La oscense María José Arbués, tras ser homenajeada por Felipe VI: «Ha sido un día memorable, emocionante e inolvidable»

La restauradora del Museo de Huesca, María José Arbués, ha recibido este miércoles en Madrid de manos de Felipe VI la Orden al Mérito Civil

La suya es una labor callada, casi escondida. Por eso, cuando hace un tiempo le llamaron del servicio de Protocolo del Gobierno de Aragón para avisarle de que iba a recibir una llamada de Casa Real, le tuvieron que asegurar que «no era una broma». Y tanto que no lo era. La restauradora aragonesa María José Arbués ha recibido este miércoles de manos de Felipe VI la Orden al Mérito Civil por sus servicios a la sociedad y a los ciudadanos. Junto a ella han recibido este reconocimiento otros 19 españoles, representantes de de las 17 comunidades y las dos ciudades autónomas.

En una conversación telefónica con este diario, Arbués ha asegurado que este día ha sido «emocionante es poco». «Sobrepasada, honrada, nunca te puedes esperar que tu trabajo trascienda» de este motivo, cuenta todavía emocionada. Ahora ya se cree este reconocimiento. «Me dicen que me tengo que valorar más porque creía que no me lo merecía». Y es que su trabajo pocas veces es reconocido.

Nacida en Huesca, licenciada en Bellas Artes, con la especialidad en Restauración, María José Arbués lleva desde 1991 vinculada al Museo de Huesca, en el área de restauración arqueológica, trabajando con materiales hallados en los yacimientos de la provincia de Huesca. Es, además, responsable del área de conservación preventiva del Museo de Huesca. Como restauradora de arqueología se ha encargado de dar una nueva vida a los miles de fragmentos en los que quedan reducidos los objetos de la vida cotidiana de las culturas anteriores. Sin su participación, resultaría imposible una adecuada interpretación de muchos de ellos, han asegurado desde el Gobierno de Aragón.

Por eso ese reconocimiento, que Arbués ha hecho extensivo «a todos mis compañeros del Museo de Huesca, a los de hace cien años y también a los más recientes, porque es un trabajo que cuesta mucho, mi labor es callada», ha reconocido, para asegurar después: «Aunque yo soy la cara visible, es también de los restauradores de Huesca y de los de todos los museos».

No solo emocionante ha sido este día, sino también el previo, cuando con todos los galardonados «nos enseñaron el Palacio Real , increíble». El acto sirvió para «conocernos y para realizar un ensayo», ha explicado. «Nos han llevado en palmitas porque nos lo han hecho superfácil». En el acto oficial, Arbués ha dado la mano a toda la familia real, y tras recoger su condecoración y hecho la foto de grupo, sus majestades «se han quedado hablando con nosotros».

En una mesa gigantesca, con un centenar de invitados y la princesa y la infanta a cada lado de la mesa, han almorzado. A la hora del café se han formado los corrillos porque «la familia real es muy cercana, maravillosos», ha remarcado. El hijo de Arbués, Javier, estuvo sentado al lado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y cerca de Felipe VI. «Ha hablado con él, de la Eurocopa y también de los estudios», ya que cursa Ingeniería Mecánica. «Se ha interesado y le ha dado un aprobado justo», ha reconocido entre risas.

María José no olvidará nunca la jornada porque ha sido «memorable»; como recuerdo quedarán las fotos. «Yo tengo pocas porque nos han hecho tener el teléfono en modo avión» pero sí que tiene con toda la familia real». Además, tiene por contestar más de 800 wasaps y que visionar imágenes porque «me han mandado un montón de pantallazos».