Europa aprueba tener emisiones cero en 2050 y destina 100.000 millones para favorecer la transición climática

La Comisión Europea ha aprobado en su reunión de este miércoles el llamado «Acuerdo verde» («Green Deal») que constituye el impulso más radical que se haya dado jamás a la transformación de la economía europea contra el cambio climático. Para ello quiere movilizar 100.000 millones de euros entre 2021 y 2027 para apoyar la transición «irreversible» hacia una economía libre de emisiones .

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, espera que las líneas generales de su propuesta sean aprobadas en la cumbre de jefes de Estado o de Gobierno que empieza mañana jueves.

Von der Leyen piensa comparecer en el Parlamento Europeo inmediatamente después de la reunión de la Comisión para informar a los eurodiputados de sus planes, en busca de un apoyo político fuerte de esta institución. En el pleno pasado en Estrasburgo, el Parlamento ya aprobó la declaración de «emergencia climática» por lo que la Comisión puede contar con un apoyo firme por parte de los diputados.

El centro del plan será el Fondo de Transición con el que la Comisión pretende convencer a los países más reticentes al cambio como Polonia, la República Checa y Hungría.

Los técnicos del ejecutivo comunitario calculan que con esos fondos se podrá dinamizar una multiplicación de inversiones, ya sea con créditos del Fondo Europeo de Inversiones o de los propios países miembros, de modo que el dinero dedicado a la transformación ecológica llegará a montantes «de tres cifras» en términos de miles de millones. Los técnicos europeos trabajan ahora para cambiar la legislación sobre ayudas de Estado para que sean posibles las ayudas con dinero público para este objetivo, incluyendo todos los sectores económicos, desde la automoción y la construcción a la agricultura, que deberá de dejar de utilizar masivamente pesticidas, a la gestión ecológica de los bosques.

Para alentar a los demás países del mundo a seguir el mismo camino, la Comisión prevé implantar una carga en la frontera para los productos que hayan sido fabricados sin respetar las exigencias medioambientales europeas, de modo que no se distorsione la competencia. Los países competidores o las empresas europeas que no respeten los límites de emisiones también podrán comprar activos en los mercados de emisiones. La aviación, que actualmente no paga por las emisiones, a pesar de que son una fuente importante de contaminación, empezará a pagar por ello.

El plan que ha apribado la Comisión prevé un incremento del ritmo de reducción de emisiones en Europa que pasará del objetivo actual de un 40% al 55% para 2030. En 2050 se proponen llegar a una neutralidad en carbono.

En marzo del año que viene se presentará una nueva ley medioambiental europea con estos objetivos y se propone que todos los países miembros estén obligados a cumplirla.