Una de las reliquias más importantes de la Cristiandad, el tercer fragmento más grande del mundo de la Cruz en que murió Cristo, llega este viernes a Zaragoza. Se trata de la Veracruz de Caspe. La reliquia permanecerá expuesta en la catedral basílica del Pilar, donde podrá venerarse desde las 9.00, y posteriormente, presidirá el víacrucis en la Seo, a las 19.30. Esta reliquia sale en la procesión de la Semana Santa de Caspe custodiada por la Cofradía de la Vera Cruz.
El fragmento de madera mide 20 por 18 centímetros y está protegido desde el siglo XVIII por un relicario gótico de oro y otro de plata de gran valor histórico y artístico. Según la tradición, el fragmento de madera apareció en Jerusalén en el siglo IV después de Cristo y viajó más tarde hasta Roma, donde fue custodiado por el papado. Clemente VI de Avignon, que lo usó como pectoral, lo acabó regalando a Juan Fernández de Heredia, el escritor, mecenas, político y diplomático español al servicio de Pedro IV de Aragón y gran maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén. Este fue quien lo donaría posteriormente a Caspe, ciudad en la que había ordenado construir un convento dedicado a la Orden de San Juan de Jerusalén. Allí estuvo la reliquia hasta que se trasladó a la colegiata de Santa María la Mayor. Al estallar la guerra civil en 1936, un caspolino la escondió en su casa, junto al Cáliz del Compromiso, y la devolvió acabada la contienda, aunque estuvo guardada durante 75 años en la caja fuerte de una entidad bancaria porque el edificio estaba en pésimas condiciones y no permitía que volviera a su lugar original.
Entre 1991 y 2003 El Gobierno de Aragón junto al Arzobispado de Zaragoza, el Ayuntamiento de Caspe y la Caja de Ahorros de la Inmaculada promovieron trabajos de restauración que afectaron a gran parte de la iglesia de Santa María la Mayor. El presupuesto total de estas intervenciones fue de 490.555 euros.
La Vera Cruz de Caspe es el tercer fragmento de la Cruz de Cristo (‘lignum crucis’) más grande del mundo, por detrás del que se conserva en Notre Dame de París (el segundo) y Santo Toribio de Liébana, que mide 63 por 39 centímetros.
