Zverev se hace maestro ante Djokovic

Alexander Zverev por fin está aquí. Se le esperaba desde hacía tiempo. Ha tenido grandes momentos como los tres Masters 1.000 conquistados antes de cumplir los 22 años (Roma y Canadá en 2017, Mutua Madrid Open en 2018), pero se le atascan las grandes citas. En los Grand Slams de este curso, solo en Roland Garros llegó a cuartos, quedando en tercera ronda en Australia, Wimbledon y US Open.

Pero en Londres se convirtió en maestro, por primera vez y en la segunda vez que llegaba a este torneo. El primer alemán desde Boris Becker en 1995. Y lo hizo con una exhibición ante un Novak Djokovic al que se le notó algo cansado después de un año fantástico en el que ha resurgido hasta encaramarse a lo más alto de la ATP.

Zverev, casi dos metros, un saque demoledor y piernas para llegar a todo, desplegó el nivel con el que el planeta tenis lleva ya un tiempo asumiendo como próximo número 1. Apenas cometió errores con su servicio y logró quebrar el equilibrio de Djokovic en el juego psicológico donde lo suelen hacer los campeones veteranos, en el décimo juego. Si el número 1 del mundo no había perdido su servicio en todo el torneo, ane Zverev hincó la rodilla al final de esa primera manga y otras dos veces en la segunda. Obligado por su cansancio y por el torrente de tenis que llegaba del otro lado de la pista.

Lejos de sentir la presión del escenario, de un rival que ha ganado cinco títulos de Maestro (2008, 2012, 2013, 2014 y 2015), es líder de la ATP y solo había perdido dos encuentros de los últimos 37 disputados, Zverev se mostró concentrado desde el principio e hizo gala de una entereza que a veces se le ha reprochado no tener en los momentos importantes.

Convincente con el resto, movió al serbio a su antojo y este, eufórico hasta esta final, no se encontró jamás cómodo. Mucho menos en un segundo set que comenzó con otra rotura en contra y ni siquiera le sirvió de alivio recuperarlo en el siguiente juego. Errático y descentrado, jugó a merced de Zverev, siempre dentro de la pista y con la raqueta a punto para descargar toda su furia, por fin controlada.

El alemán, cinco del mundo, releva al propio Djokovic como el más joven en coronarse en Londres, con 21 años, seis meses y 27 días, un mes mayor que el serbio en 2008. Irrumpe en la historia del tenis tras apartar a los grandes de siempre:el sábado tumbó a Federer, hoy, a Djokovic. Zverev ya está aquí.