El Gobierno central y el de Aragón revisarán «de la mano» 40 barrancos para acelerar su limpieza

Los consejeros autonómicos Manuel Blasco (Medio Ambiente) y Roberto Bermúdez de Castro (Interior) se han reunido este martes con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán

El Gobierno de España y la DGA enviarán a sus técnicos, de forma conjunta, a inspeccionar la situación de 40 barrancos en territorio autonómico para facilitar y agilizar su limpieza, para evitar destrozos y estar prevenidos ante las riadas. Así lo han acordado este lunes el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y los consejeros autonómicos Manuel Blasco (Medio Ambiente) y Roberto Bermúdez de Castro (Interior). En el encuentro también ha participado la directora general del Agua del Gobierno de España, Dolores Pascual.

El consejero Blasco ha explicado que ambas administraciones han acordado «hacer una visita al terreno para que los técnicos de la DGA y los de la CHE miren los puntos rojos». Un total de 40 localizaciones son «las primeras a las que se van a dedicar» los profesionales de amas administraciones, que trabajarán «de la mano» para mejorar la situación de los barrancos y ramblas de la comunidad. «Sabemos que pueden dar problemas», ha analizado Blasco sobre esos puntos concretos y ha destacado que «sabemos que va a haber tormentas, pero no dónde, aunque sí donde están los barrancos».

El consejero de Medio Ambiente ha concretado que «se trata de limpiar» los cauces. Una tarea que deberán hacer los ayuntamientos en las zonas urbanas, apoyados por el Gobierno de Aragón, y la Confederación Hidrográfica del Ebro en las zonas interurbanas.

La reunión, «que ha ido razonablemente bien», sale con este primer acuerdo, que se deberá concretar. Blasco ha admitido que «no hay fecha», aunque ha defendio que «el compromiso de las dos administraciones ha quedado claro». El consejero aragonés ha avanzado que se concretará la fecha de actuación. Tampoco hay presupuesto para las futuras intervenciones, ya que «la valoración se hará después de la visita con los técnicos de ambas partes». El represntante autonómico ha avanzado que la DGA «enviará documentación» al ministerio y a la CHE para facilitar el acercamiento a los puntos aragoneses. Blasco ha celebrado el reciente anuncio de cinco millones de euros para limpiar los cauces, además de la veintena de millones que el Gobierno de Aragón destinará a la recuperación de los últimos pueblos afectados por las tormentas.

Protocolos de actuación y protección de personas e infraestructuras

La prevención ante los fenómenos meteorológicos que provocan estas riadas y sus destrozos ha sido la base del encuentro entre el Gobierno central y el autonómico. «El ministerio ha ido actualizando los protocolos de actuación y desde la DANA de Valencia ha habido una interpretación, por lo que somos más conscientes», ha dicho Blasco, que ha pedido «respetar el dominio público hidráulico y terminar con que la gente construya en lugares donde no se puede porque no ha pasado nada en 100 años».

El consejero aragonés ha pedido que todos «se apliquen el cuento» y ha llamado a las administraciones a ser «inflexibles» con ese tipo de prácticas: «Así protegemos a las personas y a los bienes». Para el consejero, «la memoria es corta» y ha tirado de clásicos para explicar las crecidas de los ríos: «Como dicen en los pueblos, el río tiene escrituras de propiedad y a veces reclama lo suyo». Blasco ha avanzado que se estudiará la situación de infraestructuras en suelo inundable, como la residencia proyectada en Azuara en una zona arrasada por las tormentas.

Blasco ha comentado que la reunión también ha servido para hablar del proyecto Ebro Resilience, en el que participa la DGA y otras administraciones, y que se centra en las crecidas del principal río de la comunidad. «Para intentar que cuando venga las riadas, que sí están controladas estadísticamente porque son recurrente, los daños a particulares y a los municipios estén más controlados», ha resumido el consejero, que ha defendido que las actuaciones en este campo deben tener «prevención, porque no hay varitas mágicas».