IV La Pascua y la partida.

Fecha de la Pascua.

Habló Yahvé a Moisés, en el desierto del Sinaí, el año segundo de la salida de Egipto, el mes primero, y le dijo: «Que los israelitas celebren la Pascua a su tiempo. La celebraréis el día catorce de este mes, entre dos luces, en el tiempo debido. La celebraréis según todos sus preceptos y normas.»

Moisés dijo a los israelitas que celebraran la Pascua. Ellos la celebraron en el desierto del Sinaí, el primer mes, el día catorce del mes, entre dos luces. Según había mandado Yahvé a Moisés lo hicieron los israelitas.

Casos particulares.

Pero sucedió que algunos hombres estaban impuros por contacto de cadáver humano y no podían celebrar la Pascua aquel día. Se presentaron a Moisés y Aarón el mismo día y les dijeron: «Estamos impuros por contacto con cadáver humano. ¿Por qué hemos de quedar excluidos de presentar la ofrenda a Yahvé a su tiempo con los demás israelitas?» Moisés les respondió: «Esperad, que voy a consultar lo que manda Yahvé acerca de vosotros.»

Yahvé habló a Moisés en estos términos: «Di a los israelitas: Si uno de vosotros o de vuestros descendientes se encuentra impuro por un cadáver, o está de viaje en tierra lejana, también celebrará la Pascua en honor de Yahvé. La celebrarán el mes segundo, el día catorce, entre dos luces. La comerán con panes ázimos y hierbas amargas. No dejarán nada para la mañana, ni le quebrantarán ningún hueso. Según todo el ritual de la Pascua la celebrarán. Pero el que, encontrándose puro y no habiendo estado de viaje, deje de celebrar la Pascua, ese tal será extirpado de su pueblo. Ese hombre cargará con su pecado, por no haber presentado a su tiempo la ofrenda a Yahvé.

Y si un forastero reside entre vosotros celebrará la Pascua en honor de Yahvé; la celebrará según los preceptos y normas de la Pascua. Uno mismo será el ritual para vosotros, tanto para el forastero como para el nativo del país.»

La nube.

El día en que se erigió la Morada, la Nube cubrió la Morada, la Tienda del Testimonio. Por la tarde se quedaba sobre la Morada, con aspecto de fuego, hasta la mañana. Así sucedía permanentemente: la Nube la cubría (de día) y por la noche tenía aspecto de fuego. Cuando se levantaba la Nube de encima de la Tienda, los israelitas levantaban el campamento, y en el lugar en que se paraba la Nube, acampaban los israelitas. A la orden de Yahvé partían los israelitas y a la orden de Yahvé acampaban. Quedaban acampados todos los días que la Nube estaba parada sobre la Morada. Si se detenía la Nube muchos días sobre la Morada, los israelitas respetaban la disposición de Yahvé y no partían. En cambio, si la Nube estaba sobre la Morada pocos días, a la orden de Yahvé acampaban y a la orden de Yahvé partían. Si la Nube estaba sobre la Morada sólo de la noche a la mañana, y por la mañana se alzaba, partían. Si estaba un día y una noche y luego se elevaba, partían. Si, en cambio, se detenía sobre la Morada dos días, o un mes, o un año, reposando sobre ella, los israelitas se quedaban en el campamento y no partían; pero en cuanto se elevaba, partían. A la orden de Yahvé acampaban y a la orden de Yahvé movían el campamento. Respetaban ladisposición de Yahvé, según la orden de Yahvé transmitida por Moisés.

Las trompetas.

Dijo Yahvé a Moisés: «Hazte dos trompetas; las harás de plata maciza. Te servirán para convocar a la comunidad y dar la señal de trasladar el campamento. Cuando suenen las dos, se reunirá junto a ti toda la comunidad, a la entrada de la Tienda del Encuentro. Pero cuando suene una sola, se reunirán contigo los príncipes, jefes de clanes de Israel.

Cuando toquéis con estruendo, partirán los que acampan a oriente. Cuando toquéis con estruendo por segunda vez, partirán los campamentos que acampan al mediodía. Tocaréis con estruendo para partir; en cambio, para congregar la asamblea, tocaréis sin estruendo.
Los hijos de Aarón, los sacerdotes, serán los que toquen las trompetas; este será un decreto perpetuo para vosotros y para vuestra descendencia.

Cuando, ya en vuestra tierra, partáis para el combate contra un enemigo que os oprime, tocaréis las trompetas con estruendo; así se acordará Yahvé, vuestro Dios, de vosotros, y seréis librados de vuestros enemigos. En vuestros días de fiesta, solemnidades y neomenias, tocaréis las trompetas durante vuestros holocaustos y sacrificios de comunión. Así haréis que vuestro Dios se acuerde de vosotros. Yo, Yahvé, vuestro Dios.»

Orden de marcha.

El año segundo, el mes segundo, el día veinte del mes, se levantó la Nube de encima de la Morada del Testimonio, y los israelitas partieron, en orden de marcha, del desierto del Sinaí. La nube se detuvo en el desierto de Parán.

Partieron en vanguardia, según la orden que Yahvé había dado a Moisés: la bandera del campamento de los hijos de Judá en primer lugar, por cuerpos de ejército; al frente de su tropa iba Najsón, hijo de Aminadab; al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Isacar, Natanael, hijo de Suar; al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Zabulón, Eliab, hijo de Jelón.

Entonces fue desmontada la Morada y partieron los hijos de Guerson y los hijos de Merarí, llevando la Morada.
Partió luego la bandera del campamento de Rubén, por cuerpos de ejército; al frente de su tropa iba Elisur, hijo de Sedeur; al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Simeón, Salumiel, hijo de Surisaday; al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Gad, Eliasaf, hijo de Reuel.

Entonces partieron los queatitas, que llevaban el santuario (la Morada se montaba antes de que llegaran).    Partió luego la bandera del campamento de los hijos de Efraím, por cuerpos de ejército; al frente de su tropa iba Elisamá, hijo de Amiud; al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Manasés, Gamaliel, hijo de Pedasur; al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Benjamín, Abidán, hijo de Guideoní.

Luego, cerrando la marcha de todos los campamentos, partió la bandera del campamento de los hijos de Dan, por cuerpos de ejército; al frente de su tropa iba Ajiézer, hijo de Amisaday;
al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Aser, Paguiel, hijo de Ocrán; al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Neftalí, Ajirá, hijo de Enán.
Este fue el orden de marcha de los israelitas, repartidos en cuerpos de ejército. Y así partieron.

Propesta de Moisés a Jobab.

Dijo Moisés a Jobab, hijo de Reuel el madianita, suegro de Moisés: «Nosotros partimos para el lugar del que ha dicho Yahvé: Yo os lo daré. Ven con nosotros y te trataremos bien, porque Yahvé ha prometido bienestar a Israel.» El respondió: «No iré, sino que me volveré a mi tierra y a mi parentela.» Moisés insistió: «Por favor, no nos dejes; tú conoces los sitios donde acampar en el desierto; tú serás nuestros ojos. Si vienes con nosotros, te haremos partícipe del bienestar con que Yahvé nos va a favorecer.»

La Patida.

Partieron del monte de Yahvé para hacer tres jornadas. El arca de la alianza de Yahvé iba delante de ellos los tres días de camino, buscándoles donde hacer alto. La Nube de Yahvé iba de día sobre ellos, desde que dejaban el campamento. Cuando partía el arca, decía Moisés: «Levántate, Yahvé, que tus enemigos se dispersen, que huyan delante de ti los que te odian.» Y cuando se detenía, decía: «Vuelve, Yahvé, a las miríadas de millares de Israel.»