Lourdes Alcalá: «Una ratio de unos diez alumnos en un aula es calidad educativa»

Teruel ha celebrado este viernes el III Congreso Nacional de Escuela Rural

La escuela rural como motor de las raíces y las oportunidades en las zonas más despobladas de España es el lema con el que se ha celebrado este viernes en Teruel el III Congreso Nacional de Escuela Rural. La inspectora de Educación en Teruel y doctora en Historia de la Educación por la Universidad de Zaragoza, Lourdes Alcalá, se ha encargado de la ponencia inaugural acerca de los desafíos que enfrenta La escuela rural del siglo XXI.

¿Es el momento de reivindicar el orgullo de la escuela rural?

Es importante que se haga aquí en Teruel, pues nosotros somos pioneros en muchas de las cuestiones que se van a abordar. Gracias al trabajo previo hoy tenemos un sistema rural como el que tenemos. El objetivo del congreso nacional es destacar el papel esencial de la escuela rural en el territorio. Y esta cita nos va a permitir conocer experiencias nacionales e internacionales vinculadas a la escuela rural.

Esta semana las grandes poblaciones han sufrido el estrés del proceso de escolarización. ¿Es una ventaja tener un colegio que se pueda sentir como propio durante toda la vida?

El gran problema de las familias en las ciudades está con la elección de centro. Nosotros, sin embargo, luchamos para que se mantengan escuelas abiertas. Es una gran diferencia estructural. Las políticas educativas tienen que incluir ambas realidades. Y te aseguro que las escuelas rurales, esas que luchamos para que estén abiertas, tienen experiencias ricas, innovadoras y muy humanas, todas ellas destacables en el sistema educativo.

Son dos realidades casi opuestas, la de trabajar con muchos alumnos en el aula y la de tener muy pocos.

La segunda realidad se puede ver como una potencialidad. Realmente sabemos que una ratio de alumnos de unos diez alumnos en un aula es un elemento de calidad educativa absoluta, pues así lo miden los informes internacionales. Sin embargo, tener dos o tres alumnos es una dificultad. Las dudas de saber si entrará alguien en el curso siguiente. Esto es algo que nos preocupa a las personas que hemos decidido vivir en los entornos rurales.

¿Sería mejor unir alumnos de varios centros con tan pocos niños en un único centro?

Lo ideal sería apostar por una reestructuración y tener una buena estructura de transporte y comedor y que los alumnos estén en un espacio común. Que esos dos o tres escolares compartan su clase con otras quince o veinte personas. Es algo que habrá que abordar sabiendo que es muy complicado por todo lo que supone cerrar una escuela. Tenemos que trabajar sobre ello, manteniendo siembre la conciencia del territorio y garantizando que siempre que con unas ratios mínimas se mantengan abiertas.

¿Qué aporta la escuela rural a la innovación educativa?

En se han visto experiencias innovadoras de once comunidades autónomas. Las escuelas rurales están vinculados tanto a la innovación digital, al trabajo con la inclusión, a las comunidades de aprendizaje, así como a trabajar por proyectos y a trabajar sin libros. Se pueden explorar todos aquellos aspectos que cuesta mucho romper en un colegio más grande. Eso sí, siempre se tiene el inconveniente de que el profesorado no quiere venir, algo que se relaciona con su propia movilidad.

La escuela rural está probando cosas que luego llegan a la escuela urbana…

En la escuela rural aragonesa se está trabajando muy bien. Pero claro, está luchando contra viento marea contra esta falta de estabilidad del profesorado. A ver qué empresa o institución puede sacar adelante un proyecto si cada año cambian los compañeros. Tenemos que buscar soluciones para que el profesorado considere atractivo el medio rural. Y esto también es válido para la sanidad y otros sectores.

¿Desde la formación se puede incentivar la llegada de formadores a los pueblos?

Está claro que fundamentalmente prefieren estar en entornos urbanos, pero sí que existen claves para cambiar esta tendencia. Los planes de estudio se lo tienen que tomar en serio. En este momento en Magisterio el colegio rural es solo una pincelada. Debería existir un itinerario fuerte para aquella persona que quiera ser maestra en un pueblo, con claves especializadas que les ayuden a desarrollar una carrera profesional. En otros países ya lo están haciendo. Y aquí son necesarios estos hechos. Con observatorios, reuniones y promesas no se avanza en nada.

¿La educación rural es más satisfactoria profesionalmente?

Ser maestro rural es maravilloso. Después de haber pasado por la escuela rural has aprendido tanto que puedes estar en cualquier claustro, grande, pequeño o mediano. Es un aprendizaje de vida. Y te lo digo porque yo he sido veinte años maestra. Te puedo hablar con conocimiento de causa, aparte de ser alumna de la escuela rural. Esa relación que tienes con el alumnado, esa confianza que se genera, es un elemento fundamental para el aprendizaje. Hablamos de bienestar del alumnado y del profesorado. Somos más cercanos, podemos identificar las dificultades en la comunidad y podemos abordarlo de forma conjunta. Es una potencialidad.

¿Los problemas de acoso o de discriminación de minorías y de la diversidad no pueden ser más intensos?

No tengo datos concretos, pero seguramente no más que en entornos urbanos. Aunque eso sí, tenemos que ser conscientes de que el alumnado rural ha cambiado al mismo tiempo que ha cambiado la sociedad. Las aulas de los pueblos presentan diversidad cultural, de nacionalidades y de cualquier tipo como en todos los lugares. No atendemos los mismos perfiles que hace diez años. Y eso también aporta riqueza y diversidad. Además tenemos una confianza mayor con las familias para abordar cualquier dificultad.

¿Los proyectos educativos están adaptados a los pueblos?

Está claro que todos los alumnos, en cualquier centro de Aragón, tienen que adquirir las mismas competencias. Pero el camino para conseguirlo podría ser diferente. Porque las necesidades son distintas. Se tendría que trabajar más la relación con la propia localidad, con la naturaleza y su entorno. Pero estos avances también están lastrados con por la falta de profesorado, y sobre todo por la falta de continuidad de este profesorado.