«Solo era un punto»: cómo una simple bola puede haber matado el plan de Alcaraz de ser número 1

El español tenía una gran oportunidad para levantar el título en Doha, especialmente tras la eliminación de muchos favoritos, pero un error cuando ya acariciaba la victoria acabó con él

Carlos Alcaraz sufrió en Doha una de las derrotas más dolorosas de la temporada. El tenista español, que llegaba al torneo de Qatar en un gran estado de forma después de lograr el título de Róterdam, cayó en cuartos de final ante el checo Jiri Lehecka. El problema no fue perder, sino la manera y, sobre todo, la extraña sensación de dejar escapar un partido que perdió por solo unos centímetros. Esta vez, de manera más literal que nunca.

El checo derrotó al español por 3-6, 6-3 y 4-6, en un partido que tenía ganado el número tres del mundo, a pesar de las dudas. Alcaraz sigue trabajando en esa importante mejora del saque y, sobre todo, en tratar de evitar las recurrentes desconexiones en pista, dos situaciones que todavía siguen afectándole. Pero sí hay una buena noticia: a pesar de ello, está encontrando la manera de agarrarse a la pista y dar la vuelta a situaciones complejas. Hasta este jueves.

Si echamos un vistazo a las estadísticas, Alcaraz fue quien ganó más puntos en el partido (87), quien mejor porcentaje tuvo con su primer saque (71%), el que logró mayor número de restos ganadores (39) y quien cometió menos errores no forzados (19). Pero, a pesar de todo ello, perdió el partido. Y lo hizo cuando, en la tercera manga, estaba con un 2-4 arriba y 30-40, donde tuvo una bola para dar el golpe de gracia a su rival y que lo cambió absolutamente todo. Incluso al ganador.

«Se trataba de un punto, solo de un punto más, pero es lo que ha marcado la diferencia. En el punto de break, con el 2 a 4 del tercer set, esa bola quedó a tan solo unos centímetros de superar la red. Si hubiera pasado, habría cambiado el partido por completo», explicaba Alcaraz tras la derrota. Pero la bola no pasó, Lehecka reaccionó y le dio la vuelta al marcador para eliminar a Alcaraz de Doha. Y, lo que es peor, de confirmarle que no será fácil que recupere el número uno del mundo.

Después de la sanción de tres meses de Jannik Sinner por dopaje, a Alcaraz se le abría un horizonte ilusionante para recuperar el trono del tenis mundial. Sabía que, para ello, necesitaba ser perfecto y, casi a las primeras de cambio, el plan se ha complicado. La racha positiva de juego que atravesaba, sumada a la temprana eliminación de Novak Djokovic, le despejaba el camino en Doha. Pero, de manera inesperada, quedó apeado por un rival con el que nadie contaba.

Actualmente, Sinner cuenta con 11.830 puntos, de los que sabe que va a perder 1.600 en estos tres meses, lo que le dejará antes del torneo de Roma, donde podrá reaparecer, con 10.230Alcaraz tiene 7.510 tras ganar en Róterdam más los cuartos de final de Doha, por lo que el plan se le ha complicado, al dejarse por el camino 400 puntos básicos para la reconquista, sumados a otros 100 que perdió hace unas semanas al no meterse en la final de Buenos Aires.

Unos puntos que pueden ser básicos

Ahora, las cuentas son las siguientes: si Alcaraz es capaz de ganar en Barcelona, sumará 500 puntos, para acudir a Indian Wells, donde defiende 1.000 puntos, además de otros 200 en Miami y en Madrid. En caso de que lo ganara todo, sumaría 2.000 puntos, lo que le dejaría con 9.510, a 770 de la cabeza del ranking ATP. Si hubiera conseguido ganar en Doha, con el camino despejado que tenía, se hubiera quedado solo a 220. Pero ganarlo todo, evidentemente, es una utopía.

Con los pies en el suelo, que Alcaraz ganase Róterdam, Doha, Barcelona, Indian Wells, Miami y Madrid de manera consecutiva era una misión imposible, dando por hecho que pincharía en varios torneos. Pero caer en Qatar ha sido muy doloroso, pues tenía el título en su mano tras la eliminación de Djokovic, Alex de Minaur, Daniil Medvedev y Matteo Berretini. Era una oportunidad única de sumar y recortar distancias. Unos puntos que, después, puede echar mucho de menos.

Por todo ello, el Foro Itálico se antoja como el escenario de batalla perfecto de cara al número uno, un torneo donde ni Alcaraz ni Sinner estuvieron el pasado año y donde, por tanto, pueden luchar por el cetro mundial de cara a Roland Garros. Y todo ello sin meter en la ecuación a un Alexander Zverev, que tampoco quiere desaprovechar sus oportunidades. Quién iba a decir que una simple bola en un partido de cuartos de final de Qatar pudiera haber trastocado el gran plan de Alcaraz.