España se ofrece para paliar los estragos de la pandemia en Portugal

El embajador de Portugal en Madrid, Joao Mira Gomes, confirma que ha recibido formalmente un ofrecimiento de ayuda por parte del Gobierno de España, en el contexto del drama que vive el país vecino debido a que su maltrecho Sistema Nacional de Salud está colapsado y a que la escalada de contagios se ha traducido en una tasa de mortalidad desbocada en poco más de una semana.

Las autoridades portuguesas tenían sobre la mesa informes que retrataban la situación complicada que se vive en el lado español de la península ibérica y, por eso, habían acudido a la vía de Alemania(petición de médicos y material) y de Austria (con el objetivo de trasladar enfermos a Viena) para intentar un alivio inmediato de las desbordadas unidades de cuidados intensivos.

Pero, finalmente, la esperada apelación a la solidaridad ibérica parece convertirse en un hecho, a juzgar por la llamada de las altas instancias del Ministerio de Asuntos Exteriores a la embajada portuguesa en la capital española.

Joao Mira Gomes aseguró a la agencia de noticias Lusa que, a partir de ahora, se abre una fase de evaluación de las posibilidades abiertas para articular los términos de esa ayuda, teniendo en cuenta que cualquier paciente va a preferir ser trasladado a la cercanísima España antes que despertarse rodeado de personal sanitario que habla la lengua germana y con el que le resultaría más difícil entenderse.

Pero la modalidad concreta todavía ha de decidirse y los portugueses saben que las competencias de Salud están transferidas a las comunidades autónomas. En principio, esta circunstancia puede contribuir a que los trámites sean más farragosos y ahí radica la clave para comenzar por un periodo de reflexión al respecto.

Lo que está claro es que muchos portugueses respiran aliviados porque la perspectiva de ser transportados a Berlín o a Viena apenas contentaba a los pacientes de alto riesgo, que ahora ven abrirse las puertas de al lado, tal es el grado de confraternización que rige entre Portugal y España. Se añade también el amplio conocimiento de la lengua de Cervantes entre miles de personas del Algarve, del Alentejo, de Tras-os-Montes o de los alrededores de Viana do Castelo. Mucho más si hablamos de la franja colindante con Galicia, naturalmente, porque las similitudes con el idioma gallego contribuyen lo suyo.

El panorama sanitario portugués se aproxima ya a los niveles de gravedad de un escenario de guerra dado que confluye la embestida de las dos cepas del coronavirus más dañinas: la británica, como en el resto de la Unión Europea, y la brasileña, que está atacando con más fuerza en Lisboa o en Oporto a causa de los estrechos lazos con el país sudamericano.