Esta pequeña localidad ubicada en el valle de Tena ofrece múltiples rutas en su entorno y propone actividades para disfrutar al máximo 4del lugar
- El pueblo medieval cercano a Aragón con un castillo árabe y casas de piedra ideal para una excursión
El Pirineo aragonés es un dechado de opciones para los cinco sentidos: lo complicado es elegir. Lugares como el pueblo de Lanuza son una buena prueba, como punto de partida o destino, porque el propio pueblo es un lugar inmejorable para poder disfrutar. Ibones, embalses, iglesias románicas o un parque faunístico son algunas de las alternativas visitables en o desde este hermoso lugar.
Está situado en el valle de Tena, y bañado por el embalse de Lanuza, cuya construcción en 1976 cambió la cara de la localidad aragonesa y llevó a sus habitantes a buscar otro asiento. No fue hasta los años 90 cuando un grupo de vecinos de la zona decidió recuperar las viviendas que no habían quedado sumergidas bajo el agua, y revivir así el pueblo; una tarea que a día de hoy sigue en marcha.
A pesar de este severo intervalo de su historia, y fruto del trabajo y la ilusión de los vecinos (que fueron a recuperar lo que un día el agua les arrebató) este pueblo enamora. Las calles de piedra y pizarra son el detalle a la vista del completo arsenal de atractivos que atesora la localidad.
Lanuza puede presumir de albergar uno de los festivales más originales e importantes del país: Pirineos Sur, la gran cita de las culturas. Cada verano se reúnen allá algunos de los artistas más importantes de la música nacional e internacional. Desde 1992, Lanuza se convierte por unas semanas en referente nacional de la buena música, con un escenario de ensueño sobre las aguas del embalse.
Embalse de Lanuza
En él confluyen las aguas del río Gállego, afluente del Ebro, además de las de otros pequeños arroyos y torrentes que bajan de las montañas más cercanas. El embalse cuenta con una capacidad total de 16,86 hm³ de agua. Además de tomar el sol o bañarse tranquilamente, en época veraniega se puede disfrutar de actividades acuáticas como piragua individual o doble, paddle surf, hidropedales y windsurf, entre otras.
Ruta de las iglesias del Serrablo
Estas iglesias situadas en enclaves mágicos del Pirineo tienen un encanto especial. Todas ellas poseen características propias del románico lombardo, como su pequeño tamaño o sus esbeltas torres de campanario. Para visitarlas hay que tener en cuenta sus horarios o temporadas de apertura: la mayoría permanecen abiertas habitualmente, pero otras se abren con una llave que suelen tener vecinos de la zona. Algunas forman parte de un programa de visitas guiadas organizado por la Comarca del Alto Gállego.
Las iglesias de estas características en la zona son las siguientes:
- San Martín de Arto
- San Juan de Busa
- San Bartolomé de Gavín
- Santa María de Isún de Basa
- Iglesia de Javierrelatre
- San Pedro de Lárrede
- San Pedro de Lasieso
- San Miguel de Latre
- San Martín de Oliván
- San Martín de Ordovés
- San Miguel de Orna
- Santa Eulalia de Orós Bajo
- San Juan de Orús
- San Andrés de Satué
- Santa Eulalia de Susín
Ibón de Baños en Panticosa
Este ibón se ubica junto a un conjunto de fuentes termales conocidas desde la época romana, que alcanzan los 49 grados centígrados. Sus propiedades dieron lugar al conocido balneario de Panticosa, que exhibe edificios modernistas. El conjunto se encuentra rodeado de un escenario montañoso: algunos picos del lugar superan los 3.000 metros, como la Punda Alta de Pondiellos (conocida también como pico del Infierno), la Punda dero Garmo Negro o el Pico deras Argualas. Al ibón se puede llegar en coche, y se circunda en unos 40 minutos a pie. Si se desea caminar un poco más, existe un recorrido circular muy sencillo para hacer en una hora, pasando por algunas de las citadas fuentes termales y los miradores del Pino y de la Reina.
Lacuniacha
Una opción perfecta para los amantes de los animales y el público familiar. El parque faunístico de Lacuniacha está en un bosque de 30 hectáreas, en el que se puede ver de cerca a multitud de animales salvajes en su hábitat natural. A solo 20 minutos de Lanuza, en el término municipal de Piedrafita de Jaca, cuenta con 15 especies diferentes de de animales, incluyendo jabalís, corzos, ciervos, linces boreales, bisontes europeos, renos, osos, caballos de prezwalski, lobos o zorros. El recorrido es de unos cuatro kilómetros.
Tirolina Valle de Tena
Si se busca aventura y sensaciones fuertes, Hoz de Jaca ofrece esta tirolina de un kilómetro de longitud, que convierte la ruta en ‘aérea’. Está situada a 20 minutos en coche de Lanuza, y la aventura parte del mirador de Hoz de Jaca, un balcón que permite apreciar una excelente muestra del Valle de Tena. La torre de salida está situada a 1.270 metros de altitud y en la bajada se pasa por encima del pantano de Búbal hasta la torre de llegada, a 950 metros de altura… y todo ello a una velocidad cercana a los 90 kilómetros por hora.
Fuera de temporada cierra martes y miércoles, y noviembre cierra por descanso anual. Consultar horarios y especificaciones en tirolinavalledetena.com.