III Reglas referentes a la pureza y a la impureza. Animales puros e impuros

A. Animales terrestres.

Yahvé habló a Moisés y a Aarón en estos términos: Decid esto a los israelitas: De entre todos los animales terrestres podréis comer estos: cualquier animal de pezuña partida, hendida en dos mitades y que rumia, lo podéis comer. Pero entre los que rumian o tienen pezuña hendida, no comeréis: camello, pues aunque rumia, no tiene partida la pezuña: lo consideraréis impuro; ni damán, porque rumia, pero no tiene la pezuña partida: lo consideraréis impuro; ni liebre, porque rumia, pero no tiene la pezuña partida: la consideraréis impura; ni cerdo, pues aunque tiene la pezuña partida, hendida en dos mitades, no rumia: lo consideraréis impuro. No comeréis su carne ni tocaréis sus cadáveres; lo consideraréis impuro.

B. Animales acuaticos.

De entre todos los animales que viven en las aguas, podréis comer éstos: cuantos tienen aletas y escamas sean de mar o río, los podréis comer. Pero todo lo que carece de aletas y escamas en mares  o ríos,  de toda clase de bichos acuaticos y de toda clase de otros animales que viven en el agua, los consideraréis abominables. Los tendréis por abominables:  no comeréis su carne y tendréis sus cadáveres como abominables. Todo cuanto vive   en las aguas y carece de aletas y escamas lo consideraréis abominable.

C. Aves.

De las aves, consideraréis abominables, no las comeréis, y por ser abominación, las  siguientes: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina, el buitre, el halcón en todas sus especies, toda especie de cuervos, el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán en todas sus especies, el búho, el somormujo, el ibis, el cisne, el pelícano, el calamón, la cigüeña, la garza en todas sus especies, la abubilla y el murciélago.

D. Insectos alados.

Todo bicho alado que anda sobre cuatro patas lo consideraréis abominable.  Pero de todos los bichos alados que andan sobre cuatro patas, podréis comer aquellos que, además de sus cuatro patas tienen zancas para saltar con ellas sobre el suelo. De entre ellos podréis comer: la langosta en sus diversas especies y toda clase de saltamontes, de chicharras y grillos.
Cualquier otro bicho alado de cuatro patas lo tendréis por abominable.

Contacto de animales impuros.

Por estos animales contraéis impureza. El que toca su cadáver queda impuro hasta la tarde.
El que levante alguno de sus cadáveres tendrá que lavar sus ropas y quedará impuro hasta la tarde. Todos animal que no tiene la pezuña partida en dos uñas y que no rumia, lo consideraréis impuro. Todo aquel que lo toque quedará impuro. De los cuadrúpedos consideraréis impuros todos los que andan sobre las plantas de sus pies. El que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde. El que levante el cadáver de uno de ellos tendrá que lavar sus ropas, y quedará impuro hasta la tarde.

E. Bichos terrestres.

De los bichos que pululan por la tierra, tendréis por impuros los siguientes: la comadreja, el ratón, el lagarto en cualquiera de sus especies, el erizo, el cocodrilo, el camaleón, la salamandra y el topo.

Otras normas sobre los contactos de impureza.

Consideraréis impuros todos estos bichos; todo el que toque su cadáver quedará impuro hasta la tarde. Quedará impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres, ya sea un instrumento de madera, un vestido, una piel, un saco o cualquier utensilio. Será metido en agua y quedará impuro hasta la tarde; después será puro. Si cae uno de esos cadáveres en una vasija de barro, cuanto haya dentro de ella quedará impuro y romperéis la vasija. Toda cosa comestible preparada con agua de esa vasija será impura, y toda bebida que se beba en una de esas vasijas será impura. Cualquier objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres quedará impuro: el horno y el fogón serán derribados; son impuros y como tales los consideraréis. (Solo las fuentes y cisternas, donde se recogen las aguas, seguirán siendo puras), pero el que toque sus cadáveres quedará impuro.
De igual manera, si cae alguno de esos cadáveres sobre una semilla destinada a la siembra, ésta seguirá siendo pura; mas si cae alguno de esos cadáveres sobre semilla ya remojada, la tendréis por impura.

Cuando muera uno de los animales que podéis comer, el que toque su cadáver quedará impuro hasta la tarde. El que coma carne de ese cadáver deberá lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde. Y el que levante ese cadáver habrá de lavar sus ropas y quedará impuro hasta la tarde.

Consideraciones doctrinales.

Todo bicho que pulula por la tierra es cosa abominable; no se podrá comer. No comeréis ningún animal de los que caminan sobre su vientre o sobre cuatro o más patas, es decir,   ningún bicho que se arrastra por la tierra, porque son abominación.Noos hagáis abominables por ninguna clase de bicho que se arrastra, ni os hagáis impuros por ellos  ni os contaminéis por su causa.

Porque yo soy Yahveh, vuestro Dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo. No os haréis impuros con ninguno de esos bichos que se arrastran por el suelo. Pues yo soy Yahvé, el que os he subido de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Sed, pues, santos porque yo soy santo.

Conclusión.

Esta es la ley acerca de los animales, de las aves, y de todos los seres vivientes que se mueven en el agua, y de todos los que andan arrastrándose sobre la tierra; para que hagáis distinción entre lo impuro y lo puro, entre el animal que puede comerse y el que no puede comerse.

Purificación de la parturienta.

Yahvé le dijo a Moisés: Di esto a los israelitas: Cuando una mujer quede embarazada y tenga un hijo varón, quedará impura durante siete días; será impura como durante sus reglas. El octavo día será circuncidado el niño;  pero ella permanecerá 33 días más purificándose de su sangre. No tocará ninguna cosa santa ni irá al santuario hasta cumplirse los días de su purificación.

Si da a luz una niña, será impura durante dos semanas, como en el tiempo de sus reglas, y se quedará en casa 66 días más purificándose de su sangre. Al cumplirse los días de su purificación, sea por niño o sea por niña, presentará al sacerdote a la entrada de la tienda del Encuentro,  un cordero de un año como holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado. El sacerdote lo ofrecerá ante Yahvé, haciendo por ella el rito de expiación, y quedará purificada del flujo de su sangre. Esta es la ley referente a la mujer que da a luz a un niño o una niña. Si no le alcanza para presentar una res menor, tome dos tórtolas o dos pichones, uno para el holocausto y otro para sacrificio por el pecado; y el sacerdote hará  por ella el rito de expiación y quedará pura.