Bunbury, tiempos de furia

Un Bunbury se diría que en pie de guerra, tanto por su grueso sonido rockero como por sus textos enojados, cobra forma en Expectativas, el disco que hoy presenta en su ciudad, en el pabellón Príncipe Felipe, a partir de las 21 horas. Obra densa y acusatoria que, en su primera mitad, «lanza una reflexión y una mirada social» y en la segunda «busca una serie de refugios y cobijos donde guarecerse de la confusión», concretados en «el amor, el arte y la desconexión».

Bunbury dice atender a sus impulsos artísticos «sin complejos ni concesiones», lo cual incluye mensajes políticos de alto voltaje. «Pudiendo escoger entre dos o tres / preferimos al más subnormal», canta, con toda la incorrección formal, en una de las canciones, En bandeja de plata. «¿Le parece fuerte? Lo que es verdaderamente fuerte es la escasa participación que tenemos los ciudadanos en la llamada democracia», argumenta. «Elegir cada cuatro años entre tres, cuatro o cinco candidatos, a los que no aceptaría en ninguna de mis fiestas, me parece una opción raquítica. Y definir a nuestros gobernantes, ya sea Trump, Peña Nieto o Rajoy, como individuos por debajo de lo normal me parece ser muy generoso, vistos los resultados».

La entrevista con este diario se desarrolla, como todas, vía mail: se intuye cierta desconfianza ante las transcripciones periodísticas. «Creo que las respuestas quedan mejor plasmadas y, además, no digo lo primero que se me ocurre», alega. Así no se podrá atribuir a un calentón que confiese, por ejemplo, sentirse «muy poco interesado por las ruindades y fechorías de nuestros gobernantes». Sí, Bunbury dice no seguir la actualidad política, pero aun así cree que «algunas canciones pueden leerse en clave social desde la perspectiva de distintos países», señala en referencia a las respuestas que ha recibido tanto desde España como de México, Argentina o EEUU.

Abundan en Expectativas mensajes no ya críticos, sino desoladores. ¿Apelar al apocalipsis no puede ser un recurso artísticamente efectista? «Supongo que se refiere a la frase de la ‘suave brisa nuclear que nos dejará en los huesos’. Pero En bandeja de plata está gustando bastante, así que entiendo que el texto ha conectado con el público», razona. En compensación de piezas como esta o de Parecemos tontos hay, en la segunda mitad, mensajes más alentadores. «La certeza de la intuición en Supongo, el amor con mayúsculas en La constante, la desconexión de las leyes de los hombres en Bartleby, el arte y el proceso creativo en Al filo de un cuchillo…», enumera. Pero reconoce que el conjunto de Expectativas es «oscuro y desesperanzado».

A juego con esa narrativa, un sonido invasivo y con muchas capas: guitarras procesadas, electrónica, groo-ves corpulentos, un piano con acentos clásicos, un saxo dramático que entra y sale, todo ello dando grosor a canciones que combinan un pulso primitivo con escaladas emocionales. Bunbury se acoge a una idea de rock con intención «contemporánea, sin los tics habituales del género», y confirma su alejamiento de los géneros latinos que transitó en otros tiempos. «Uno no sabe qué le deparará el futuro, pero no suelo repetir lo que hice».

Hace 30 años que salió el primer disco, un elepé, de Héroes del Silencio, Bunbury ya es todo un superviviente de la industria musical y en una de las canciones, La actitud correcta, parece bromear con el lenguaje de la promoción: «Tu nuevo disco será la hostia / Más guitarra y más sintetizador, / seguro que me suena la misma canción», dice la letra. ¿Se siente alejado de la ansiedad por el hit parade? «Bueno, los que llevamos mucho tiempo haciendo discos !hemos visto de todo!», exclama.

Desde su lugar de residencia, Los Ángeles, «una ciudad extremadamente estimulante», se deleita dirigiendo su radar a las propuestas del mundo latino y destaca los «grandes discos» que, a su juicio, han lanzado artistas como el estadounidense de origen ecuatoriano Helado Negro, el grupo mexicano De Osos, los argentinos Juana Molina, Él Mató a un Policía Motorizado y Los Espíritus, y los españoles Viva Suecia, Rufus T. Firefly, Neuman, Nudozurdo, Raúl Rodríguez y Guadalupe Plata. Ahí queda.