Camilo Villarino: mano derecha de tres ministros de Exteriores y la batalla del caso Gali

El nuevo Jefe de la Casa del Rey es miembro de la Carrera Diplomático desde 1989 y tiene una dilatada experiencia en asuntos internacionales

Fue director de gabinete con Alfonso Dastis, Josep Borrell y Arancha González Laya, bajo cuya dirección se vio implicado y luego exculpado de la entrada en España del líder del Frente Polisario. Con la llegada de Albares no renovó en el puesto y buscó acomodo en Bruselas.

Camilo Villarino sustituye a Jaime Alfonsín como jefe de la Casa del Rey

Camilo Villarino Marzo (Zaragoza, 1964) será el nuevo Jefe de la Casa del Rey en sustitución de Jaime Alfonsin, la persona que ha estado junto a Felipe VI los últimos treinta años, en su formación como Principe de Asturias y hasta el día de hoy, cuando apenas quedan unos meses para que se cumpla una década de su reinado. Con el nombramiento de Villarino llega a La Zarzuela una figura con amplia experiencia internacional y con trayectoria en el Gobierno, con nombramientos de importantes responsabilidades en Administraciones tanto del PP como del PSOE.

Villarino es miembro de la Carrera Diplomática desde el año 1989. Previamente se había licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y realizó el Máster en Estudios Europeos en el Colegio de Europa. Una de sus primeras funciones como miembro de la carrera diplomática fue como asesor jurídico en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Uno de sus priemros destinos internacionales fue como jefe Adjunto de Misión en la Embajada de España en Zagreb, Croacia (1994-1997)

Entre 1997 y 2002 fue consejero en distintas responsabilidades en la Representación Permanente de España ante la Unión Europea. Tras esa estancia en la capital comunitaria y hasta el año 2008 fue jefe de la Unidad de Asuntos Institucionales de la Unión Europea en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Y tambén el principal responsable de del grupo técnico encargado de las negociaciones sobre los nuevos Tratados de la Unión Europea y del debate sobre el futuro de Europa.

A partir de entonces se aceleran en su carrera distintos nombamientos que terminan por elevar su perfil hasta completar la figura que le lleva ahora a Zarzuela como un perfil muy completo y con experiencia internacional en cuestiones muy sensibles para España. Durante cinco años, entre 2008 y 2013 fue Consejero de Relaciones Transatlánticas y Asuntos de Seguridad y Defensa en la Embajada de España en Washington. Después, durante cuatro años, y hasta 2017 fue Jefe Adjunto de Misión en la Embajada de España en Rabat.

Fue entonces cuando da el salto hacia posiciones con proyección pública y más allá de su dimensión en el mundo diplomático. El último ministro de Asuntos Exteriores en los Gobiernos de Mariano Rajoy, Alfonso Dastis, lo nombró Director de su Gabinete. Tras la abrupta salida del PP del Gobierno por la moción de censura en junio de 2018, Josep Borrell sustituyó a Dastis como ministro y una de sus primeras decisiones fue ratificar a Villarino en el puesto.

Exactamente el mismo movimiento que reprodujo en enero de 2020 Arancha González Laya cuando fue designada para dirigir la acción exterior española. Es en este puesto donde el currículum de Villarino tiene la tacha de haber sido protagonista en el Caso Gali, un caso clave para las tensiones diplomáticas con Marruecos y que terminaron con Laya y su equipo investigados en la instrucción abierta por Rafael Lasala, titular del juzgado de instrucción número 7 de Zaragoza. La causa fue finalmente archivada. Laya y su entorno siempre defendieron que la decisión trascendió sus responsabilidades.

No hubo responsabilidad penal, pero sí un alto coste político para Laya, que abandonó el ministerio en la gran remodelación de julio de 2021. Apenas año y medio después de acceder al cargo y tras no satisfacer las expectativas de La Moncloa, que había alimentado con su fichaje la idea de que atraía a una nueva Nadia Calviño. La entrada clandestina en España del Líder del Frente Polisario generó un importante deterioro de las relaciones con Marruecos. Sánchez cortó por lo sano y nombró como sustituto de Laya a su persona de confianza para los asuntos internacionales, José Manuel Albares. Con la misión de encauzar las relaciones con Rabat, algo que cristalizaría meses después con el giro en la posición española sobre el Sáhara Occidental.

La llegada de Albares rompió con la continuidad que había caracterizado a la figura de Villarino con los tres ministros anteriores. Él como todo el entorno de Laya no sobrevivió a la llegada del nuevo ministro, que necesitaba un cambio total para impulsar el acercamiento a Rabat. La exministra de Exteriores y sus personas cercanas se vieron víctimas de una decisión que los trascendió. Con su precipitada salida del ministerio, Villarino pasó a formar parte del Servicio Europeo de Acción Exterior, el organismo diplomático de la Unión Europea creado en el Tratado de Lisboa. Hasta que su antiguo jefe, Josep Borrell lo reclamó para dirigir su gabinete como Alto Representate de la UE para los Asuntos Exteriores y la Política de Seguridad.