«El Estado ha demostrado que funciona, está sometido a un estrés importante»
El presidente electo del Tribunal Superior de Justicia de Aragón repasa la salud de la Justicia, del Estado de Derecho y habla del proyecto que va a desarrollar en su mandato en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN
PREGUNTA (P): ¿El juez Carbonero esperaba convertirse en el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA)?
RESPUESTA (R): (suspira) No es esperar o no esperar, es una competición entre compañeros valiosísimos, y bueno, me han nombrado a mí. Uno ha hecho todo lo posible y simplemente es una cuestión de agradecimiento por este honor
P: ¿Cómo le llegó la noticia?
R: Casi como a todo el mundo. Una vez que terminó el pleno del Consejo, el gabinete de prensa colgó el resultado, digamos los acuerdos correspondientes al pleno de ese día, y ahí nos enteramos todos.
R: ¿Ha recibido muchas llamadas y felicitaciones?
R: Una locura (ríe). Ayer (por el jueves) ya fue controlable, pero todavía esta mañana (ayer) me siguen llamando y enviando mensajes de WhatsApp. Digamos que estoy agobiado, pero gratamente agobiado, el primer día además no me pilló en Zaragoza, me pilló en Barcelona donde doy clase en la escuela judicial, y llegas allí y la gente se entera y te felicita. Al final intentas contestar a los mensajes de WhatsApp, en un momento se te cruza otro y adiós al WhatsApp, total que al final termina el día y no has podido contestar a nadie y esto es un desastre, con lo cual pido perdón a todo el mundo.
P: ¿Qué le ha dicho Bellido (el actual presidente)?
R: Me ha deseado mucho ánimo, me ha mostrado su plena disposición y disponibilidad en todo lo que necesite, sobre todo en los comienzos que es lo más complicado y difícil, y de Manuel sobre todo es lo que no me ha dicho, es el ejemplo que me ha dado durante todo este tiempo, he sido fiel observador de él mismo y ahora se empezará a ver si he entendido bien lo que he visto.
P: Su antecesor llegó con el reto de la transformación tecnológica.
R: Exitosamente conseguida.
P: ¿Qué empujón le faltaría dar a usted a esta transformación tecnología?
R: Empujones no me van a faltar, pero no es el mayor que voy a tener porque la transformación tecnológica que ha tenido la Administración de Justicia y nuestro oficio ha sido una cosa absolutamente radical y revolucionaria, hay un antes y un después. Me acuerdo hace cuatro días, como aquel que dice, que tenía que venir al despacho con el maletín… y ahora mismo puedo trabajar en cualquier sitio de España, en casa, en el tribunal, en el tren…
P: ¿Hacia dónde va a empujar entonces?
R: Creo que mis retos van a ser algo distintos. El primero y principal es la implantación de los Tribunales de Instancia, entonces en esa tarea y en ese afán vamos a estar, se nos va a medir por eso, por la adecuada y la debida implantación de algo que en principio parece novedoso, pero que ya se lleva tiempo trabajado en ello.
El nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, el magistrado Juan José Carbonero, antes de la entrevista con este diario. / RUBÉN RUIZ
P: ¿Es conveniente esta Ley de Eficiencia de Justicia?
R: Como presidente del Tribunal Superior de Justicia no me toca a mí valorar la conveniencia o la oportunidad de una decisión que compete estrictamente al legislador. Dicho lo cual, si al final es para bien y si la implantación es la adecuada y la colaboración es irrenunciable e inexcusable entre las administraciones públicas, será para bien, y habrá algunas cosas que son verdaderamente necesarias.
P: ¿Cuál es el proyecto de Juan José Carbonero como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón?
R: Mi tarea tiene que ser necesariamente continuadora de una época de éxito, por lo tanto se trata de continuar lo que ha sido un clima de absoluta cooperación y colaboración entre las instituciones. Luego el tiempo da para mucho, hay momentos mejores, otras veces hay altibajos… pero echando la vista atrás han sido 10 años de una absoluta lealtad y colaboración institucional entre todos los poderes. La tarea de un presidente, más con la nueva Ley, es hacer de director de orquesta y que las cosas funcionen de una manera coordinada, promover cauces y vías de colaboración además de impulsar políticas que contribuyan a lo que todos queremos, una mayor eficiencia y una mayor calidad en la Administración de Justicia que redunde en beneficio del ciudadano.
P: Viendo que su mayor reto es la implantación de los Tribunales de Instancia, ¿cuándo funcionarán a pleno rendimiento?
R: Esto es una cuestión de fases. La primera fase, que es la correspondiente a la Justicia de fuera de las áreas metropolitanas, está cubierta y cumplida. Pero el reto lo tenemos verdaderamente en las capitales de provincia, los ritmos de implantación son diferentes, pero a mí me consta que está en marcha y que será un proceso de meses.
P: ¿Qué va a intentar aportar para engrasar esta maquinaria?
R: En primer lugar escuchar mucho a todo el mundo que está implicado en la debida consecución de un buen servicio público de la Justicia. Y en segundo lugar hacer lo que me dice la Ley que tengo que hacer, lograr los máximos consensos, la máxima colaboración, la máxima coordinación entre las distintas administraciones implicadas y promover un marco de absoluta lealtad institucional. Si de algo sabemos y de algo tenemos experiencia en Aragón, y los poderes públicos también lo han demostrado en retos del pasado más inmediato, es que es una tierra que sabe de acuerdos, que sabe llevarlos a la práctica y que sabe de colaboración.
La Administración tiene que ser ágil en la medida de lo posible porque los tiempos de esta Administración y de este poder del Estado no son los tiempos políticos, son distintos, y es bueno que sean distintos
P: A nivel personal, ¿cuál es el concepto de la Justicia que tiene Juan José Carbonero?
R: (medita) Sobre todo es un concepto de Justicia profesional, muy centrada en solucionar los problemas de la gente, y un concepto de Justicia eficiente. Es decir, la Administración tiene que ser ágil en la medida de lo posible porque los tiempos de esta Administración y de este poder del Estado no son los tiempos políticos, son distintos, y es bueno que sean distintos. Simplemente estoy manifestando lo que veo todos los días en el ejercicio de la función jurisdiccional por parte de todos los compañeros y en aquello en lo que me he aplicado desde primer día de los 23 años que llevo en esta carrera judicial. La gente viene a un Juzgado a que le solucionen un problema y se trata de que se vayan con una solución, que no es precisamente la suya, pero en esto consiste el juego.
P: ¿Y por Estado de Derecho qué entiende?
R: Por Estado de Derecho entiendo lo que ya tenemos.
P: Precisamente la siguiente pregunta iba dirigida a conocer si sus conceptos de Justicia y de Estado de Derecho se ajustaban a lo que hoy se tiene en España.
R: Como no puede ser de otra manera soy un ferviente defensor de la Constitución que nos hemos dado todos en 1978. España no ha tenido unas cotas de progreso y de desarrollo social y económico como las que hemos tenido durante el tiempo de vigencia de la Constitución de 1978. Tenemos un Estado de Derecho, también digo, los derechos y las libertades no se deben dar nunca por supuestos, hay que ganarlos todos los días, sobre todo los derechos y las libertades porque no son de una institución, no son de un gobierno, no son de un parlamento, no son de un juez o de un tribunal, son de todos y cada uno de los ciudadanos que conforman la sociedad en cada momento.
P: Usted llega en un momento social y político bastante convulso.
R: Pero siempre hay algún tipo de convulsión. Podemos empezar desde el principio y siempre encontraremos motivos para la convulsión. Es verdad que últimamente pasan muchas cosas y no me quiero remontar a 20 años atrás, pero fíjese todo lo que ha pasado y el sistema y el Estado, el que nos hemos dado todos, si algo ha demostrado hasta este momento es que funciona. Está sometido a un test de estrés importante, seguramente como lo que está pasando ahora igual no. Nos ha tocado vivir un tiempo con cierta convulsión, cada día y cada generación tiene su afán, creo que las instituciones y el sistema responden, pero siempre hay que estar vigilante en este sentido y las instituciones estamos para trabajar por el ciudadano.

El nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, el magistrado Juan José Carbonero, en el transcurso de la entrevista con este diario. / RUBÉN RUIZ
P: ¿Cómo se defiende la independencia judicial frente a los ataques políticos que está recibiendo?
R: Trabajando todos los días y haciendo el trabajo más honesto posible, que es lo que estamos haciendo todos los jueces y magistrados de Aragón y del territorio nacional. No hay fórmulas mágicas, está todo inventado. ¿Cómo se defiende? Trabajando con seriedad, con imparcialidad, con independencia y con honestidad, cada uno en nuestro despacho y resolviendo problemas.
P: ¿Y entiende que en la opinión pública se haya generado esa sensación de ataque continuo a las decisiones de los jueces?
R: Todos somos conocedores del tema político, todos estamos en la sociedad y en la ciudadanía, y lo que percibo es afecto hacia los jueces y magistrados de este país, es lo que percibo, una buena imagen, es la labor continua y persistente en una misma dirección y con una misma vocación de servicio público y al final eso da frutos. El ciudadano lo entiende y lo aprecia, aquí cada uno tiene que servir para lo que está y tiene que hacer su trabajo lo más honesta y honradamente posible y en ese sentido los jueces y magistrados lo consiguen. ¿Hay ruido de fondo? Siempre hay ruido de fondo, pero eres un cargo público y tienes que asumirlo. La crítica es crítica y estamos en un Estado social y crítico de Derecho. Yo parto de la base de que mis resoluciones están sometidas a la crítica, debe serlo así porque así mejoramos todos.
P: A nivel asociativo ha ejercido de portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM). ¿Qué visión le ha aportado estar dentro de una asociación judicial?
R: Las asociaciones judiciales son un instrumento fundamental de participación, una pieza clave en la defensa de una Justicia imparcial e independiente. Personalmente es una experiencia riquísima que te hace entrar en conocimiento y te prepara para bregar y entender lo que pasa en la carrera judicial y en la Administración de Justicia. Y la vocación de servicio, la sociedad nos ha dado mucho y es una manera de devolver una parte de lo que te ha dado.
P: ¿Formar parte de una u otra asociación es motivo de reproche cuando se desempeña un cargo representativo?
R: A la hora de desempeñar un cargo como este no influye radicalmente la adscripción asociativa de uno o de otro, por este cargo han pasado gente de de todo tipo de adscripción asociativa… (reflexiona) Es que la Administración de Justicia funciona de otra manera, no es exacto trasladar al Poder Judicial, a la composición de la carrera judicial, las dinámicas de actuación y de funcionamiento de otros poderes del Estado. El Consejo no funciona como puede funcionar un régimen de mayorías en el Congreso de los Diputados o en un Parlamento autonómico. Las dinámicas de funcionamiento de los órganos del Poder Judicial son distintas, responden a otra cosa, con gente de lo más variopinto y por supuesto que cada uno tiene su ideología y somos ciudadanos, claro.
P: En la APM estuvo inmerso en las negociaciones de 2023 para la mejora retributiva de jueces y fiscales. Y ahora se han vivido unas jornadas históricas de huelga.
R: Yo también las he vivido.
Estas medidas de movilización que ha habido antes del verano no son una cuestión de colectivo, se trata de una llamada de atención a un problema que no es de colectivo, que es de la sociedad
P: ¿Qué suponen?
R: El fenómeno de la huelga no nos debe extrañar en el mundo judicial. La cuestión es para qué sirven y qué es lo que pretenden esta serie de medidas de movilización. Estas medidas de movilización que ha habido antes del verano no son una cuestión de colectivo, se trata de una llamada de atención a un problema que no es de colectivo, que es de la sociedad, y en eso se ha tratado de llamar la atención.
P: Por ejemplo se ha propuesto que la instrucción pase a manos de los fiscales además de facilitar el acceso a la carrera judicial. ¿Se sienten atacados?
R: No es una cuestión personal ni de sentimientos. ¿Para qué sirve todo esto? ¿Se pretende una mejora en el funcionamiento de las instituciones de la Administración Justicia? Eso es lo que hay que ver, insisto, no es una cuestión de un problema de colectivo. Que la instrucción la haga en un momento determinado el juez o el fiscal no es tanto un problema como tal, sino que se asegure de que independientemente de quién lleve la instrucción se cumpla con unos parámetros y con los cánones propios del Estado de Derecho.
P: ¿Qué intenciones tienen estos cambios?
R: Yo no juzgo intenciones, eso hay que preguntarle a quien lo hace, yo me guío por lo que dice la exposición de motivos de los proyectos de Ley, los valoro y los contrasto con lo que con la realidad. Lo que sí tengo que hacer es exponer al ciudadano lo que desde un punto de vista asociativo, que para eso están las asociaciones, nuestra opinión desde nuestro ideario sobre un tema concreto. Si sirve o no sirve para el fin que nos dicen para el que está.
P: ¿Qué panorama le gustaría ver al final de su mandato de aquí a cinco años?
R: Cuando uno desempeña una función de responsabilidad y de servicio ser optimista no es una opción, es un optimismo consciente de los problemas y consciente de la realidad, de la gravedad o del momento en el que se encuentra, pero necesariamente tiene que ser optimista y tiene que estar para dar salida. Sinceramente no me imagino cómo ni de qué manera vamos a estar dentro de 5 años. Sí soy optimista, no me falta ilusión, no me falta impulso y estoy centrado en empezar bien. Cada día tiene su afán, hay muchos retos que nos esperan a la vuelta de la esquina y hay que afrontarlos, se trata de llevar a la realidad un adecuado y buen servicio, resolver los problemas a la gente y tratar de conseguir que la gente nos conozca. Si nos conocen nos querrán, y yo creo que ya nos quieren un poquito.