El 63% de los 231 jóvenes inscritos en el plan de inserción laboral de Cruz Roja encontraron empleo

El plan de inserción laboral desarrollado por Cruz Roja ha permitido a 231 jóvenes residentes en Zaragoza formarse para tener la oportunidad de acceder a un puesto de trabajo. El 63% de ellos, con edades comprendidas entre los 16 y los 30 años y con el abandono prematuro de los estudios como característica común, lo han conseguido. Este programa tiene como objetivo fundamental hacer frente a las elevadas cifras de paro juvenil y reducir el riesgo de exclusión social.

La responsable del Plan de Empleo de Cruz Roja, Isabel Peña, ha explicado que “es una parte del Plan dirigida específicamente para los jóvenes, y está pensado en dos facetas: la primera es asesorar a los jóvenes que están en búsqueda de empleo y orientarles a cómo hacer la búsqueda, y la segunda es formarles y prepararles para los puestos que nosotros hemos negociado con algunas empresas, para acercarnos al perfil que ellos demandan”. Por lo general, estos jóvenes tienen edades comprendidas entre los 16 y los 30 años, han abandonado los estudios en algún momento y apenas cuentan con experiencia laboral.

“En estos momentos el mercado es muy precario, pero sí que hay un porcentaje de aproximadamente un 30% obtienen un puesto indefinido, ya que suelen ser contratos de temporada que pueden durar entre seis y ocho meses”, ha continuado. Los sectores tradicionales como la hostelería o el comercio son los más habituales, seguido del informático o la industria, aunque en estos casos Peña admite que “se requiere una mayor especialización”.

Para aquellas personas que, según explica Peña, “tienen muchas ganas de trabajar pero no reúnen los requisitos que las empresas necesitan”, la entidad les facilita un proceso de adaptación “más largo” para que tengan igualmente oportunidades para acceder a un puesto de trabajo.

Asimismo, cuentan con la figura del prospector empresarial, que es “el que tiene contacto con la empresa y la mantiene vinculada a nosotros, por lo que podemos decir que la mayoría de empresas están sensibilizadas y tienen sus propias áreas para la incorporación de esas personas. También nos orientan sobre qué tipo de formación dar a los jóvenes para que se ajuste a sus necesidades”, ha completado Peña.

“Llegué a Cruz Roja a través de protección internacional, se encargó de mí y he podido hacer las capacitaciones, todos los exámenes correspondientes. Gracias a eso estoy trabajando” explica José Espinoza, de 23 años y procedente de Perú. Por otra parte, la situación que vive Nicaragua obligó a Cinthia Deniss a acudir a este programa: “hice el curso de panadería y pastelería, hice las prácticas y cuando llevaba cinco días me ofrecieron un puesto”, explica. “Aún no tenía el permiso de trabajo, pero ahora sí y ya me han podido ofrecer el contrato”, concluye.