PaX: la ciudad amurallada para cristianos perseguidos que desafía al terror islámico en Pakistán

Un proyecto que comenzó rescatando esclavos cristianos en Pakistán, ahora da un paso más ambicioso: construir un espacio donde puedan vivir libres, seguros y fieles al Evangelio

Pakistán es para la gran mayoría de cristianos una prisión sin rejas: esclavitud por deudas imposibles, trabajo forzado, niñas secuestradas y obligadas a convertirse al islam, violencia sexual y prostitución sistemática o linchamientos ‘justificados’ por falsas acusaciones de blasfemia.

En este desolador panorama, la Orden de San Elías, concretamente en manos de su cofundador, el padre Federico Highton, ha puesto en marcha una de las iniciativas más audaces de la Iglesia en el siglo XXI: PaX (Pakistani Xristendom), un proyecto que busca salvar a los esclavos cristianos en Pakistán y que, ahora, apunta a la creación de un barrio amurallado en el país para los cristianos liberados de la esclavitud.

Esta iniciativa, bendecida por el Papa Francisco, proporcionará seguridad, vivienda, educación y la oportunidad de que sus habitantes vivan plenamente la fe, con planes para construir doce barrios, un colegio y una iglesia. Más allá del rescate de esclavos, PaX aspira a ayudar a la emancipación y sostenibilidad de sus miembros, quienes recibirán formación para la autodefensa y desarrollarán actividades para autoabastecerse.

Celo apostólico, parresía y fidelidad

Para entender el carisma de esta orden —fundada por el padre Javier Olivera Ravasi, conocido por su canal de YouTube, junto al padre Federico— basta con remitirse a su declaración de principios: «Predicar y proponer la santa Fe católica, con celo apostólico, parresía, fidelidad a la Revelación Divina, plena marianización de la vida y confiados en la Divina Providencia, a todos los hombres y por todo el mundo».

Y esa Divina Providencia es, precisamente, la que parece estar guiando cada paso del proyecto PaX. Inicialmente, para comenzar esta ciudad amurallada, buscaban comprar un terreno de 3,2 hectáreas por 155.000 euros, en un país donde el precio de la tierra es desorbitado. Pero ocurrió lo que el padre Federico describe como una auténtica intervención de Dios: «Después de muchísimo buscar, conseguimos uno de 5 hectáreas por la mitad, 79.402 euros, justo en el lugar que más queríamos», afirma Highton en un video donde ofrece, junto a un compañero cristiano pakistaní, actualizaciones del proyecto.

La elección no fue solo económica. La ubicación exacta del terreno es estratégica: pertenece a la jurisdicción parroquial de un sacerdote local comprometido con PaX, que se ha mostrado entusiasmado con la posibilidad de oficiar allí la misa y apoyar espiritualmente a la comunidad naciente.

12 cristiandades para 12 apóstoles

El terreno que compraron lo pusieron bajo el patronazgo de San Pedro y su sueño es hacer doce barrios cerrados, doce cristiandades, cada una en honor a los doce apóstoles. Pero para ello quieren empezar por un elemento que no es capricho: construir un muro.

La Orden de San Elías sabe que solo levantar las murallas de tres metros costará unos 40.000 euros, una cifra alta pero indispensable para proteger a la comunidad. «Los nativos nos advirtieron que sin murallas, el barrio podría ser incendiado en 24 horas», explican.

La primera fase del proyecto, con un presupuesto de 130.000 euros, también incluye diez casas, una capilla, una campo de fútbol, y alojamientos para sacerdotes, religiosas y voluntarios. Las siguientes etapas añadirán más viviendas y una escuela bajo el modelo homeschooling, con profesores católicos nativos. «PaX busca ser una cristiandad, un lugar donde se busca vivir a nivel institucional, público y privado, según los principios del Evangelio», explica Highton.

Cristiandades para resistir y evangelizar

Además de un hogar, los rescatados recibirán entrenamiento para que puedan defender a sus familias, formación espiritual, educación y capacitación profesional, con miras a crear una economía autosostenible basada en la agricultura, ganadería y oficios. «No consistirá en darle todo al pobre para que no haga nada, sino en darle una oportunidad, un medio para que ellos vivan la virtud», detalla el padre Olivera Ravasi.

PaX no es una utopía: ya son más de cien los cristianos rescatados de trabajos forzados por deudas o de esclavitud sexual. Muchas de las víctimas son niñas de entre 11 y 14 años, secuestradas por musulmanes para ser convertidas a la fuerza, casadas y prostituidas.

Esta iniciativa propone un modelo de resistencia cristiana organizada, consciente de la persecución y decidida a responder con audacia. «Queremos construir un lugar donde los cristianos puedan vivir libres, felices y, por lo tanto, con los sacramentos», dice Highton. Ese mismo espíritu queda resumido en la página web, donde se explica que lo que buscan es la «creación de pueblos católicos seguros, autosostenibles y centrados en Cristo».

¿Cómo colaborar con PaX?

El terreno ya está comprado, pero ahora comienza lo verdaderamente desafiante: levantar casas, murallas, capillas y escuelas. Para lograrlo, piden colaboración en tres frentes clave: oración constante, ayuda económica y voluntariado técnico y apostólico.

Se necesitan fondos para materiales, mano de obra y equipamiento básico; oraciones por la protección del proyecto y de las familias que lo habitarán; y voluntarios dispuestos a ofrecer su tiempo y talento, como ingenieros, arquitectos u otros perfiles técnicos. Cada aporte, por pequeño que sea, suma en la misión de levantar esta nueva cristiandad en tierras de persecución.