El joven tenista afronta el último torneo del circuito después de un horroroso final de año. Nadal nunca consiguió ganar las ATP Finals, donde Djokovic es el máximo favorito esta vez
Carlos Alcaraz llegó a Turín entre sonrisas y palabras amistosas con sus rivales. La presencia del número dos del mundo es una atracción en cada ciudad que pisa, por nivel, por carisma, por espectáculo… Pero una mueca aparece en su rostro en los últimos meses. Charlie no está en plenitud de condiciones físicas y eso se nota en la pista, y él lo sabe. La fascitis plantar que arrastra desde hace semanas ha mermado su juego, mientras que Novak Djokovic mantiene un excelso nivel en los últimos meses que le ha aupado a liderar la gran mayoría de récords históricos del tenis.
«Me espero un Carlos como el de principios de año, la verdad. A pesar de los resultados que he tenido estos últimos meses, en estos últimos torneos, la derrota de París… que fue bastante dolorosa, me ha hecho ver que tengo que trabajar más, trabajar más duro, y eso es lo que hice«, confesaba antes de debutar en las ATP Finals Alcaraz, destacando que siempre busca «el lado positivo» de lo que le sucede
Entre el autoconvencimiento y la épica, el murciano se estrena ATP Finals frente a su amigo Alexander Zverev para cerrar el curso. Un año tenístico agridulce para Alcaraz: conquistó Wimbledon en una brillante epopeya frente a Djokovic, pero, en el transcurso de la temporada, es innegable señalar al serbio como el mejor tenista del mundo. Lo dice el ránking ATP y lo dicen las sensaciones. En Turín, el número uno tiene a tiro ganar su séptimo título y romper el empate con Roger Federer. Otro récord más para el ogro serbio… que ya advirtió de sus intenciones.
«Voy por todos los récords posibles, todos los que pueda batir. Nunca he tenido problemas para decir eso. Por eso no le gusto a la gente. No pretendo, como algunas personas, decir que ser el mejor no es mi objetivo y luego comportarme de manera diferente. Siempre traté de ser coherente con lo que creo», afirmó Nole. Se pueden imaginar de quién hablaba.
La maldición de Nadal (y España) que puede romper Alcaraz
La remontada de Carlos Alcaraz en este final de año no va a ser tarea fácil. Primero porque los ocho mejores tenistas del circuito se ven las caras en Turín, segundo porque su estado físico deja que desear y, tercero, porque las ATP Finals son territorio comanche para los españoles. Prueba de ello es la maldición de Rafa Nadal, quien jamás logró ganar este torneo durante su carrera, pese a tener dos segundos puestos, por los seis trofeos de Federer o Djokovic.
Solo dos españoles han logrado este título en la historia. Manolo Orantes, en 1976, ante Wojtek Fibak, y Àlex Corretja, en 1998, en un enfrentamiento contra su compatriota Carlos Moyá. Es decir, 25 años de sequía española en el torneo de la élite tenística. Algo que, evidentemente, no es prueba de una falta de nivel en España, pero que sí llama la atención. Zverev es la primera prueba de fuego, Medvedev y Rublev, completan el grupo. Si Alcaraz pasa la fase inicial, llegarán las semifinales.
