PSOE y Sumar pierden más de 700.000 votantes desde las elecciones del 23 de julio

El acuerdo de Moncloa con Carles Puigdemont está hecho, si se atiende a las informaciones que circulaban ayer desde las dos partes. Se espera que se rubrique y se presente este lunes en sociedad, en un clima de rechazo de la Judicatura, de la derecha y también de buena parte de la sociedad, que está saliendo a manifestarse contra la rehabilitación de los líderes independentistas encausados por los delitos cometidos durante la consulta ilegal del 9-N y en el referéndum ilegal del 1-O. En este clima hostil al pacto que sostiene la investidura de Pedro Sánchez, que Moncloa sigue queriendo celebrar esta semana, el próximo miércoles, la última encuesta de NC Report apunta a una posible mayoría absoluta de la suma de PP y Vox si hubiera repetición electoral. El estudio demoscópico se realizó entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre, en pleno proceso de negociación del PSOE con el independentismo y el nacionalismo.

Los datos consagran la mayoría del PP, que es el único partido que crece en votos y en escaños en este contexto político. Podría sumar entre 9 y 12 diputados más, gracias a los 459.024 votos con los que ensancha el resultado de las pasadas elecciones generales. A Vox, sin embargo, le ocurre algo muy parecido a Sumar. Los extremos, a derecha y a izquierda, no resisten bien la incertidumbre generada por los resultados electorales. En el caso del partido de Santiago Abascal, se deja en estos meses 360.284 votos, que supondrían entre cuatro y seis diputados menos. Siempre se ha dicho que la rehabilitación de la cuestión catalana beneficia a Vox, como también que se traslade el debate territorial a la calle, pero, sin embargo, en este primer muestreo de los efectos de la tensión provocada por las concesiones del PSOE a Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras, amnistía incluida, el referente en la derecha es Alberto Núñez Feijóo, como opción más segura para los votantes conservadores. Gracias al ascenso popular, la suma PP y Vox se mueve en la horquilla de los 173-178 escaños. La mayoría absoluta está en 176, por lo que en su nivel más bajo precisaría tres votos para superar la investidura de Feijóó.

En medio de la batalla de la negociación, que el PSOE asume que tiene un coste inevitable para sus siglas, los socialistas aguantan relativamente en escaños, ya que podrían perder dos o ganar uno con respecto a las elecciones de julio, pero con una caída de 357.593 votos. La plataforma de Yolanda Díaz sale aún peor parada después de la amable foto, en Bruselas, de la vicepresidenta en funciones con el ex presidente de la Generalitat prófugo de la Justicia española. Pierde 396.435 votos, con una caída en escaños idéntica a la de Vox, entre 4 y 6. Esto hace imposible que el Gobierno de coalición pudiese reeditarse, ni aún uniendo a todos los partidos nacionalistas e independentistas. Sumar resiste mal electoralmente, pero también resistiría con dificultades el pegamento que une a las 15 formaciones que la integran.

Este cálculo electoral, que coincide con los que manejan internamente los partidos, unido a lo lejos que ha llevado el equipo de Sánchez la negociación con Puigdemont, atan de manos al PSOE al visceral pulso político que libran Puigdemont y Junqueras, en un haber quien consigue más que alarma a los socialistas ante la Legislatura que, salvo imprevisto, se pondrá en marcha esta semana.

En la órbita del soberanismo, la alfombra que Moncloa ha puesto a Puigdemont para recuperar el protagonismo político desde su residencia en Waterloo, por aquello de hacer de la necesidad virtud, renta a favor de Junts frente a los republicanos. Los de Puigdemont tienen a su alcance subir en un escaño, mientras que ERC se mantiene con sus actuales siete. En lo que afecta al País Vasco, la radiografía no se mueve en el reparto de diputados entre Bildu y PNV, con los de Arnaldo Otegi superando en un escaño a los de Íñigo Urkullu. El PNV entra dentro de una mayoría de investidura en la que no está cómodo, pero frente a la que cree que no tiene alternativa porque la coincidencia con Vox les penalizaría más en las urnas. Dan por descontado que lo que que sale de la negociación, y el estatus que sigue manteniendo Bildu en Madrid, como socio de Sánchez, beneficia más a este partido que a ellos en la política nacional, pero sus cálculos les dicen que en clave vasca les aliviará la presión de los abertzales. Las elecciones vascas se celebrarán en marzo o coincidiendo con las europeas: la fecha la decidirá el PNV en función del cálculo de cuándo es mayor el riesgo de que esos comicios autonómicos se «españolicen» más, es decir, que tengan más presencia de dirigentes nacionales.

El PP mantiene una fidelidad de voto del 96% de su electorado, mientras que la socialista cae al 87,8%, aún así muy alta para el polémico debate que está acompañando a la negociación de la investidura. De los votantes de Vox, un 9,6% dice que hoy votaría a Feijóo, y otro 4,9% se pasa a la abstención. En el caso de Sumar, hasta un 15,3% de su electorado asegura que hoy votaría a Sánchez en lugar de a Díaz. En la abstención se coloca el 4,4%.

Valoración de líderes

Alberto Núñez Feijóo se mantiene como el líder político mejor valorado con un 4,5, por delante de Pedro Sánchez (4,3), Yolanda Díaz (4) y Santiago Abascal (3,3). Entre los más jóvenes (18-29 años), hay un empate a 4,2 entre Feijóo, Sánchez y Díaz. En el resto de franjas de edad, el líder de los populares vence: entre los de 30 y 44 años, obtiene un 4,4; entre los de 45 y 64 años, sube hasta el 4,5; mientras que los mayores de 65 son los que mejor nota le dan, con un 4,6.

 

 

En la órbita del soberanismo, la alfombra que Moncloa ha puesto a Puigdemont para recuperar el protagonismo político desde su residencia en Waterloo, por aquello de hacer de la necesidad virtud, renta a favor de Junts frente a los republicanos. Los de Puigdemont tienen a su alcance subir en un escaño, mientras que ERC se mantiene con sus actuales siete. En lo que afecta al País Vasco, la radiografía no se mueve en el reparto de diputados entre Bildu y PNV, con los de Arnaldo Otegi superando en un escaño a los de Íñigo Urkullu. El PNV entra dentro de una mayoría de investidura en la que no está cómodo, pero frente a la que cree que no tiene alternativa porque la coincidencia con Vox les penalizaría más en las urnas. Dan por descontado que lo que que sale de la negociación, y el estatus que sigue manteniendo Bildu en Madrid, como socio de Sánchez, beneficia más a este partido que a ellos en la política nacional, pero sus cálculos les dicen que en clave vasca les aliviará la presión de los abertzales. Las elecciones vascas se celebrarán en marzo o coincidiendo con las europeas: la fecha la decidirá el PNV en función del cálculo de cuándo es mayor el riesgo de que esos comicios autonómicos se «españolicen» más, es decir, que tengan más presencia de dirigentes nacionales.

El PP mantiene una fidelidad de voto del 96% de su electorado, mientras que la socialista cae al 87,8%, aún así muy alta para el polémico debate que está acompañando a la negociación de la investidura. De los votantes de Vox, un 9,6% dice que hoy votaría a Feijóo, y otro 4,9% se pasa a la abstención. En el caso de Sumar, hasta un 15,3% de su electorado asegura que hoy votaría a Sánchez en lugar de a Díaz. En la abstención se coloca el 4,4%.

Valoración de líderes

Alberto Núñez Feijóo se mantiene como el líder político mejor valorado con un 4,5, por delante de Pedro Sánchez (4,3), Yolanda Díaz (4) y Santiago Abascal (3,3). Entre los más jóvenes (18-29 años), hay un empate a 4,2 entre Feijóo, Sánchez y Díaz. En el resto de franjas de edad, el líder de los populares vence: entre los de 30 y 44 años, obtiene un 4,4; entre los de 45 y 64 años, sube hasta el 4,5; mientras que los mayores de 65 son los que mejor nota le dan, con un 4,6.