Medios para pensar mejor III

Mejorar el nivel de comprensión, potenciar la actitud para descubrir el saber, “educarse en la mirada inteligente” son los primeros pasos para aprender a pensar mejor. Pero no para aquí, el proceso continúa. ¡Es tan importante saber pensar! ¡Tener el hábito de pensar! El sistema educativo, frecuentemente, obvia esta cuestión, y, prima la acumulación de saberes. Como si la mente de niños y jóvenes fuera un disco duro en el que hay que almacenar conocimientos, aunque no se comprenda lo memorizado, ni se entienda, el por qué y para qué de lo que se estudia. Así, pronto, ellos olvidan, se desmoralizan, se aburren, se sienten incapaces, y sobreviene el fracaso escolar y lógicamente, una importante pérdida de la autoestima. Por ello, si os parece, continuamos con nuestro discurso.

El tercer medio, consiste en mejorar la reflexión y para ello, es conveniente: cerciorarse de que se comprende claramente el problema a estudiar; analizarlo desde diferentes puntos de vista (estamos desarrollando nuestra capacidad de análisis); tratar de expresarlo de forma gráfica (desarrollamos nuestra capacidad de síntesis); considerar las posibles soluciones y tratar de encontrar aquella que creemos apropiada.

Por último, el cuarto medio es desarrollar el pensamiento creador. La creatividad, requiere razonamiento e imaginación, y por tanto, precisa de mucha reflexión previa. Supone el desarrollo de la capacidad creadora: inventar, innovar, descubrir y expresarse de forma original. Todos poseemos, si nos esforzamos, la capacidad, como artistas y científicos, de resolver problemas con medios ideados por nosotros mismos. Para ello, hemos de fomentar algunas cualidades previas en los muchachos para que esto se produzca: capacidad de asombro ante lo que nos rodea; curiosidad intelectual; actitud crítica; insatisfacción ante los resultados obtenidos; ansias de saber más; exigencia consigo mismo; fortaleza ante lo que resulta arduo y difícil.

La actitud creadora se puede y debe desarrollar en todas las personas y edades. Por lo que, es fundamental plantearse las cosas desde su raíz, superando la conformidad y la rutina: perder el temor a equivocarse, expresarse con libertad, descubrir relaciones nuevas entre hechos e ideas, sentir que en el interior de cada uno existe un artista y que, mediante el aprendizaje y la perseverancia, en cualquier área en la que se esté suficientemente capacitado, se puede crear para sorpresa de muchos.

El desarrollo del pensamiento creador exige lucha, para poder vencer toda una serie de obstáculos como son: la rigidez o inflexibilidad mental, la rutina, el hábito de aprender acumulando información… con lo que se está olvidando la curiosidad y el descubrimiento personal. El desarrollo del pensamiento creador es una actitud permanente que pueden cultivar y desarrollar todas las personas. Se convierte en un modo de estar despierto al mundo y afecta a toda la vida del hombre.

¿Para qué me sirve todo lo que estoy aprendiendo? ¿Qué es lo que puedo hacer con lo que sé? ¿Que es lo que debo hacer por los demás con lo que sé? Saber encontrar las respuestas, abrirá la mente de los chavales y les ayudará a querer pensar y por tanto, a saber hacerlo y a sentir en, consecuencia, que pueden hacerlo. Los educadores, padres, familiares, amigos, periodistas, políticos, comunicadores y profesores… hemos de encontrar respuestas y actividades, que logren satisfacer la necesidad de hacer coherente el esfuerzo de los chicos por intentar pensar y, hacer de ellos, personas con mentalidad emprendedora y creativa.

Cada persona es un ser único. Su aportación a la familia y la sociedad no sólo es necesaria, sino imprescindible. Hemos de potenciar la formación de líderes que busquen la excelencia en sus actividades. Sólo así, lograremos unas personas mejores, unas familias influyentes, una sociedad capaz de afrontar los retos que el futuro nos depara.