El principal opositor ruso, Alexei Navalni, condenado a dos años y medio en una colonia penitenciaria

Después de un aparatoso juicio y de dos recesos para deliberar, los jueces del Tribunal Símonovski de la capital rusa, que han tenido que utilizar la sede del Tribunal Municipal de Moscú para contar con más espacio, ha decidido condenar a Alexéi Navalni, principal adversario del presidente Vladímir Putin, a tres años y medio en una colonia penitenciaria, pero se le descuenta un año de anteriores arrestos y deberá cumplir dos años y medio. Nada más escuchar el veredicto, su esposa, Julia Naválnaya, rompió a llorar.

La sentencia ha sido dictada por la jueza Natalia Répnikova mientras en las calles adyacentes, no en la inmediatez del edificio judicial a causa del cordón policial desplegado, una multitud de partidarios del dirigente opositor pedían su liberación. Más de medio millar de quienes acudieron fueron detenidos y se produjeron incluso choques con los agentes.

En su intervención ante la jueza, Navalni reiteró que todo el proceso ha estado «amañado» desde el principio y que, según su opinión, «lo más importante en este juicio es asustar a un enorme número de personas. Encarcelan a una de ellas para intimidar a millones». No obstante, dijo que, a pesar del enorme número de personas detenidas en las manifestaciones del pasado domingo, más de 5.500, y el día 23 de enero, casi 4.000, «no se puede meter en prisión a cientos de miles de personas». «Cuando se den cuenta de ello, y ese momento llegará, verán que no se puede encarcelar a todo el país», afirmó.

«Viejo en el búnker»

El dirigente opositor volvió a llamar a Putin «viejo en el búnker» y le acusó otra vez de ser él quien dio la orden de envenenarlo el pasado verano. Aseguró que «unos pasaron a la historia como Yaroslav el Sabio y Putin lo hará como Vladímir el envenenador de los calzoncillos».

Navalni consiguió el pasado mes diciembre hacerse pasar por el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, en una conversación telefónica que mantuvo con Konstantín Kudriátsev, uno de los agentes supuestamente implicados en su envenenamiento con la sustancia tóxica de uso militar Novichok. Kudriátsev admitió que el veneno le fue untado en los calzoncillos, en las costuras delanteras de la parte de la prenda que cubre los genitales, en la bragueta. La grabación del aquel diálogo fue difundida en las redes sociales, aunque el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (el antiguo KGB rebautizado con el nombre de FSB tras la disolución de la URSS) la tachó de «falsificación».

El grupo de investigación Bellingcat, junto con la CNN y Der Spiegel, publicaron el pasado 14 de diciembre un informe que vincula a Kudriátsev con el equipo que llevó a cabo el ataque contra Navalni mientras se encontraba haciendo campaña para las elecciones locales en la ciudad siberiana de Tomsk. Las pesquisas de Bellingcat concluyeron que un equipo de especialistas en armas químicas del FSB organizaron la operación para liquidar al dirigente opositor, algo que el propio Putin salió a desmentir durante la tradicional rueda de prensa que ofrece cada año en diciembre.

El máximo dirigente ruso declaró que las revelaciones de Bellingcat demuestran que Navalni «cuenta con el apoyo de los servicios de inteligencia de Estados Unidos». Pero Putin reconoció que el FSB estuvo efectivamente espiando y siguiendo a Navalni precisamente por eso. «Nuestros servicios tenían que vigilarlo, pero ¿por qué habría que envenenarlo? Eso es ridículo. Según sus palabras, «si hubieran querido, le hubieran eliminado (…) su esposa me pidió enviarlo a un hospital de Berlín y lo permití inmediatamente».

Caso Yves Rocher

Navalni mantuvo hoy un agrio intercambio de réplicas con la representante de la Fiscalía General, que trató de demostrar que el acusado no acudió a las citas preceptivas ante las autoridades penitenciarias estando con la condena suspendida. El político opositor fue sentenciado en 2014 a tres años y medio de prisión «condicional» por un presunto delito de estafa y blanqueo de capitales relacionado con la firma Yves Rocher.

La supuesta «violación sistemática» de las inspecciones a las que, según las autoridades, Navalni no acudió es lo que ha servido para que el Servicio Penitenciario Federal de Rusia (FSIN) solicitara al Tribunal Símonovski que cambie la condena suspendida por real y, por tanto, pase a cumplirla en prisión. Tanto el líder opositor como sus abogados defendieron hoy que no pudo acudir a las citaciones por encontrarse en Alemania para recibir tratamiento tras su envenenamiento. La demanda del FSIN fue lo que motivó que Navalni fuera arrestado nada más poner el pie en Rusia tras regresar de Alemania, el pasado 17 de enero.

Además, tanto él como la defensa recordaron a la jueza que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) anuló aquella sentencia, que calificó de «motivada por razones de índole política». Navalni dijo que «Rusia está obligada a aplicar las resoluciones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos».