El Madrid estropea una gran noche

Estaba siendo una noche perfecta para el Madrid. Su mejoría quedaba confirmada contra un gran equipo y Valverde se transfiguraba en otra cosa, en ídolo del Bernabéu. Al retirarlo Zidane y entrar el Madrid en un clima de borrachera y ovaciones, el PSG aprovechó la situación y empató en dos lances. En plena confirmación, pues, aparecía el viejo fantasma de la debilidad defensiva.

Se hablaba mucho de Mbappé, pero en el 3-0 de la ida lo que importó fue el centro del campo. Cuando se pensaba que Zidane sacaría a Modric en un 4-4-2, siguió fiel a su 4-3-3 y optó por una salida intermedia e insospechada: Isco. Lo orígenes de Zidane están en la Cabilia. La Cabilia debe de ser como el Aragón de Argelia. Las ideas fijas de Zidane son tan fijas que lo circunstante empieza a cambiar, y no él, hasta que las cosas le empiezan a salir. Ahora está claro que quiere rehabilitar a Isco y su plan se parece un poco a aquella película de Clint Eastwood, Space Cowboys: ante una importante misión, reclutar a los mismos veteranos que ya la realizaron y darles vida nueva. En la pelicula funcionaba.

En el PSG los ojos se iban a Mbappé; rapidísimo y hábil por la derecha, pronto topó con Casemiro. El Madrid salió presionando arriba, y el PSG en una situación más bien de expectativa. Mbappé , controlado, a mitad del primer tiempo decidió cambiar de banda.

El Madrid tenía un dominio posicional, control del juego y la pelota, pero poco riesgo, poca profundidad (chut lejano de Kroos)

A la altura del cuarto de hora recordábamos que Real Madrid y PSG son los equipos que menos se mueven en la Champions. El partido se caminaba.

Y en esa calma chicha se movió Hazard, eléctrico, llevando una jugada hasta la derecha, donde Valverde cortó, penetró y pasó: el palo de Isco lo remató Benzema, de nuevo en su sitio.

El gol tenía origen en un Hazard cada vez más integrado en el juego colectivo, y en la llegada de Valverde, que no solo llegó, también presionó con agresividad por delante de Casemiro, como otro foco de energía diez metros por delante; además participa en los ataques estáticos colocándose de espaldas, fijando defensas en el área con trazas de nueve instantáneo. Su contribución al equipo es enorme y además es tácticamente eficiente. Es un par de pulmones con criterio.

En esos minutos el Madrid estuvo muy bien. Se vio por momentos un Madrid distinto, no basado en el berrinche y la cólera del arrebato europeo, con un juego más controlado que nacía en la solvencia de Kroos, se tramaba en la izquierda, entre Benzema y Hazard y acababa volcándose al otro lado con chuts de Carvajal, Kroos o Casemiro.

El PSG se sacudía ese dominio buscando a Mbappé, ya en la izquierda, y en el 36 exigió un brazo a lo Mazinger de Courtois.

El Madrid volvía, sin embargo, al asedio, Hazard superaba a Mbappé para éxtasis local e incluso Isco volvía a su gambeteo (¡su espeteo!), y cuando mejor estaba el Madrid llegó el pase de Verrati a Icardi, derribado por Courtois. El árbitro lo pitó todo: falta y roja, penalti y amarilla y cuando el VAR tenía que decidir entre lo malo o lo peor encontró, bastante antes en la jugada, el pecado original: una falta a Marcelo.

Es decir, lo que pasó al final había pasado antes en la primera. No fueron unas cuantas anécdotas inoportunas.

El Madrid se fue al descanso entre aplausos de reconocimiento. A la vuelta, al anunciarse Neymar, los mismos le dedicaron una gran pitada, certificando la malquerencia madridista por el brasileño.

Y Valverde seguía haciéndose importante. En la red de toque y pausa de los veteranos, él rompe con mayor singularidad si cabe. Talgo, tráiler, torrente de zancada enorme que recuerda a los grandes medios físicos que cayeron de pie en el Madrid, Stielike o Jankovic.

Con Valverde yendo y viniendo, ocupando tanto campo, Isco puede ser Isco, Kroos puede ser Kroos. Al Madrid le faltaba oxígeno y Valverde repuebla él solo el mediocampo dando nueva vida al 4-3-3 de Zidane. El Bernabéu lo adoptó como ídolo en la noche de su confirmación y todo cambió para peor al ser cambiado. Valverde es la elasticidad del Madrid reumático.

Junto a Hazard, cada vez más pareja de Benzema (Benzema tiene idilios y luego relaciones de convivencia con los cracks), dan motor, relieve y posibilidades a los superclases envejecidos del Madrid, que parecían devueltos al fútbol. Así, Isco estuvo en llegador y hasta pudo marcar.

El PSG quiso tomar la iniciativa pero el Madrid estaba firme y además era capaz de contragolpear.

En un lance, Hazard revivió por la izquierda a aquel Butragueño suicida contra el Cádiz y una salva de aplausos llenó la noche. La camiseta blanca ya se le vio suya, no solo se insertaba en el juego, también en la genealogía del club, en una rama estética de su historia.

Se fue ovacionado y entró Bale, en ensordecedora división de opiniones. Bale lanza intensos mensajes: es la modernidad del trol (dialoga con lo más recalcitrante del entorno) y es también la caraba zidanesca haciendo guiños a quien los quiera ver.

Salvo algún detalle de Mbappé, no suponía el PSG un peligro serio para el Madrid y Benzema remató el partido tras clásico pase de Marcelo. Era como si nada hubiera cambiado. ¡Los Space Cowboys pilotando otra vez!

El gol de Mbappé, error grave de relajación atrás, parecía que iba a ser solo una anécdota, pero después de los cambios y las ovaciones (hasta para Isco, cierto frenesí reconciliatorio), Sarabia, cuña conocida, empató el partido y dejó la recuperación del Madrid en entredicho. Mbappé le perdonó la vida al final y volvió a entrar complejo de coladero.

Nota final: Keylor, importante con sus paradas, fue ovacionado en otro improvisado homenaje cuando abandonaba el campo.

Ficha de partido

Estadio: Santiago BernabéuReal Madrid

  • 13Courtois
  • 12Marcelo
  • 5Varane
  • 4Sergio Ramos
  • 2Carvajal
  • 8Kroos
  • 14Casemiro
  • 15Federico Valverde
  • 22Isco
  • 7Hazard
  • 9Benzema

PSG

  • 1Keylor Navas
  • 12Thomas Meunier
  • 2Thiago Silva
  • 3Presnel Kimpembe
  • 14Juan Bernat
  • 27Idrissa Gueye
  • 5Marquinhos
  • 6Verratti
  • 7Kylian Mbappe-Lottin
  • 18Icardi
  • 11Di María
  • Banquillo
  • 11Bale
  • 3Éder Gabriel Militão
  • 1Alphonse Areola
  • 23Ferland Mendy
  • 10Modric
  • 18Luka Jovic
  • 27Rodrygo Silva de Goes
  • Banquillo
  • 23Draxler
  • 16Sergio Rico
  • 22Abdou Diallo
  • 9Cavani
  • 10Neymar
  • 19Sarabia
  • 31Colin Dagba
  • Goles
  • Benzema 16′
  • Benzema 78′
  • Goles
  • Kylian Mbappe-Lottin 80′
  • Sarabia 82′

Árbitro: Artur Manuel Soares Dias