El mejor Madrid se homenajea

El mejor Madrid apareció en la primera final del año, donde acostumbra. No falla contra los rivales grandes, pero con el Borussia dio un paso más. Y eso fue tan interesante como pasar de grupo. No solo fue serio, solidario o fiable. Manifestó una ambición distinta y constante, sin lapsus, y se fue hacia el rival con una presión que incidía en lo peor de los alemanes, la defensa y la salida del balón.

Lo hizo apuntalado con la vuelta de Ramos y una banda derecha espectacular que le dio la vuelta al planteamiento. El joven Thuram no fue el problema, sino el filón. Lucas, de lateral, se incorporaba por fuera y el mejor Modric en mucho tiempo construía desde el interior. No era un interior clásico, era como un box to box echado a un lado, jugador total que dirigía la presión arriba, ayudaba a construir abajo, y manejaba el juego del Madrid con la vieja brillantez malabarista. Era aquel Balón de Oro, la estrella mundial.

El Madrid presionó muy arriba (bloque alto, bloque alto) y desde ahí vareó a los alemanes. Casemiro robó en el minuto 9, pasó a Lucas y su centró templado lo cabeceó Benzema en el 1-0. Esto se repetiría.

El Madrid interceptaba el juego alemán muy arriba, revelaba la blandura de su defensa, destapaba un posible «fake». La colocación del equipo era óptima; la implicación, absoluta. Le hacía el Madrid al Borussia lo que tantos equipos intentan hacerle a él.

Lucas tenía un carril abierto para profundizar. La tentación era descubrir su espalda. Fue el único error del Madrid, que permitió un balón largo para la contra de Plea en el minuto 24. Falló por poco ante Courtois.

El Madrid no volvió a hacerlo y la presión volvió a surtir efecto en el minuto 32. El robo lo gestionó el superlativo Modric, que pasó a la banda para Rodrygo. Aquí llegó uno de los hitos de esta temporada. Rodrygo mareó al defensa haciendo como que devolvía el juego al interior para soltar, rápidamente, un centro de empeine satinado, magnífico, que Benzema remató con facilidad. Era una obra de arte. Un centro que ni Michel, una banana pero warholiana. Una acción de técnica superior que habla de un techo altísimo que debe garantizarle minutos y confianza. Rodrygo es un joven cuyos chispazos deciden partidos europeos.

La banda derecha le daba todo al Madrid. Vinicius, por la suya, estaba errático sin espacios, pero el equipo oscilaba por la vela izada de Kroos y tenía una posesión rapidísima. Más del 60% de la pelota y solo una ocasión concedida en la primera parte.

Por la derecha pudo llegar otro gol. Primero, en una combinación de Lucas con Modric que acabó en el palo; después, el mismo Modric marcó pero fue anulado por fuera de juego. Estaba en el nacimiento de la jugada, en el robo, en la finalización y dirigía como un base de baloncesto. Modric, como en un revival, reunió algo de su mejor fútbol para liderar al Madrid.

Al descanso, el Borussia llegó empequeñecido, pueril, reducido por un equipo de gigantes reencontrados.

Wendt, el lateral zurdo, chollo del partido, fue sustituido. El Borussia quería reconstruirse, pero no era Wendt el problema y el Madrid siguió jugando igual y entrando con los mismos resultados devastadores durante un rato.

El único enemigo del Madrid podía ser el mismo Madrid. Una pérdida, un despiste. Mendy, por ejemplo, regalando un balón con su empeine estocástico.

El ritmo director de Modric decayó un poco a la altura del minuto 60, e incluso se partió un poco el equipo, pero no cesó el dominio del Madrid, solo adoptó otra forma más prudente. Siguió jugando de puntillas, con primeros o segundos toques e impidió toda expresión ofensiva del Borussia.

El lado zurdo llegaba al rescate. Kroos probó a Sommer desde lejos en el 62 y Vinicius apareció en una combinación veloz en la que quiso dar un pase de más.

En el 68, Rodrygo acabó con chut peligrosísimo una jugada coral. Los cascabeles de Vinicius le anuncian a él. Tiene lo que no tiene el otro, y esa bonita complementariedad le puede venir bien al Madrid.

En el 73, Ramos le anunció el pase a Kroos. Se lo pidió en un sitio exacto y su remate de toro que se quita la banderilla forzó el paradón de Sommer.

Zidane cambió entonces los extremos dando entrada a Arribas. Renovaba la juventud con más juventud.

El vibrante Lucas dio otro palo, el tercero, en una jugada que empezó como lateral y acabó como extremo. No existió el Monchengladbach y pudo llevarse cinco. En el mejor partido del año, el Madrid se homenajeó. Se remonta a sí mismo.

Ficha de partido

Estadio: Estadio Alfredo Di StéfanoReal Madrid

  • 1Courtois
  • 23Ferland Mendy
  • 5Varane
  • 17Lucas Vázquez
  • 4Sergio Ramos
  • 8Kroos
  • 10Modric
  • 14Casemiro
  • 9Benzema
  • 20Vinicius Júnior
  • 25Rodrygo Silva de Goes

B. Gladbach

  • 1Sommer
  • 18Stefan Lainer
  • 17Wendt
  • 30Nico Elvedi
  • 28Ginter
  • 10Marcus Thuram
  • 14Alassane Plea
  • 32Florian Neuhaus
  • 6Kramer
  • 13Stindl
  • 36Breel Embolo
  • Banquillo
  • 2Carvajal
  • 6Nacho
  • 3Éder Gabriel Militão
  • 22Isco
  • 11Marco Asensio
  • 19Odriozola
  • 12Marcelo
  • 30Sergio Arribas Calvo
  • 13Andriy Lunin
  • 26Diego Altube
  • Banquillo
  • 22Bénes
  • 40Andreas Poulsen
  • 31Grün
  • 3Michael Lang
  • 21Tobias Sippel
  • 8Denis Zakaria
  • 19Valentino Lazaro
  • 16Ibrahima Traoré
  • 7Herrmann
  • 11Hannes Wolf
  • 15Louis Jordan Beyer
  • Goles
  • Benzema 8′
  • Benzema 30′
  • Goles

Árbitro: Björn Kuipers