Este enfermero lleva 20 años repatriando a enfermos a España: «Estuve 2 días sin poder salir del avión en Guinea»

Alejandro Artero trabaja en aviones ambulancia, antes viajando y desde hace un par de años dedicándose exclusivamente a su coordinación

Alejandro Artero no es un enfermero convencional y, por tanto, sus horarios tampoco lo son: un día quizá le suena el teléfono para empezar a trabajar a las tres de la tarde y otro a las cinco de la mañana. Y es que lleva dos décadas formando parte y coordinando aviones ambulancia, viajando a países como Sierra Leona, Guinea Ecuatorial o Cabo Verde, además de un sinfín europeos, para poder traer a españoles que han enfermado de gravedad en el extranjero estando de vacaciones o durante una misión humanitaria, por ejemplo.

Artero es el coordinador de enfermería del Grupo de trabajo de Transporte Aéreo Medicalizado de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) y cuenta que no tiene un día de trabajo igual que otro, pues no hay repatriaciones a diario. Ha estado viajando 18 años, y durante un tiempo compaginándolo con la coordinación, para ahora llevar dos centrándose solo en la organización. Se trata de un servicio privado, como suelen ser la mayor parte de los casos.

Su trayectoria es tan extensa que ha perdido la cuenta de a cuántos pacientes críticos ha atendido en este cometido. Y no siempre ha sido fácil, ni para el equipo—que suele estar conformado por dos pilotos, un médico y un enfermero—, ni para el propio enfermo. «Guinea siempre es un sitio peculiar. Una vez había un español que estaba poniendo el tendido eléctrico, cayó y se fracturó el fémur. Me acuerdo de que le trajeron [hasta donde estaba el equipo médico esperándole para su regreso a España] en un todoterreno con la pierna fuera de la ventanilla. Lo primero que hizo fue ponerse a llorar, abrazarme y decirme ‘Gracias, me habéis salvado’», recuerda.

Antes también solían acudir mucho al rally de Dakar, donde los accidentados «muchas veces se quedaban ahí en búsqueda de poder ser repatriados«. Actualmente, comenta que hay muchos aficionados a las motos que hacen tránsito por el Sáhara y que tienen percances fuertes. Es entonces cuando se ponen en contacto con la compañía aseguradora y, en ocasiones, tienen que acudir donde estén.

placeholderArtero es uno de los sanitarios españoles que más viajes en aviones ambulancia lleva a sus espaldas. (Cedida)
Artero es uno de los sanitarios españoles que más viajes en aviones ambulancia lleva a sus espaldas. (Cedida)

Pero no solo los pacientes se encuentran con trabas o con situaciones complejas, sino que muchas veces las sufre el propio equipo: «Me quedé dos días secuestrado en Guinea Ecuatorial dentro del avión porque la policía de allí no nos dejaba volver. Nos quitó la documentación, aprovechó que el cónsul había salido del país y quería cobrar un dinero extra». Pero no ha sido la única vez que enfrentó algo así, pues dice que en Sierra Leona «es muy fácil» llegar y que estén esperándoles con la ametralladora al bajarse del avión «para atemorizar un poco». «Hay que pagar una serie de peajes en algunos países que son un poco difíciles de transitar de forma normal», resume.

¿Cómo se coordina un avión ambulancia?

Actualmente, no se sabe cuántos viajes de aviones ambulancia se hace con España como país receptor. Este experto lo confirma y recuerda que si hay un tercer país implicado, la burocracia aumenta. «Tienes que dar una notificación también a sanidad exterior y a la policía. Si es europeo no hay problema, pero si no lo es, tienes que dar una notificación a las autoridades para que hagan un requerimiento y cuando llegas piden la documentación», detalla.

Pero, ¿cómo es el proceso a seguir si una persona residente en España enferma de gravedad y quiere regresar al país? Artero explica que para empezar hay que tener un sinfín de circunstancias en cuenta y la primera justifica que no tenga un horario fijo y puedan avisarle a cualquier hora. «El país quizá tenga diferencia horaria con nosotros. Casi siempre, la primera comunicación es por correo, aunque a veces es por llamada. Cuando entra, empiezo a poner la maquinaria en marcha», comenta. Es entonces, cuando habla con el jefe de operaciones para empezar a coordinar el dispositivo, analizando qué solicitan y qué necesidades tiene el paciente.

«Nos ponemos en contacto con el hospital emisor, aunque no siempre es un centro hospitalario y quizá es un centro médico pequeño», puntualiza. Los sanitarios que allí trabajen serán los encargados de detallar qué necesita el paciente y Artero entra a valorar si es factible o no trasladar al paciente.

Después está la logística en cuanto a los aviones, pues no es lo mismo hacer un viaje dentro del continente europeo que fuera, donde quizá se requiera un viaje transoceánico y no siempre hay transporte disponible. «En la mayoría de las compañías, los aviones no son sanitarios solamente, sino multiusos. Lo configuran para trabajar como un avión VIP para aquellas personas que lo alquilen y si se requiere que sea un avión médico se cambia la configuración para que sea ambulancia», afirma.

Foto: Foto: EFE/Archivo.

También se puede dar que la repatriación se haga en un vuelo comercial. El enfermero recuerda una ocasión en la que una paciente española sufrió un ictus en Maldivas y la mejor opción para salir era con un vuelo regular porque en una de las compañías que suele realizar este trayecto, sus asientos VIP se convierten en camas y así se podía trasladar a la mujer de manera correcta con sus circunstancias.

En el caso de la primera opción, también hay que tener en cuenta las circunstancias meteorológicas del lugar. Y se acumulan las previsiones por hacer, por cuestiones como la carga eléctrica. «En el avión se pueden ir cargando los aparatos, pero si salimos fuera o estamos un tiempo, el transporte se apaga, por lo que hay que ver el tipo de corriente y también hacer la previsión de oxígeno durante el vuelo«, añade.

A todo esto se puede sumar las trabas burocráticas que se acentúan si el viaje es fuera de la Unión Europea. «El problema llega con un destino no europeo en el que puedes necesitar un visado porque quizá no vuelvas en el día; tienes que pernoctar y también necesitas un permiso especial en el aeropuerto al ser un avión ambulancia», sostiene.

Y es que organizar todo esto puede durar horas o varios días, si los países ponen más trabas; al igual que la duración de viaje, de apenas un rato a unos cuantos días.

¿Quién necesita un avión ambulancia?

Tal y como menciona anteriormente, este servicio sanitario suele ser privado en la mayor parte de los casos. El grueso se gestiona a través de los seguros de salud, pero también es posible pagarlo sin la aseguradora. En ese caso, si es en Europa, los precios parten de los 40.000 euros y si es fuera, ascienden a 100.000 euros, como mínimo.

En cuanto al tipo de pacientes que suelen requerir estos aviones ambulancia, casi siempre son españoles que han viajado a otros lugares por las circunstancias que sean: placer, trabajo, visitar a la familia, una misión humanitaria… Y además, han de estar críticos. En el caso de que no lo estén, se suele utilizar un vuelo comercial con un permiso especial del médico que especifica que la persona puede ir en un viaje así solo o acompañado de un equipo médico.