Ecuador dice adiós a la «era Correa»

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, logró el domingo un respaldo mayoritario en la consulta popular, pero los resultados reflejan que la sombra de su principal opositor en este lance, Rafael Correa, aún es alargada. A menos de nueve meses de asumir el cargo, la elección era considerada como un barómetro del respaldo a la gestión de Moreno, que se ha visto marcada casi desde el inicio por el enfrentamiento con su antiguo correligionario y hoy acérrimo adversario político.

En las siete preguntas planteadas a la ciudadanía en el referendo y consulta popular promovidos por el Ejecutivo ganó la opción del Sí, con una participación del 82%, pero las cuestiones que se había fijado como meta el No, impulsado por los simpatizantes de Correa, registraron los porcentajes más bajos. Se trata de las preguntas 2, 3 y 6, que registraban un apoyo del 64%. Planteaban, por orden, derogar la reelección indefinida de autoridades, la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana (órgano que designa a las autoridades de control en el país), y acabar con la denominada Ley de Plusvalía, a fin de impulsar la construcción y las inversiones.

Al conocerse los primeros resultados que apuntaban a la victoria del Sí, el jefe del Estado agradeció en una alocución, al pueblo y a las instituciones, por su participación en la jornada electoral. Adelantó que «no volverán ya los viejos políticos», sin mencionar a ninguno en concreto, pero aludiendo a la segunda cuestión que ha sido interpretada como un intento de impedir que Correa, que gobernó Ecuador durante una década, regrese al poder. Desde el palacio presidencial de Carondelet, en Quito, Moreno se mostró vehemente e impaciente por poner en marcha los mecanismos para transformar la consulta en una realidad legal. «Todos estamos obligados a concretar este mandato sin ninguna demora», zanjó Moreno antes de avanzar que en los próximos 30 días la Asamblea Nacional iniciará el trámite para poner en marcha la aplicación de las legislaciones votadas el domingo.

Los detractores de la consulta, principalmente afines a Correa, aducen que fue convocada de manera inconstitucional por Moreno, por decreto y sin esperar el preceptivo dictamen de la Corte Constitucional, y que recoge preguntas que vulneran la ley ecuatoriana y reglamento internacional. Correa recibió los resultados en su casa de Guayaquil, con un rostro que reflejaba una notoria satisfacción. La del ex dirigente ha sido prácticamente la única fuerza opositora del plebiscito del domingo, pues la oposición conservadora ha defendido sin paliativos el Sí.

Sobre la deriva del Gobierno de Moreno a partir de ahora, el profesor universitario Gabriel Hidalgo aseguró ayer a LA RAZÓN que el presidente se apropiará del centro político: «Puede acercarse a los sectores más moderados de la derecha tanto como quedarse con el segmento de la socialdemocracia, que estuvo abandonado en las últimas elecciones».