Dos cañones de Aragón entran en el ranking de los más bonitos de España, según esta revista de viajes

Montrebei y Añisclo figuran entre los diez cañones más espectaculares del país. En este artículo te mostramos cómo son y otros cañones y desfiladeros que puedes visitar en Aragón

España es una tierra de paisajes extremos, pero pocos territorios concentran tanta diversidad y belleza natural como Aragón. Aquí, la naturaleza no entiende de medias tintas: desde los colosos pirenaicos hasta los desiertos esteparios del sur, pasando por valles verdes, barrancos imposibles y gargantas que cortan el aliento, esta comunidad ofrece un espectáculo geográfico que asombra incluso a los más veteranos del senderismo.

No es casualidad que Condé Nast Traveler, una de las revistas de viajes más influyentes del mundo, haya incluido a dos cañones aragoneses entre los diez desfiladeros más bellos de España. Porque cuando se trata de paisajes que imponen respeto y emoción, Aragón no compite: directamente deslumbra.

  1. MONTREBEI Y AÑISCLO, LOS GIGANTES DE LA NATURALEZA ARAGONESA
  2. OTROS CAÑONES Y DESFILADEROS QUE PUEDES DESCUBRIR EN ARAGÓN

MONTREBEI Y AÑISCLO, LOS GIGANTES DE LA NATURALEZA ARAGONESA

Congosto de Montrebei

El Congosto de Montrebei, que ocupa la tercera posición en el ranking de Condé Nast Traveler, es uno de los desfiladeros más sobrecogedores del país. Esta garganta natural, esculpida por el río Noguera Ribagorzana, separa las provincias de Huesca y Lérida con paredes de roca caliza que alcanzan los 500 metros de altura y pasos que apenas superan los 30 metros de anchura. El lado aragonés ofrece uno de los accesos más espectaculares, desde la localidad de Viacamp, en La Ribagorza. Desde allí, una pista de grava de 15 kilómetros conduce hasta el antiguo pueblo de Montfalcó, punto de partida para recorrer las famosas pasarelas colgantes reformadas, que serpentean por la pared vertical del desfiladero.

La ruta completa puede hacerse en sentido Viacamp-Masieta o a la inversa, con variantes para todos los públicos. La ruta corta, de unos 10 kilómetros ida y vuelta desde La Masieta (Lérida), permite disfrutar del sendero excavado en la roca, cruzar el puente colgante de Sant Jaume y admirar las aguas turquesas del embalse de Canelles. Para los más aventureros, existen tramos más largos que alcanzan las pasarelas de Montfalcó o incluso cruzan de una provincia a otra.

Además del senderismo, Montrebei es un destino ideal para actividades de aventura como el kayak, con excursiones de medio día o jornada completa; el paseo en barco, perfecto para quienes quieren disfrutar del desfiladero de forma más relajada; o el barranquismo y rafting, muy cerca de la zona. En Viacamp, además, se encuentra el centro de interpretación del Montsec de L’Estall, con información sobre la geología y biodiversidad local. La oferta de alojamientos en la zona incluye casas rurales, campings y hoteles de montaña, ideales para completar una escapada en plena naturaleza.

Cañón de Añisclo

El Cañón de Añisclo, en sexta posición de la lista, es una de las gargantas fluviales más espectaculares de Europa. Situado en el sector sur del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, ha sido moldeado durante milenios por la fuerza del río Bellós, creando un corredor natural de paredes abruptas, bosques profundos, cuevas, cascadas y pozas de agua cristalina. El acceso principal se realiza desde Escalona, tomando la carretera HU-631 hasta el aparcamiento de San Úrbez, pasando por el estrecho desfiladero de las Cambras.

Desde allí, se puede visitar la ermita de San Úrbez, enclavada en una cueva donde, según la tradición, vivió el santo en el siglo VIII. A sus pies, un puente de piedra de 30 metros de altura cruza el río Bellós, dando acceso a rutas circulares de todos los niveles. Destacan la senda hacia La Ripareta, confluencia con el barranco de la Pardina, o la exigente subida hasta Fuen Blanca, una cascada que cae desde más de 100 metros de altura entre montañas. Para recorridos más tranquilos, la ruta del río Aso ofrece miradores accesibles y cascadas sin grandes desniveles.

La riqueza ecológica de Añisclo es impresionante: aquí habitan nutrias, sarrios, quebrantahuesos y águilas reales, entre una vegetación exuberante. El entorno conserva también vestigios de arquitectura tradicional y pueblos abandonados como Sercué, testigos del éxodo rural en estas montañas. En la localidad de Escalona se encuentra el punto de información del Parque Nacional, abierto todo el año y con una exposición permanente sobre el entorno del Pirineo-Monte Perdido, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.

OTROS CAÑONES Y DESFILADEROS QUE PUEDES DESCUBRIR EN ARAGÓN

Más allá del Congosto de Montrebei y el Cañón de Añisclo, Aragón está lleno de desfiladeros y barrancos espectaculares, muchos de ellos menos conocidos pero igual de impresionantes. Desde los secretos mejor guardados de Teruel hasta los rincones más agrestes del Prepirineo, la comunidad ofrece decenas de rutas para los amantes del senderismo, la aventura y la naturaleza salvaje.

Barranco de Mascún (Rodellar, Huesca)

Es el icono de la Sierra de Guara y uno de los destinos de escalada más famosos de Europa. Este desfiladero de piedra caliza, con sus formaciones caprichosas como la «Ciudadela» o la «Cuca Bellosta», parece sacado de un planeta desconocido. Su ruta clásica parte del pueblo de Rodellar, un enclave encantador con ambiente montañero todo el año. Las aguas del Mascún solo bajan con fuerza en primavera, lo que permite adentrarse a pie en el cauce seco durante otras estaciones. El entorno es ideal para practicar barranquismo, observar rapaces o simplemente perderse entre el silencio de las paredes.

Cañón del río Vero (Alquézar, Huesca)

En pleno corazón del Parque Cultural del Río Vero, este cañón combina paisaje, arqueología y aventura. El tramo más popular es la ruta de las pasarelas de Alquézar, un recorrido circular fácil que baja desde el pueblo hasta el cauce del río, atravesando puentes colgantes y paredes verticales. Es apta para familias y muy fotogénica. Además, la zona es famosa por sus abrigos de arte rupestre, declarados Patrimonio Mundial por la Unesco. En verano, el agua es cristalina y muchos tramos permiten el baño.

Estrechos del Ebrón (Tormón, Teruel)

Una joya escondida entre montañas, cerca de la frontera con la Comunidad Valenciana. La ruta de los Estrechos del Ebrón parte desde el pueblo de El Cuervo o desde Tormón, y recorre un desfiladero con pasarelas de madera, puentes colgantes y tramos encajonados que sorprenden a cada paso. Apta para todos los públicos, es ideal en primavera y verano, cuando el agua fluye y forma pozas naturales perfectas para refrescarse. Es una de las mejores rutas de senderismo en la comarca de Gúdar-Javalambre, aún poco conocida.

Hoces del Jalón (Calatayud, Zaragoza)

En las inmediaciones de Paracuellos de la Ribera, el río Jalón ha formado un conjunto de hoces y cañones que pueden recorrerse a pie o en bicicleta. Es una zona de gran valor ecológico, hábitat de una importante colonia de buitres leonados y alimoches. Existen varias rutas señalizadas con miradores naturales que permiten disfrutar del paisaje sin dificultad. Además, su cercanía a Calatayud la convierte en una excursión perfecta de medio día.

El Parrizal de Beceite (Matarraña, Teruel)

Es uno de los senderos más fotogénicos de Aragón. El río Matarraña discurre entre paredes de roca caliza, creando un cañón de aguas verdes esmeralda, pozas y vegetación exuberante. La ruta está perfectamente acondicionada con pasarelas de madera sobre el agua, lo que permite avanzar con seguridad por zonas de difícil acceso. Al final del recorrido se llega a los conocidos Estrets del Parrissal, un paso entre dos paredes verticales apenas separadas por dos metros. Muy popular en verano, se recomienda reservar plaza en temporada alta.

Cañón del río Mesa (Jaraba, Zaragoza)

Este cañón fluvial combina naturaleza y bienestar, ya que se encuentra junto a los balnearios de Jaraba, conocidos desde el siglo XIX. El sendero parte del mismo pueblo y sigue el curso del río entre farallones rocosos, cuevas y vegetación mediterránea. La ruta puede extenderse hasta la ermita de la Virgen de Jaraba, ubicada en un mirador privilegiado sobre el cañón. Es una opción perfecta para quienes quieren caminar sin grandes desniveles y disfrutar de un entorno natural tranquilo.

Desde los profundos barrancos del Pirineo hasta los cañones escondidos entre bosques mediterráneos, Aragón es un territorio moldeado por la paciencia del agua y la fuerza del tiempo. Cada desfiladero es mucho más que una grieta en la roca: es una puerta abierta a la aventura, al asombro y al silencio. No hace falta cruzar el mundo para sentir vértigo, respirar aire puro o caminar sobre pasarelas colgadas del vacío. Basta con mirar hacia el norte, el sur o el este de esta comunidad y dejarse guiar por los ríos que la esculpen.