Raül Blanco será el nuevo presidente de Renfe y David Lucas, el secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana
La polémica por los errores en el tamaño de los trenes de Cantabria y Asturias se sigue cobrando salidas. Este mismo lunes, han dimitido el presidente de Renfe, Isaías Taboas, y la secretaria de Estado del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), Isabel Pardo de Vera. «La ministra Raquel Sánchez ha aceptado esta mañana las dimisiones», han reconocido desde la cartera de Transportes, tras destapar la noticia la Cadena SER.
Raül Blanco será el nuevo presidente de Renfe y David Lucas, el secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, cuyos cargos serán aprobados el martes por el Consejo de Ministros, según han confirmado a EFE fuentes de ese ministerio, en sustitución de Isaías Taboas e Isabel Pardo de Vera.
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«La ministra ha trasladado a ambos su reconocimiento y agradecimiento por el trabajo desempeñado en sus respectivos cargos. El relevo permitirá poner en marcha un cambio con el que el ministerio quiere comenzar una nueva etapa tanto en la secretaria de Estado de Mitma como en el operador ferroviario», han añadido desde el ministerio en un comunicado oficial.
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Las dimisiones se han producido tras la multitud de quejas, sobre todo en el seno de los gobiernos de Cantabria y Asturias, por el fallo de diseño de 31 trenes que iban a renovar la flota que presta servicio de cercanías y media distancia en ambas regiones. Una crisis desatada hace casi tres semanas y que, lejos de perder fuerza con el tiempo, ha ido aumentando la temperatura hasta cobrarse la cabeza de dos primeras filas del ministerio.
Estas salidas se producen apenas unas horas antes de la reunión prevista esta tarde en Madrid entre la ministra Sánchez y los presidentes de Asturias, Adrián Barbón, y Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que acuden a la capital, precisamente, a pedir la asunción de responsabilidades y a reclamar compensaciones.
Las salidas de Pardo de Vera y Taboas se suman a otros ceses de hace dos semanas, como el realizado por el gestor de las infraestructuras ferroviarias, Adif, al despedir al jefe de Inspección y Tecnología de Vía; o el emprendido por Renfe con su responsable de Gestión de Material.
El cálculo erróneo en el tamaño de los trenes ha provocado que la fabricación por parte de CAF de la nueva flota de ancho métrico para Renfe —que no había comenzado— sufra un retraso de entre dos y tres años, tras el error en los gálibos de la infraestructura en la declaración sobre la red de Adif, en función de los cuales se iban a construir los trenes.
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El Ministerio de Transportes prevé ahora que los trenes de cercanías para Cantabria y Asturias lleguen en 2026, aunque ha pedido a CAF un calendario para «saber si se pueden ajustar los plazos». Petición dirigida a calmar las aguas con Revilla, que ha emplazado al equipo de Raquel Sánchez a empezar a entregar las máquinas, aunque sea de manera parcial, a partir de la segunda mitad de 2025.
Fue en enero de 2019 cuando Renfe publicó el pliego para la adquisición de 31 trenes para las líneas de ancho métrico, gestionadas anteriormente por Feve (Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León y País Vasco) de acuerdo con los gálibos recogidos en la declaración sobre la red de Adif, y en junio de 2020 adjudicó a CAF su fabricación.
Además, el pedido incluía un segundo lote de otras seis unidades para renovar íntegramente la flota de Cercedilla-Cotos de la sierra madrileña que lleva más de 40 años en funcionamiento. El volumen total de la operación se situaba para CAF por encima de los 250 millones de euros. El error se advirtió en la fase de diseño de las nuevas unidades y se paró todo el proceso de inicio de su fabricación.
