Informe PISA: El rendimiento educativo de los alumnos españoles se hunde

Los estudiantes de 15 años registran en matemáticas y lectura los peores datos de la última década. El covid aceleró la caída en picado.

El nivel educativo en España no remonta. Es más, sigue en caída y con una buena mella tras la pandemia que ha arrastrado también a todos los países de nuestro entorno incluso de manera más pronunciada.

Los alumnos 15-16 años que están en el último año de la ESO en España no salen de la media de la UE y de la OCDE, dentro de un nivel de rendimiento que ha ido bajando progresivamente en los últimos años y que se achaca, en gran medida, al covid, según se desprende del informe Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes PISA 2022, elaborado por la OCDE con datos de 37 países de la Organización y 44 países asociados.

El estudio constata que este bajón es generalizado, aunque la buena noticia es que en España ha sido menor que en otros países de la OCDE. El rendimiento medio del alumnado español en matemáticas se sitúa en los 473 puntos, una cifra similar a la media OCDE (472) y al total de la Unión Europea (474), lo que nos sitúa en niveles de países como Hungría, Francia, Alemania, Portugal o Italia. También pone de relieve que tenemos una cifra de alumnos excelentes muy baja: solo representan el 6%.

Si comparamos estos datos con los de 2012, el último informe PISA en el que la competencia matemática era la materia principal de análisis, el rendimiento en esta materia ha caído 11 puntos, aunque en la OCDE ha sido casi el doble: de 22. Pero en España el gran desplome (8 puntos) se produjo entre 2018 y 2022, con la pandemia de por medio, mientras que en la OCDE fue de 17 y en la UE de 20, lo que explica, en parte, la bajada generalizada de la puntuación de los estudiantes.

El informe analiza el “innegable impacto en el bienestar socioemocional del alumnado” que tuvo el covid. Y si bien la actitud de los alumnos en relación al aprendizaje durante este tiempo fue positiva, la falta de interacción presencial con el profesorado “ha podido influir en que una proporción elevada de estudiantes no sintiera la motivación suficiente por el aprendizaje”. Además, es común a todos los países que los alumnos con peores notas o menos estudiosos han sufrido una caída en el rendimiento significativamente mayor que el resto, aunque en España ha sido mejor.

Pero quedémonos con la parte positiva de todo este análisis. ¿Qué es lo que ha funcionado en España para que esta caída no haya sido tan desenfrenada? Según el informe PISA, tiene que ver con la decisión de reabrir los centros educativos muy pronto después del covid y el buen trabajo de los docentes. De hecho, hay una asociación positiva entre la puntuación en matemáticas y la reapertura temprana de los colegios.

El estudio ha vuelto a reparar en la ansiedad que generan las matemáticas en los estudiantes. “Se preocupan a menudo cuando tienen dificultades en las clases de matemáticas, se estresan, se ponen más nerviosos a la hora de hacer un problema y se preocupan si sacan malas notas. En todos los países, las chicas piensan más que los chicos que la inteligencia es algo que no puedes cambiar demasiado”, explica Ismael Sanz, de la URJC, de ahí se que haya llegado a plantear entre los expertos la necesidad de revisar cómo se enseña la materia a los alumnos. Incluso el informe apunta la necesitad de trabajar la “mentalidad de crecimiento” porque las personas que parten de esa base, “tienen más probabilidades de trabajar para desarrollar sus habilidades y estar motivadas cuando experimentan inconvenientes”.

Este estudio trianual, el de mayor magnitud en materia educativa al comparar lo que saben 690.000 estudiantes de 15 y 16 años de 21.621 centros de 37 países, de los cuales 30.800 son escolares españoles que cursan el último año de la ESO en uno de los 966 centros educativos, constata que España no sale tampoco de la mediocridad en otros ámbitos analizados, como la lectura y las ciencias.

En el caso de la competencia en ciencias, el alumnado español obtiene 485 puntos (la media OCDE se sitúa en 485 y el total UE en 484), dos puntos más que en 2018, pero es que ese año España ya sufrió el mayor descalabro de su historia desde que se evalúa esta materia. Si ampliamos la perspectiva, respecto a 2012, el rendimiento cae 11 puntos en la media de España y 16 puntos en la media OCDE.

En cuanto a la competencia lectora, fundamental para poder abordar otras asignaturas con éxito, las cosas tampoco son mejores. España, con 474 puntos, se encuentra ligeramente por debajo de la media de la OCDE (476) y el total UE (475). En este caso, los resultados caen 14 puntos respecto a 2012 en España, cuando en el conjunto de la OCDE bajan 21 puntos.

Menos acoso escolar y más alumnos resilientes

Si atendemos al género, se repiten los patrones año tras año: los alumnos obtienen mejores puntuaciones que las alumnas en matemáticas y en ciencias, mientras que las chicas tienen más facilidad con la lectura. Y otro clásico: en todos los países, el alumnado procedente de un entorno socioeconómicamente favorecido rinde significativamente mejor que el que en uno desfavorecido, aunque en España esa diferencia es menor.

Pongamos el foco en otros aspectos positivos: el alumnado español se encuentra entre el más resiliente respecto a su origen socioeconómico: el 12% de los que tienen unas condiciones socioeconómicas malas logra un rendimiento alto (el 10% en la media de la OCDE).

En cuanto al clima en las aulas, en España también los adolescentes refieren menos casos de acoso escolar con respecto a la media de la OCDE, destacan por el alto grado de integración, de sentido de pertenencia y el 78% cuenta que hace amigos fácilmente, elementos que favorecen que se pueda rendir mejor en los estudios.

Castilla y León, Asturias, Cantabria y Madrid, a la altura de los mejores

Por comunidades autónomas, el informe revela de nuevo el desequilibrio en el rendimiento, que podría equivaler a varios cursos académicos de diferencia si comparamos a los mejores con los peores. Nnueve autonomías se sitúan en muy buena posición por encima de la media española, de la UE y de la OCDE. A la cabeza se sitúan Castilla y León, Asturias, Cantabria y Comunidad de Madrid, que estarían a la altura de Canadá, Países Bajos e Irlanda y que encabezan los ocho primeros puestos del ranking internacional. En el furgón de cola están Ceuta, Melilla, Canarias y Andalucía. Llama especialmente la atención el caso catalán por los malos resultados obtenidos, quedando por debajo de la media de la OCDE, de la UE y de España. Es la octava autonomía con peores resultados.

«Castilla y León tiene la mejor educación de España y de las mejores del mundo». Así de efusivo se mostró el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, al evaluar los datos del Informe PISA. El jefe del Ejecutivo autonómico, que estuvo acompañado por la consejera de Educación, Rocío Lucas, celebró los resultados y destacó el Informe PISA, que mide el rendimiento educativo de los alumnos de 15 años al final de la etapa obligatoria, avala el modelo “de éxito” castellano y leonés. “Los alumnos castellanos y leoneses han demostrado unos conocimientos y una capacidad al nivel de los mejores del mundo. El informe ha sido y es contundente. Todas las personas podemos estar orgullosas de verdad por nuestra educación y nuestra Comunidad”, añadió.

Los japoneses, en el top mundial

Si ampliamos nuestra visión a nivel mundial, en competencia matemática son Japón (536 puntos), Corea (527) y Estonia (510), los que se sitúan en los tres primeros puestos del podio a nivel mundial. Los países hispanoamericanos de la OCDE son los que obtienen un rendimiento más bajo: Chile (412), México (395), Costa Rica (385) y Colombia (383).

Japón crece nueve puntos con respecto a la edición anterior de Pisa desbancando a China como el mejor país del mundo en matemáticas. Se ha convertido en un referente en el panorama global de la excelencia académica que, en parte tiene que ver con la cultura arraigada de respeto a la educación desde edades muy tempranas. Los padres, maestros y la sociedad en su conjunto dan una profunda importancia al aprendizaje y la dedicación al estudio. Los estudiantes pasan muchas horas en el clase e intensas sesiones de estudio fuera del horario escolar, en busca de la excelencia académica. El sistema prioriza la adquisición de habilidades básicas y fomenta la resolución de problemas y el pensamiento crítico.

La formación del profesorado también es muy exigente. Los exámenes estandarizados son una parte integral de la evaluación académica y se consideran cruciales para determinar el futuro de un estudiante, al que se trata de motivar para que obtenga resultados sobresalientes. La otra cara de la moneda es la del número sin precedentes de suicidios de menores. En 2022, más de 500 estudiantes de Primaria y Secundaria se quitaron la vida.

Sin datos de 2018 en lectura

El informe elimina los datos de lectura de España correspondientes a 2018 “al registrarse repuestas inverosímiles de los alumnos”. La misma OCDE admite que la OCDE “no puede asegurar que las comparaciones internacionales, subnacionales y de tendencias de los resultados de España conduzcan a conclusiones válidas sobre la competencia lectora de los estudiantes y, de forma más general, sobre el sistema educativo en España. Por lo tanto, los resultados de lectura de PISA 2018 para España no se publican en este informe y no se incluyen en los resultados medios de la OCDE”, una forma de admitir que los datos que se obtuvieron no se tengan en cuenta, como pidió la Comunidad de Madrid.