Comienza el curso y el debate vuelve a ser el mismo un año más, ¿móviles en los centros educativos sí o no? La discrepancia bascula entre la tecnología y la adicción, las puertas al cambio y la protección del menor, la adaptación al medio y la defensa de las esencias educativas. España llegó a plantearse vetar el teléfono en las escuelas como ya hizo Francia hace un año, pero la cosa no pasó de unas cuantas tertulias matinales.
En el año 2017, el Gobierno de Aragón junto con la colaboración de los Departamentos de Educación, Innovación y Sanidad, profundizó en la estrategia de integrar las nuevas tecnologías en la educación y la promoción de la salud gracias a un decálogo dirigido a todo el entorno familiar y educativo. En él se recogieron 10 puntos que ayudan a los jóvenes a realizar un buen uso de estos dispositivos. Proteger la intimidad propia y la ajena, tener momentos libres de los móviles, no usarlo antes de dormir y controlar los excesos, son algunos de los puntos que intentan preparar a los alumnos y prevenir problemas mayores.
Según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 2018 el 72,5% de los niños de Aragón entre los 10 y los 15 años disponían de teléfono móvil, situando a esta comunidad en el puesto número seis, por detrás de Valencia (75%), Extremadura (74,8%), Asturias (74,1%), Navarra (73,9%) y País Vasco (73,8%). En el 2008 esta cifra no alcanzaba el 64% y situó su punto más elevado en el 2017, con un 77,9%.
Actualmente, en Aragón los centros son libres a la hora de elegir si están permitidos o no y en qué momento se puede hacer uso de ellos, por lo que las opiniones tanto de expertos como de los directores de los centros, son muy variadas. Cada espacio educativo tiene autonomía para decidir las medidas que quieren llevar a cabo, dejando así en manos del director si están a favor o no del uso de este dispositivo en horas lectivas.
Por su parte, fuentes del Departamento de Educación recalcaron a este diario que en la comunidad «no está prohibido el uso del móvil» en los centros escolares, mientras que se permite «siempre que sea para una actuación educativa». En este sentido, el director general de Innovación y Formación Profesional, Toni Martínez, manifestó que la consejería quiere «educar y no prohibir» y reiteró que el uso solo es si es educativo». Martínez explicó que las tablets y los móviles forman «parte de la sociedad y, por tanto, también del aula, aunque con esa vertiente educativa».
Pese a ello, en la mayoría de los casos los móviles están prohibidos sobre todo en los colegios con niños muy pequeños. Aunque se hacen algunas excepciones por motivos de salud, como sucede en el colegio Cortes de Aragón, en Zaragoza, donde uno de los alumnos padece una enfermedad que es controlada a través de un dispositivo móvil. Ante esta situación de control y de buen uso, las tecnologías siempre son bienvenidas.
INVESTIGACIÓN
El debate abierto genera que apenas hay término medio y nadie se pone de acuerdo en qué es lo más conveniente. Es fácil encontrar estudios y expertos muy a favor y otros en contra. Y en el centro de todo esto, hay una sociedad desorientada que en este caso tiene ante sí un asunto trascendental como es la formación de sus hijos en un mundo que evoluciona cada día.
La Unesco, en un estudio del 2012, invitaba a usar la tecnología móvil para conseguir «una educación más accesible, más equitativa y más efectiva para los estudiantes de todo el planeta», sin olvidar los riesgos como el cyber-bullying. También la Fundación Bofill, referente privado en materia educativa, se ha posicionado a favor. En cambio, un trabajo de la Universidad de Chicago afirma que los teléfonos en las aulas reducen la atención, incluso cuando están apagados.
Otro trabajo sobre la relación entre el teléfono y la enseñanza, en este caso de la London School of Economics, y realizado en el 2015, también asegura, tras analizar casi un centenar de centros, que las escuelas que vetaron el móvil consiguieron que el rendimiento escolar se incrementara en un 6,4%. Hasta un 14%, en el caso de los estudiantes con las notas más bajas. Un estudio publicado en el 2018 en la revista Educational Psychology llegó a la misma conclusión: el móvil divide la atención y las distracciones merman la retención de datos a largo plazo.
Otras tecnologías como los ordenadores y las tablets se han convertido en herramientas muy importantes en los diferentes centros escolares donde se ha llegado a prescindir totalmente de los libros de texto. Es el caso del instituto Picarral de Zaragoza, que se ha convertido en uno de los centros más innovadores de la capital aragonesa donde se trabaja en grupos y siempre con la información al alcance de la mano. Los profesores por otro lado, se tienen que adaptar a una nueva forma de enseñar de la que ellos también tienen mucho que aprender.