Esta subclase, más contagiosa y ya en fase epidémica en España, presenta síntomas característicos. Las autoridades piden vacunación y seguir medidas de prevención
España ya se encuentra en fase epidémica. Las autoridades sanitarias han alertado de que la variante K de la gripe, una mutación del virus A(H3N2), puede provocar una ola de contagios antes de lo que se esperaba y de forma previa a la Navidad. Aunque no genera cuadros más graves que la gripe habitual, su mayor capacidad de transmisión y su adelanto en el calendario están elevando la presión en unos servicios de Atención Primaria y urgencias de los hospitalarias ya tensionados por la falta de recursos.
La subvariante —que presenta mutaciones en la proteína hemaglutinina, capaces de evadir parcialmente la inmunidad previa— está registrando un comportamiento atípico, según expertos en Salud Pública, con contagios que aparecen tres o cuatro semanas antes de lo habitual y brotes que ya obligan a hospitales a ampliar camas en varias comunidades autónomas.
Según los expertos citados por organismos sanitarios, estos son los 10 signos más característicos:
- Fiebre alta repentina
- Dolor corporal generalizado
- Fatiga intensa, agotamiento y malestar general
- Tos seca
- Dolor de garganta
- Dolor de cabeza
- Dificultad para dormir
- Pérdida de apetito
- Diarrea
- Dolor de estómago
En niños, los síntomas son similares, pero también pueden experimentar:
- Dolor de oído
- Menor actividad o apatía
Un virus más contagioso, pero no más virulento
Los especialistas insisten en que más transmisible no significa más grave, pero el aumento del número absoluto de contagios sí puede traducirse en más hospitalizaciones y saturación temporal del sistema sanitario. Y en cuanto a transmisión, insisten en que es la peor cepa de los últimos 15 años. El epidemiólogo Joan Carles March explica que esta variante ha adquirido «unas siete mutaciones que la hacen propagarse con mayor facilidad al evadir parciamente la inmunidad generada por vacunas o infecciones pasadas».
Por eso, el especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva señala que «las vacunas no son tan eficaces». De ahí que los datos epidemiológicos muestren «un aumento del número de casos en Atención Primaria», y que en algunas comunidades autónomas como Baleares se haya superado el umbral epidémico antes de lo normal.
En cuanto a su virulencia, las cifras actuales muestran que:
- 81,6% de los contagiados presentan tos.
- 80,3% fiebre (a menudo alta).
- 74,5% fatiga y malestar.
- 72,8% congestión nasal.
- 60,1% dolor de garganta.
- 41% dolor de cabeza.
- 40% dolores musculares.
Qué hacer frente a la gripe K
Ante este panorama, March destaca que se ha declarado una «alerta reforzada, dando prioridad a la prevención». Esto significa que Sanidad reforzará los protocolos de vacunación, las medidas de higiene (lavado de manos, ventilación, evitar espacios cerrados cuando haya brotes activos, uso de mascarilla ante la aparición de síntomas) y la protección de personas vulnerables.
Las autoridades sanitarias insisten en acelerar la vacunación antigripal, especialmente en:
- Personas mayores de 65 años, que ya supera cotas por encima del 56% nacional.
- Grupos vulnerables.
- Sanitarios y personal esencial.
El motivo es que, aunque la eficacia de las vacunas frente a la variante K puede ser algo menor, el especialista declara que «sigue siendo la herramienta más efectiva para prevenir complicaciones».
En definitiva, los epidemiólogos coinciden en que esta gripe no es más peligrosa, pero sí más presente y más rápida, lo que podría llevar a brotes frecuentes y picos de saturación. Con el invierno aún por delante, las autoridades llaman a la calma, pero también a la responsabilidad individual para reducir la presión sobre un sistema sanitario sobresaturado.












