que contaba con la participación del príncipe Hamza bin Huséin, hermanastro del rey Abdalá. Las autoridades acusaron al exheredero al trono de formar parte de un grupo de altos cargos que tuvieron «contactos con fuerzas extranjeras» con el objetivo de «incitar a actividades destinadas a socavar la seguridad nacional». El príncipe Hamza se encuentra bajo arresto domiciliario y otros 16 sospechosos fueron detenidos durante el fin de semana, entre ellos el exministro de Finanzas y antiguo asesor real Basem Awadalá.

¿Disputa palaciega o intento golpe de Estado? Esta es la pregunta que se hacen los jordanos al conocer los primeros detalles de un incidente nada habitual en este país. Las primeras noticias se produjeron el sábado cuando el ex príncipe heredero logró grabarse un vídeo que su abogado hizo llegar al canal BBC en el que señaló que el Ejército le mantenía retenido en su casa de donde no podía salir. Negó su implicación en complot alguno, acusó a las autoridades de «corrupción» e «incompetencia» y lamentó que «ha llegado a un punto en el que nadie puede hablar o expresar su opinión sobre nada sin ser intimidado, arrestado, acosado y amenazado».

Los medios oficiales, como la agencia Petra, han dejado de usar la fórmula «intento de golpe» para referirse a lo ocurrido y optan por hablar de «complot contra la seguridad nacional». El viceprimer ministro Ayman Safadi afirmó que los servicios de seguridad «habían seguido durante un largo periodo las actividades y los movimientos del príncipe Hamza» y del resto de sospechosos y aseguró que «las investigaciones han permitido vigilar las intervenciones y los contactos con partes extranjeras para desestabilizar la seguridad de Jordania».

Safadi informó que «personas vinculadas a servicios de seguridad extranjeros» se comunicaron con la mujer del príncipe para ofrecerle un avión «para evacuarles de inmediato desde Jordania a otro país», pero no dio detalle alguno sobre el origen de la procedencia de estos servicios. Ante la relevancia pública de los detenidos, el jefe del Estado Mayor, el general Yusef Huneiti, subrayó que «nadie está por encima de la ley. La seguridad y la estabilidad de Jordania son lo primero».

Diferencias personales

«El exheredero es muy popular. Tiene un gran parecido a su padre, el rey Hussein, y una muy buena conexión con las tribus del país», apuntó la periodista jordana Rana Sweis a la cadena BBC. Hamza, de 41 años, es el hijo mayor del matrimonio entre el fallecido rey Hussein y la reina Noor. Era el favorito de su padre, que se refería a él como «la delicia de mis ojos». Fue heredero a la corona desde 1999 hasta 2004, cuando su hermanastro, Abdulá II, hijo de la princesa Muna al-Hussein, segunda esposa de Hussein, decidió reemplazarle por su hijo como sucesor.

En el reino era un secreto a voces la tensión entre hermanastros. La reina Noor recurrió a las redes sociales para denunciar esta «calumnia» y afirmó «rezar para que la verdad y la justicia prevalezcan para todas las víctimas inocentes». La reina nunca ha ocultado su malestar por la decisión de Abdalá de retirar a Hamza de la línea sucesoria al trono.

Aliado clave de Estados Unidos

Nada más conocer las conclusiones de las autoridades sobre el papel de un «servicio de seguridad extranjero» en el complot, las miradas apuntaron al vecino Israel, con quien las relaciones no pasan por los mejores momentos. Un exmiembro del gobierno jordano, sin embargo, afirmó al diario ‘The Jerusalem Post’ que «se trata de un problema interno, que no tiene nada que ver con Israel» y negaron las informaciones que apuntan a que las actividades desestabilizadoras de Hamza estarían coordinadas por los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel.

El rey Abdala fue el primer mandatario árabe que recibió una llamada del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Jordania es uno de los grandes aliados regionales de Washington y es clave para la seguridad de Israel. El monarca es también el responsable de los santos lugares en Jerusalén y en las últimas semanas han surgido problemas en torno a la mezquita de Al Aqsa y la forma en la que Israel gestiona el acceso de grupos de ultranacionalistas judíos.

El portavoz del departamento de Estado estadounidense, Ned Price, dijo que seguía «muy de cerca» la situación e insistió en la idea de que «el rey Abdalá es un aliado clave». Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Marruecos, Baréin, Qatar o Kuwait enviaron mensajes de apoyo al monarca jordano y mostraron todo su apoyo a «todas las medidas y decisiones tomadas por Jordania para salvaguardar su seguridad y estabilidad».