Durante 154 años, estas religiosas han sido un pilar esencial en los cuidados y el acompañamiento de los residentes
El Ayuntamiento de Zaragoza ha rendido este jueves un emotivo homenaje a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl por su labor al servicio de las personas mayores en la residencia municipal Casa Amparo. Durante 154 años, estas religiosas han sido un pilar esencial en los cuidados y el acompañamiento de los residentes. La alcaldesa, Natalia Chueca, ha presidido el acto y ha descubierto una placa conmemorativa en el vestíbulo del centro como reconocimiento a su dedicación y entrega.
El acto ha contado con la participación de la consejera municipal de Políticas Sociales, Marian Orós; uno de los residentes del centro, Jesús Andreu; la visitadora de la Congregación, María Isabel Vergara; y la superiora de la comunidad, Ascensión Villacampa. Todos ellos han coincidido en destacar la huella imborrable que las hermanas han dejado en la vida de la Casa Amparo, donde hasta hoy seguían ofreciendo su ayuda de manera voluntaria y desinteresada.
Las Hijas de la Caridad llegaron a la Casa Amparo el 5 de marzo de 1871, encargadas de su dirección y del cuidado de las personas mayores que acogía. Desde entonces, cerca de 200 religiosas han pasado por el centro, con momentos en los que llegaron a convivir hasta 35 hermanas en activo. A lo largo de los años, su labor ha evolucionado y se ha adaptado a los nuevos tiempos, integrándose en un modelo más profesionalizado y multidisciplinar sin perder nunca su espíritu de servicio.
En el día de hoy, las tres últimas hermanas que todavía permanecían en la Casa se han despedido entre aplausos, palabras de cariño y una sincera gratitud por parte de los residentes, trabajadores y responsables municipales. A pesar de su avanzada edad, continuaban participando en el día a día de la residencia con tareas de acompañamiento y apoyo emocional.
CASA DE AMPARO
La Casa Amparo fue creada para atender a personas mayores en situación de vulnerabilidad, separándolas de otros colectivos alojados en la antigua Casa de Misericordia. A lo largo de su historia, ha ampliado su función social, incluyendo también en determinados periodos la educación de niñas. Desde sus inicios, la institución ha estado ligada a la labor de las Hijas de la Caridad, que han sabido adaptarse a cada etapa y necesidad de la ciudad.
Actualmente, la Casa Amparo es una residencia municipal con 156 plazas, gestionada por el Ayuntamiento de Zaragoza. Ofrece atención integral y continuada a personas mayores que no pueden valerse por sí mismas. Aunque hoy se cierra una etapa con la marcha de las últimas hermanas, su legado permanecerá vivo en la memoria colectiva de la ciudad y en la historia de esta institución centenaria.