Rusia podría estar preparando acciones de falsa bandera para involucrar a Bielorrusia en la guerra contra Ucrania

La inteligencia ucraniana ha observado equipo militar sin identificar y soldados vestidos con uniformes similares a los ucranianos en dirección al óblast de Chernihiv, fronterizo con Bielorrusia.

Se cumple un año de la invasión rusa de Ucrania y parece obvio que Moscú está muy lejos de cumplir con las expectativas que tenía al inicio de lo que ellos siempre han denominado «operación especial». Apenas controlan el 20% del país y ni siquiera han conseguido controlar por completo el Donbás, pese a «anexionarse» los oblast de Lugansk y Donetsk y considerarlos territorio ruso. Su único éxito relativo es haber unido las zonas que controlaba precisamente en el Donbás con la península de Crimea, territorio del que Putin se adueñó en 2014 pese a las protestas internacionales, creando un inestable pasillo.

Sin embargo, a los rumores que se vienen escuchando desde hace semanas según los cuales Rusia estaría preparando un gran ofensiva sobre Ucrania coincidiendo con la llegada de la primavera y la mejora de la climatología, fuentes militares ucranianas aseguran que Moscú estaría tratando de llevar a cabo operaciones de bandera falsas para involucrar en la guerra a Bieolorrusia y a la propia región de Transnistria, el territorio moldavo autodeclarado independiente en el que abunda la población de origen ruso.

Según el Institute for the Study of War (ISW), think tank estadounidense sin ánimo de lucro especializado en el análisis militar, el Kremlin parece estar estableciendo las condiciones para llevar a cabo operaciones de bandera falsa en la frontera internacional del óblast de Chernihiv, región al norte de Ucrania fronteriza con Rusia y con Bielorrusia, y en Transnistria, en Moldavia.

El Comando Operacional del Norte de Ucrania informó ayer, 23 de febrero, que la inteligencia ucraniana ha observado convoyes rusos con equipo militar sin identificar y personal vestido con uniformes parecidos a los que usa el ejército ucraniano que se mueve hacia áreas cercanas a la frontera con el óblast de Chernihiv. Estas fuentes habrían declarado que el propósito de estas operaciones de bandera falsa sería acusar a las fuerzas ucranianas de violar la integridad territorial de Bielorrusia. El Kremlin puede estar preparando estos ataques para obligar a Bielorrusia a entrar en la guerra después de que el presidente de este país, Alexander Lukashenko, declarase en rueda de prensa la pasada semana que Bielorrusia solo entraría en guerra si era atacado por Ucrania.

Para dar más fuerza a esta situación, el Ministerio de Defensa de Bielorrusia habría afirmado esta misma semana que han observado una acumulación de fuerzas ucranianas en sus fronteras. ISW continúa evaluando que un ataque bielorruso o ruso en las regiones del norte de Ucrania es muy poco probable, pero Rusia busca forzar la mano de Lukashenko o culpar a Ucrania de expandir la guerra para socavar el apoyo a Kiev.

Tal operación de bandera falsa también podría tener como objetivo fijar las fuerzas ucranianas en la frontera norte en un esfuerzo por debilitar las defensas en el este de Ucrania y los preparativos para las operaciones de contraofensiva.

Otra de las posibilidades es que Putin pretenda también una operación similar en la región moldava de Transnistria, que se autoproclamó independiente y en la que Moscú mantiene una fuerte presencia militar. De hecho, uno los anhelos rusos es cerrar el pasillo creado entre Donbás y Crimea uniéndolo con Transnistria, lo que llevaría a la conquista de Odessa y de toda la zona sur ucraniana que aún tiene salida al Mar Negro.

El Ministerio de Defensa ruso afirmó ayer mismo, 23 de febrero, que las fuerzas ucranianas planean realizar una provocación armada contra Transnistria en un futuro próximo, vistiendo como personal militar ruso y organizando una supuesta ofensiva rusa. El gobierno moldavo negó las acusaciones del Ministerio de Defensa ruso, cuyo objetivo es enturbiar las relaciones entre Ucrania y Moldavia, después de que Zelenski advierte al presidente moldavo Maia Sandu de que el Kremlin estaba preparando provocaciones en su país y le ofreciera su ayuda si las fuerzas rusas en Transnistria amenazan la integridad territorial de Ucrania.