El Congreso aprueba la reforma del ‘solo sí es sí’ con el voto del PP e Irene Montero atacando al PSOE

Con Pedro Sánchez ausente del escaño azul, dada su visita de este jueves a Doñana, el Congreso de los Diputados ha aprobado la reforma de una de las leyes estrella de su Gobierno, la de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida popularmente como la del ‘solo sí es sí’. Una norma que ha provocado un millar de rebajas de condenas o incluso excarcelaciones de delincuentes sexuales, desde su entrada en vigor el pasado otoño, cuando la ministra de Igualdad, Irene Montero, calificó de «bulos machistas» la posibilidad de que se produjeran esas rebajas.

La división del Ejecutivo de coalición se ha plasmado como pocas veces antes, fundamentalmente por el insólito turno en contra de la reforma que ha protagonizado la propia ministra de Igualdad, que ha cerrado el debate. «Es un día triste, el más díficil que yo he vivido en el Parlamento, como ministra y como feminista», ha asegurado Montero, quien dirigiéndose a la parte socialista y a la ministra de Justicia, Pilar Llop, sentada en el banco azul, les ha espetado: «Ayer decía Patxi López que el PP ha votado en contra de todos los avances feministas, quizás si hoy vota a favor es porque no es un avance, es un retroceso». Una afirmación fuertemente aplaudida tanto por su grupo como por ERC y EH Bildu.

Montero reprocha al PSOE su inmovilismo desde diciembre y que no atendieron a ninguna de las propuestas que Igualdad les hizo para lograr hoy una reforma unitaria del Gobierno de coalición. «Esta reforma condena a las víctimas que no pueden probar violencia en su cuerpo a ser víctimas de segunda», ha advertido la ministra.

La nueva ley, que modifica de nuevo el Código Penal esta legislatura, parte de una proposición presentada en solitario en febrero por el Grupo Socialista, y sale adelante con el apoyo del Partido Popular (PP), además de con el de Ciudadanos (CS), el PNV y los cuatro diputados de Junts Per Catalunya. En total han sido 233 votos a favor, 59 en contra y cuatro abstenciones. Los 52 diputados de Vox, como ya hicieron en la comisión de Justicia, han decidido no votar. Y ello pese a que el portavoz parlamentario socialista, Patxi López, negó airadamente que fuesen a negociar con el primer partido de la oposición, del que finalmente aceptaron un tercio de sus enmiendas al texto. El mismo López que nada más producirse la votación, en una comparecencia ante los medios, ha evitado agradecer al PP su apoyo y ha calificado de «escenografía barata» el aplauso de los diputados populares al conocerse la votación, cuando los socialistas han evitado hacerlo.

Durante toda la tramitación, los socios de Sánchez, desde el de coalición, Unidas Podemos, a los aliados parlamentarios como ERC y EH Bildu, han acusado a los socialistas de aliarse con la derecha para «volver al Código Penal de la manada», dado que consideran que la reforma elimina el consentimiento como centro de la norma. La nueva ley eleva los máximos de la horquilla penal de la considerada agresión sexual básica, la que concurre con violencia o intimidación pero sin que se produzca acceso carnal, de cuatro a cinco años. En el caso de que sí se produzca penetración la nueva ley sube el tipo mínimo de cuatro a seis años de cárcel, manteniendo el máximo, como hasta ahora, en los doce años de prisión.

Para Unidas Podemos y los otros grupos de la izquierda independentista catalana y vasca, también se trata de una vuelta atrás, de una traición al feminismo y de «un día muy triste para las diputadas feministas», como ha dicho desde la tribuna de oradores la diputada morada Lucía Muñoz. En la bancada azul la escuchaban Montero y la titular de Derechos Sociales, Ione Belarra. La dos vestidas de morado para la ocasión.

Y, recién llegada de Nueva York, donde asistió a un encuentro con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, con cuya asistencia al Hemiciclo trata de aplacar las especulaciones sobre la brecha con Podemos por este asunto. De hecho, Díaz aplaudió a Irene Montero al término de su intervención junto a Unidas Podemos, ERC y Bildu. De la parte socialista estaban presentes la ministra de Justicia, Pilar Llop, de cuya cartera sale la nueva escala de penas, y la de Hacienda, María Jesús Montero, que es también número dos del PSOE.

El PP culpa a Sánchez

La intervención del PP, como en las grandes ocasiones parlamentarias, ha correspondido a su portavoz y número dos del primer partido de la oposición, Cuca Gamarra, quien ha arremetido contra Sánchez por su ausencia del pleno, calificándole de «máximo responsable» de las rebajas de pena fruto de la ley del ‘solo sí es sí’. Gamarra incluso ha calificado de «falso perdón» el que el jefe del Ejecutivo pronunció el pasado fin de semana, en una entrevista con los periódicos de Vocento.

La mano derecha de Alberto Núñez Feijóo ha asegurado que lo ocurrido con la norma es «un efecto de lo peor de la política», ya que a su juicio lo que el PSOE intenta «no es parar una sangría penal, sino una sangría electoral», ha afirmado a menos de cuarenta días de las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo. Gamarra ha aseverado que «la sociedad española no puede entender cómo estando advertidos y conociendo perfectamente los efectos de la entrada en vigor que esta ley iba a originar, se aprobase una reforma del Código Penal contra la propia sociedad española».

Otros portavoces que han respaldado la reforma se han referido a su carácter práctico en cuanto a lo que el propio Gobierno ha definido siempre como «efectos indesados» de la ley. Así, el diputado del PNV, Mikel Legarda, quien ha dicho que la reforma «soluciona un problema real que no entiende de relatos». Y la parlamentaria de CS, Sara Giménez, ha asegurado que la modificación de las penas «no afecta al corazón de la norma, el consentimiento se mantiene». Algo que han negado las portavoces de grupos que han votado en contra, como Pilar Vallugera, de ERC, quien además ha enfatizado que la reforma no podrá modificar las penas ya rebajadas, «seamos sinceros», ha dicho la dirigente independentista sobre ese particular.

«El PSOE no modifica ni una coma de la definición del consentimiento. Optamos por una mejora técnica»

La secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, la encargada de defender la postura de su grupo desde la tribuna, ha asegurado que la reforma «no toca el consentimiento» y que simplemente es una «modificación técnica» sobre los tipos de penas. Apelando en todo momento a la «responsabilidad», ha recordado de nuevo a Podemos y al resto de socios que para que la norma saliera adelante el Grupo Socialista «estuvo dispuesto a retirar nuestras enmiendas sobre proxenetismo, porque en caso contrario ustedes hubieran votado en contra. Entendemos la política así».

Pero también le ha recordado al PP que la ley de Igualdad «es una buena ley» y que si están «tan concernidos» con el feminismo, cumplan con el resto de puntos que la norma contempla y que no se están modificando, singularmente los centros de crisis 24 horas. «Ya que están tan concernidos por esta causa, les pediríamos que nos ayudaran para convencer al señor Mañueco de construirlos», ha dicho en referencia al presidente popular de la Junta de Castilla y León.

Al finalizar su discurso, justo antes de que se subiera a la tribuna Irene Montero en nombre del Gobierno, se ha escenificado la división del Ejecutivo. Fernández se ha abrazado con las dos ministra socialistas presentes, Llop y la titular de Hacienda, María Jesús Montero, mientras la bancada socialista la apludía en pie, y luego se fundía en un fuerte abrazo también con Patxi López y con el número tres de los socialistas, Santos Cerdán.